Reproducimos la respuesta al jefe de gobierno porteño sobre sus dichos acerca del paro por la muerte de Matías, el quinto compañero asesinado por Metrovías y Sbase
Martes 13 de diciembre de 2016 10:09
El jueves 8 de diciembre, mientras los trabajadores de subte llorábamos la muerte de nuestro compañero Matías Kruger, sucedida el día anterior, el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, lanzaba una frase que destilaba desprecio por lo ocurrido: “la muerte de Matías Kruger no justifica el paro”.
Con odio, con bronca, tristeza e impotencia, empiezo a hacerme una serie de preguntas, que me empiezan a retumbar en la cabeza:
Me pregunto si alguna vez este señor tuvo que lamentar la muerte evitable de un compañero a manos de la patronal. Entonces caigo en la cuenta de que este señor es la patronal y no tiene compañeros, a lo sumo socios.
Recuerdo que los muertos siempre, pero siempre, son nuestros, de los trabajadores, y que ellos solo se benefician gracias a nuestra salud, y muchas veces a costa de nuestra vida.
Recuerdo que hay 43 actas de inspecciones donde se detecta la falta de condiciones de trabajo. Que hace meses venimos reclamando que se aplique un protocolo para los trabajos con tensión, sin obtener respuestas. Que el día anterior a la muerte de Matías, cuando repetimos ese mismo reclamo, el jefe de Recursos Humanos Marcelo Graciano, en complicidad con los funcionarios de Sbase presentes, se burlaron de nuestros muertos, e irónicamente aseguraron que las condiciones de trabajo eran óptimas, todo esto en la Subsecretaría de Trabajo, dependiente del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo principal funcionario es Larreta. Al otro día, la muerte de nuestro compañero nos daba la razón. La friolera suma de 750 trabajadores muertos por año en “accidentes” laborales, nos da la razón. Y no es algo que nos gusta. No nos gusta tener razón, porque eso significa que nos siguen matando.
Me pregunto si este señor tiene idea de las condiciones en las que trabajamos los laburantes del subte, si sabrá que en los últimos 5 años murieron 4 compañeros más, además de Matías. Pero después recuerdo que no, que hace algunas semanas llegué a mi lugar de trabajo, una estación donde muy frecuentemente hay faltante de personal. Ese día estaba lleno de gente. En total 8 personas. Ante mi duda acerca de ese despliegue, la respuesta fue: “va a pasar por acá Rodríguez Larreta”. Por supuesto que nunca pasó, que habrá viajado en su auto con chófer, como lo hace habitualmente, cuando no tiene que posar en fotos para la tribuna. Pero si hubiese pasado, hubiese visto toda una farsa creada para que vea quien en realidad es el responsable máximo del estado del subte.
Me vuelvo a preguntar si le interesará saber de nosotros, y de los usuarios. De como trabajamos y como viajan. Después me acuerdo que aumentó un 580% la tarifa del subte desde el 2012. Que los millonarios subsidios destinados a la empresa Metrovías se siguen incrementando año tras año. Que todo ese dinero nadie sabe donde va a parar. Y que solo la suerte hizo que todavía no hubieran accidentes con víctimas fatales entre los usuarios, ya que las condiciones no solo de las instalaciones, sino de las vías y el material rodante, son pésimas, “lo atamo con alambre, lo atamo”, rezaba la canción de Copani. Si la empresa no provee las herramientas e insumos necesarios, es poco lo que se puede hacer. Por todo eso, los pasajeros siguen viajando como ganado, y nosotros nos seguimos muriendo.
Me pregunto si sus hijos, o su esposa, la destacada organizadora de eventos Barbara Diez, habrán alguna vez pisado el subte. Si necesitarán alguna vez trabajar en un lugar como este, donde nos alegramos cuando alguno de nuestros familiares ingresa, pero donde al mismo tiempo hay que vencer el miedo de pensar que ese familiar pueda terminar como Matías, o como David, o como Antonio, Sergio o Diego, también asesinados por la desidia patronal.
Entonces dejo de hacerme preguntas, y me doy cuenta de una realidad: están ellos, y estamos nosotros. Ellos, los que se llenan los bolsillos con sus negociados.
Nosotros, los que ponemos el lomo todos los días, a riesgo de perder la vida. Ellos, los que viajan en auto con chófer. Nosotros, los que usamos el transporte público para llegar a nuestros lugares de trabajo y estudio. Ellos, los que deciden por nosotros, los que dictaminan si está bien o no parar por la muerte de un compañero. Nosotros, los que dependemos de las decisiones que toman ellos, que viven en countries, trabajan en oficinas con aire acondicionado, y no sufren los padecimientos de la clase trabajadora.
Y veo cada vez con más claridad que la diferencia entre ellos y nosotros va a ser irreconciliable. Que nunca van a entender nuestro odio al perder a uno más. Simplemente porque a ellos nunca les va a pasar. Porque tienen su futuro, el de sus hijos y el de su clase asegurado.
Pero también me doy cuenta de que la historia, es la historia de la lucha de clases. Que nosotros siempre, siempre la vamos a pelear, por nuestro bienestar, el de nuestros hijos, el de nuestros hermanos de clase. Que el odio se transforma en fuerzas para pelear. Y ese odio, a medida que nos siguen cortando la vida y los sueños, va creciendo. Que se va transformando en organización, y que vamos a vengar la muerte de los Matías, los David, los Diego, los Antonio y los Sergio.
Sr Rodriguez Larreta, desde ya le recordamos, por si se le olvidó, que el derecho a huelga es un derecho constitucional. Que si se siguen muriendo los nuestros por su culpa, lo vamos a seguir usando. Mientras ustedes sigan llenándose los bolsillos a costa nuestra, nosotros, seguiremos defendiendo con uñas y dientes nuestras vidas. Aunque para ustedes no valgan nada.