El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y la Marina de Guerra reportaron un nuevo derrame de petróleo el martes 25 de enero en el terminal multiboyas N°2 de la refinería la Pampilla de la multinacional Repsol.
Jueves 27 de enero de 2022 09:54
La Dirección General de Capitanías y Guardacostas informó que durante uno de los vuelos de inspección realizado el martes 25 de enero para monitorear la zona afectada por el desplazamiento de hidrocarburos de La Pampilla del pasado 15 de enero, se constató una “mancha oleosa” en inmediaciones del citado terminal de la refinería.
La Marina señaló en un comunicado que tras preguntar a Repsol, la empresa les dijo que la mancha de petróleo “se había filtrado a pesar de haber realizado los trabajos para retirar el crudo, previamente a la ejecución de la inspección y reparación”. Todo esto habría ocurrido en el equipo de colección y distribución submarina que permite el paso de los hidrocarburos para la recepción o despacho.
La versión de la Marina de Guerra, es confusa y en un último comunicado se pliega al relato de Repsol que señala que no se trataría de un nuevo derrame sino de residuos del primero. La Marina de Guerra se encuentra cuestionada por no haber emitido el alerta de tsunami tras la erupción del volcán en Tonga, cuyas consecuencias produjeron la muerte de dos personas en las costas de Perú.
Sin embargo, el comunicado del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) muestra una realidad diferente.
La OEFA informó que ya se inició junto con Osinergmin la “supervisión ambiental para verificar la responsabilidad de los hechos, el impacto generado y la implementación del plan de contingencia por parte de la empresa”, y que "el derrame se había producido el 25 de enero cuando se realizaban trabajos previos al retiro del PLEM (Pipeline End Manifolds), que es un equipo de colecciones y distribución submarina que permite el paso de los hidrocarburos para la recepción o despacho". Hasta el momento no se precisó la cantidad de petróleo derramado en esta ocasión sobre el mar peruano.
Según detallaron, también mencionaron que se debería al petróleo filtrado durante el proceso de limpieza. Pero en este caso, sí lo llamaron un nuevo derrame.
El nuevo derrame, indica el comunicado, se produjo cuando se realizaban trabajos previos al retiro del PLEM (Pipeline End Manifolds), que es un equipo de colección y distribución submarina que, como ya se dijo, permite el paso de los hidrocarburos para la recepción o despacho.
Desde el gobierno, hasta la fecha, no se han tomado medidas de sanción contra Repsol y mucho menos se ha iniciado un plan integral de limpieza de las playas y rescate de los animales sobrevivientes. Cabe mencionar también, que hay miles de pescadores artesanales afectados por el derrame de petróleo, a ellos se suman los trabajadores y trabajadoras cuyas actividades están relacionadas con la pesca y el turismo y que actualmente han perdido su fuente de trabajo.
Frente a estos terribles daños ambientales y sociales que viene ocasionando Repsol, es importante que desde la clase obrera y el pueblo se empiece a exigir la anulación del contrato con Repsol y la inmediata expropiación de esta empresa de hidrocarburos, sin pago ni indemnización, y que la empresa pase a ser gestionada por sus propios trabajadores con el apoyo técnico de las universidades. De esa forma los recursos estarán al servicio del pueblo trabajador (y la producción se desarrollará respetando el ambiente).
Así mismo, es importante exigir que, para ayudar a paliar la difícil situación de los trabajadores y trabajadoras que se han quedado sin trabajo por el derrame de petróleo, el gobierno obligue a Repsol cuanto antes les entregue un salario mensual no menor al costo de la canasta básica familiar para cada trabajador o trabajadora afectada, y que este salario se mantenga mientras duran las actividades de limpieza y las condiciones sanitarias estén dadas para retornar a sus labores.