Durante meses las trabajadoras de intendencia del Instituto de Educación Media Supeiror (IEMS) han denunciado las condiciones en las que prestan sus servicios. A ellas las reprimen por luchar.
Soledad Farfalla Maestra de secundaria, Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
Miércoles 6 de enero de 2016
Sin acceso a la seguridad social, sin contrato laboral y prácticamente con la única certeza de ser despedidas en cualquier momento; así han laborado durante años las mujeres que garantizan el aseo en los bachilleratos del Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Después de hacerse parte de la huelga, que en el pasado mes de noviembre sostuvo el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (SUTIEMS), las trabajadoras de intendencia del IEMS se enfrentaron al amañado intento de imposición de un sindicato blanco.
Represión por luchar
Las demandas de las trabajadoras son apenas justas: exigen un salario digno, seguridad social, un trato digno, un alto inmediato a los despidos injustificados y al acoso laboral.
Cuando las trabajadoras se negaron a afiliarse, pese a la persuasión de los encargados de la empresa sobcontratadora, hasta entonces donimidada “Mantenimiento Roc Man”, recibieron como respuesta la amenaza de ser despedidas o removidas del centro de trabajo.
En todos los planteles se les informo que saldrían de “vacaciones” sin derecho a pago, como castigo por haberse negado a afiliarse al "Sindicato de Trabajadores y Empleados en la rama de Limpieza y Servicios Relacionados” y por haberse involucrado con la lucha que dieron los docentes y administrativos del SUTIEMS. Además en otros planteles se dio la indicación de que volvieran después de dichas “vacaciones” para revisar si serían recontratadas o echadas definitivamente.
Durante los 15 años de función del IEMS, diversas empresas de mantenimiento y limpieza se han encargado de la limpieza en el instituto, sin embargo, ninguna ha garantizado las prestaciones laborales mínimas para las trabajadoras. Por ello, desde hace meses, las trabajadoras del IEMS han luchado exigiendo el reconocimiento de la relación laboral entre el Instituto y ellas.
Pese a la súper explotación, ellas luchan
Sobre los hombros de las incansables trabajadoras del IEMS pesan las duras y largas jornadas de trabajo, algunas incluso obligadas por el bajo salario, doblan turno, trabajando hasta 14 horas. Después de ello llegan a casa y se hacen cargo de la alimentación y cuidado de sus niños. En el único día de “descanso” que tienen, garantizan las tareas domésticas que no pudieron realizar en la semana. Y a pesar de la enorme carga de trabajo que cada semana logran sacar adelante, usan el tiempo libre para organizarse y luchar.
Hoy las trabajadoras de intendencia del IEMS dan ejemplo de lucha y dignidad.