La “Ley de Protección del Empleo” bañó de incertidumbre a millones de trabajadores y las organizaciones obreras pueden jugar un rol en enfrentar las suspensiones con las que empresas como Correos de Chile pretende que la crisis la paguen los trabajadores.
Martes 21 de abril de 2020
El pasado 15 de abril la empresa Correos de Chile comunicó a los sindicatos que habían solicitado adherirse a la mal llamada “ley de Protección al Empleo” que implica la suspensión del trabajo sin pago de sueldos, argumentando que la economía de la empresa era insostenible producto de la baja de envíos internacionales, que llegaría a una baja de un 70%, y a consecuencia del estallido social y la actual pandemia.
Los sindicados reprocharon, por el contrario, que se venían trabajando con mesas diarias junto a la empresa en una suerte de “Comité de Emergencia” para tomar medidas, pero que finalmente la empresa pasó por alto este “dialogo social”. Los sindicatos respondieron que no se justifican las suspensiones ya que los servicios postales son parte de los servicios esenciales.
Hoy en día Correos de Chile es una de las tantas empresas que siguen funcionando y manteniendo a trabajadores en contacto con los usuarios, exponiendo a estos y a los trabajadores, por la falta de insumos sanitarios, como mascarillas y guantes que debemos usar por 8 horas y hasta reutilizar.
Los sindicatos no dicen nada de esto, prefieren mantener su línea de dialogo social para pactar una “mejor suspensión”, según señalan buscan que la suspensión sea una decisión bilateral y no unilateral, es decir que los trabajadores aceptemos libremente que nos despidan a plazo, mientras gastamos nuestro seguro de cesantía sin garantías siquiera de conservar el trabajo.
No podemos aceptar las suspensiones. La afiliación a la AFC pasó a ser obligatoria recién el 2002, muchos trabajadores de correos llevan más de 30 años en la empresa y jamás se afiliaron, ellos quedan en la incertidumbre y a merced de las migajas del gobierno para enfrentar la pandemia.
Los trabajadores de correos vivimos día a día la incertidumbre de no saber si moriremos de hambre o del virus, queremos que las respuestas y decisiones se tomen en favor de los trabajadores. Bajo control de los trabajadores, Correos de Chile, podría ponerse al servicio de la crisis, disponiendo toda su logística al servicio de enfrentar la pandemia, con licencias pagadas para todos los trabajadores que sean parte de la población de riesgo y cese de las funciones no esenciales con pago completo de remuneraciones y Comisiones de Control, Higiene y Seguridad, autónoma de la empresa, resguardar por las condiciones sanitarias según las necesidades de los trabajadores y no de la ganancia empresarial.
Para esto es central que los sindicatos de Correos de Chile no se limiten a los marcos que quiere imponer la empresa y dejen de negociar si tendremos suspensiones más o menos catastróficas. Los sindicatos y la CUT tienen que ponerse a la altura de los ataques empresariales y llamar a un paro de todas las labores no esenciales, poniendo fin a la ley de protección al empleo y prohibición por ley de los despidos, queremos que la crisis la paguen ellos y no la clase trabajadora empobrecida gracias a su avaricia.