En la carrera de Trabajo Social, nos debemos un debate profundo; no queremos reproducir este sistema desigual; queremos cambiarlo de raíz. La "Cuestión social", el "Estado", y el "proyecto ético-político", son algunos de los conceptos que se ponen en cuestión.
Martes 25 de abril de 2017
Los y las estudiantes de Trabajo social, pasamos años absorbiendo textos que nos hablan sobre la famosa "cuestión social". Sin embargo, su origen es muy poco mencionado: la contradicción capital-trabajo. Esta nota, es un esfuerzo por poner en cuestión el programa de la Carrera, porque no nos contentamos con intervenir sobre las "manifestaciones de la cuestión social"; no queremos reproducir este sistema que genera pobreza y exclusión por donde mires; queremos cambiarlo de raíz.
La contradicción entre capital y trabajo, es la generadora de las demandas sociales sobre las cuales intervenimos, pero esa relación se encuentra encubierta; ya que lo que vemos de manera directa son sus manifestaciones, al recortarse los segmentos de la vida social para intervenir sobre ellos. En otras palabras: a simple vista no se ve, que el origen de todas las demandas sobre las que interviene el Estado a través de sus políticas sociales, es el sistema capitalista.
Desnaturalizando la noción de Estado: Estado de clase y capitalismo
Entonces, ¿de qué "Estado" estamos hablando en nuestra profesión? De un Estado que garantiza la reproducción de este sistema social. Como explican autores marxistas, en el marco de la lucha de clases, la clase trabajadora junto a sectores populares, levantaron a lo largo de la historia reivindicaciones y demandas colectivas, que hoy se esconden bajo los "derechos" y políticas sociales; como si todo lo logrado, fueran regalos del Estado. Todo lo contrario: fue conquistado mediante la lucha de organizaciones colectivas de la clase trabajadora, por mejorar sus condiciones de vida en el sistema capitalista.
El Estado se hace cargo de las medidas esenciales a favor de la acumulación del capital y las elabora políticamente, teniendo en cuenta la relación de fuerzas con las clases dominadas y sus resistencias, de modo tal que esas medidas, mediante ciertas concesiones a las clases dominadas (las conquistas populares), garanticen la reproducción de la hegemonía de clase y de la dominación del conjunto de la burguesía sobre la clase trabajadora y los sectores populares.
Las políticas sociales, permiten –en el mejor de los casos- compensar pero no reducen de manera estructural y sostenible los niveles de desigualdad económica. La brecha entre ricos y pobres en América Latina, no solo se mantuvo hasta el día de hoy, sino que se profundizó. Al no atacar las condiciones que originan la pobreza y la desigualdad, las políticas sociales–principalmente las de transferencias de ingresos- son un mecanismo de administración de la misma. Es decir, garantizan que la desigualdad y la pobreza se mantengan dentro de ciertos parámetros.
Es así que las políticas asistenciales son, al igual que el Estado del cual son parte, de carácter clasista, y eso lo demuestra de manera explícita, el bajo monto percibido por las familias -a través de las políticas de transferencia de ingresos- que lejos están de superar la Línea de Pobreza. Se trata de un recurso para montar a un bajo costo económico, un eficiente control socio-político especializado sobre los excedentes de población que genera el patrón de acumulación capitalista. Es decir, colaboran en la reproducción de la fuerza de trabajo, garantizando, en forma degradada, su preservación física.
El objetivo que subyace a estas políticas, es mantener la cohesión social y asegurar la legitimidad de este sistema capitalista dependiente, que transforma en población sobrante, sin lugar en la producción, a una proporción importante de la fuerza de trabajo. En fin, la política de asistencia social, está determinada por los requerimientos de la acumulación del capital. Entonces, ¿Seguimos reproduciendo las políticas sociales desde el Estado acríticamente, o comenzamos a dar un debate profundo sobre el lugar que ocupa nuestra profesión en este mundo?
El Trabajo Social en la actual coyuntura
Si queremos cambiar a este sistema social completamente desigual, de raíz, ¿podemos descansar en fuerzas políticas como Cambiemos o el Frente para la Victoria? Opinamos que no. Ya hace casi un año y medio que el Gobierno de Cambiemos viene atacando las condiciones de vida de la clase trabajadora y los sectores populares, sin escatimarle a la represión de la protesta social. El kirchnerismo, que se plantea como "LA" oposición, le vota todas las leyes en el congreso, garantizándole gobernabilidad y reprimiendo donde gobiernan (como Alicia Kirchner en la Provincia de Santa Cruz).
Entonces, ¿Desde qué lugar damos la pelea hoy? Nuestro proyecto ético-político, se debe materializar junto a la clase trabajadora y los sectores populares. Por eso venimos impulsando las prácticas pre-profesionales en una cooperativa gestionada por sus trabajadores, Madygraf. Porque junto a ellos, podemos proponernos, desde hoy, pelear por una sociedad donde primen las necesidades sociales y no la ganancia capitalista. Un proyecto que se plantee cambios estructurales, de raíz, y no la reproducción de políticas asistenciales que continúan reproduciendo la desigualdad histórica del sistema en el que vivimos.
Te puede interesar: Prácticas profesionales al servicio de la clase obrera
Te invitamos a ser parte de la campaña en defensa de las gestiones obreras, como Zanón, MadyGraf, Wordcollor y el Hotel Bauen, que se muestran como alternativa en un contexto de desocupación y deterioro de las condiciones de vida. Impulsemos junto a ellos/as el fondo de lucha y demos la pelea por la expropiación y estatización de toda fábrica gestionada por sus trabajadores y trabajadoras.
Te puede interesar: Un aporte para fortalecer la unidad de los estudiantes con los trabvajadores