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Red Internacional
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Honduras. Represión en Honduras a estudiantes que protestan contra la privatización de la educación

Junio inició con movilizaciones y tomas estudiantiles en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Los estudiantes han protestado por las últimas reformas académicas mientras son duramente reprimidos por el gobierno de Juan Orlando Hernández.

Jueves 9 de junio de 2016

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Los estudiantes de la UNAH vienen enfrentando la política de represión del gobierno de Juan Orlando Hérnandez y de la rectoría encabezada por Julieta Castellanos, contra la exclusión para la toma de decisiones universitarias y de las reformas educativas que contemplan pago de cuotas y cambios en los planes de estudios.

A tres meses del asesinato de la activista lenca Berta Cáceres, los estudiantes fueron los primeros en movilizarse en Tegucigalpa mostrando su solidaridad con las organizaciones campesinas en reclamo de sus tierras y recursos naturales. En el último periodo las protestas estudiantiles vienen marcando una pauta importante contra la criminalización y hostigamiento a organizaciones sociales y luchadores indígenas en defensa de su territorio.

La protesta social en Honduras viene siendo fuertemente atacada. Los estudiantes son un blanco de la represión como parte de la política del gobierno de Hernández, que ha respondido a punta de gases lacrimógenos, tanquetas de agua y balas, alcanzando también a algunos periodistas que han dado cobertura a la represión policial.

Los estudiantes de la UNAH han hecho un llamado a organizaciones sociales y de derechos humanos, así como a medios de comunicación a estar al pendiente sobre sus acciones y la respuesta represiva del gobierno.

En un posicionamiento político, han exigido entre otras cosas, la inclusión en los procesos dentro de la universidad.

Contra la Cuarta Reforma Universitaria

El movimiento estudiantil universitario manifestó en días recientes su rechazo ante la Cuarta Reforma Universitaria, iniciada en el 2004, y consolidada por la Comisión de Transición en el 2008.

En esta reforma, las autoridades universitarias han establecido de manera unilateral un régimen administrativo centralizado en la rectoría; un órgano de élite que decidiría el rumbo de la vida política, social y académica, donde además queda excluida la participación estudiantil en la construcción integral de los proceso de dicha reforma, que incluyen pagos o cuotas por el ingreso e inscripción de la matrícula universitaria.

El manifiesto estudiantil ha puesto sobre la mesa la crítica y el peligro de este proceso contra la educación pública y de calidad. En este sentido, han señalado el retroceso educativo que significaría si este proyecto logra consolidarse del todo; además de ser una clara ruptura con el objetivo histórico sobre el proyecto de universidad a nivel latinoamericano, construido bajo la visión vanguardista de la generación estudiantil de 1918 en la Universidad de Córdoba, Argentina.

Así, la Cuarta Reforma Universitaria es una medida de continuidad ideológica del régimen hondureño que ataca directamente las ciencias sociales y de humanidades; legitima los proyectos políticos hegemónicos y de reducción de la educación a una acumulación de saberes prácticos, que resguarda los planes, intereses y formas de explotación retrograda en contra del pueblo pobre y trabajador bajo la reproducción acrítica de los dictámenes imperialistas.

Entre sus exigencias el movimiento estudiantil ha señalado la convocatoria a la conformación de una articulación nacional estudiantil que “recoja las demandas de la comunidad estudiantil, sectores organizados no estudiantiles, padres y madres de familia, así como organizaciones indígenas, obreras y al pueblo hondureño en general”.

Sobre el proceso de reforma han declarado su exigencia sobre la inaplicabilidad del mismo, además de que denuncian la presencia de grupos paramilitares a lo interno de la universidad, por lo que también exigen el cese a la militarización y criminalización estudiantil en Honduras.

En el actual proceso algunos dirigentes estudiantiles han sido procesados por su participación en el movimiento estudiantil.

Al cierre de esta nota el Ministerio Público de Tegucigalpa ha informado en recientes horas que librará un requerimeinto fiscal y orden de captura contra seis estudiantes que participaron en la última toma de la UNAH, que duró 48 horas y que finalizó el pasado martes 7 de junio.

Asimismo, se ha ordenado el desalojo de las instalaciones de la universidad, capturando a quienes particiapron en la toma de las instalaciones, con la amenaza latente de que estos estudiantes pueden ser condenados a penas de tres a cinco años de cárcel. Entre esos estudiantes se encuentran Casáreo Padilla, Moisés David Cáceres, Sergio Luis Ulloa, Dayanara Castillo, Israel Alonzo y Josué Armando Velásquez, a quienes se les imputa actos vandálicos y usurpación del espacio público en perjuicio del Estado de Honduras.

Criminalización de la protesta social

En Honduras como en México vemos como los gobiernos al servicio de los intereses del imperialismo estadounidense, despliegan su política de criminalización y sometimiento a la juventud y la clase trabajadora. En México son nuestros maestros en lucha a quienes se exhibe y se detiene como criminales por defender sus conquistas.

Por ello es necesario que la población y pueblo hondureño abrace la lucha de los estudiantes y la juventud en ese país azotado por el despojo del gobierno de Juan Orlando Hernández que sólo ofrece miseria, explotación, persecución y muerte a quienes luchan por defender su territorio y sus derechos. Desde el Movimiento de Trabajadores Socialistas nos solidarizamos con la juventud hondureña que ha salido valientemente a las calles a protestar contra la reforma universitaria y contra la política de represión y procesamiento a los estudiantes, así como por el alto a la criminalización de las organizaciones y los sectores en lucha por sus justas reivindicaciones.