El Gobierno nacional difundió los resultados de las pruebas Aprender 2021, en los que se destaca el retroceso en la lectoescritura y comprensión lectora .Los medios, el gobierno y la oposición hablan de crisis educativa, pero no discuten cómo resolver los problemas de fondo de la educación, y mucho menos aumentar la inversión.
Miércoles 29 de junio de 2022 14:06
Según estos datos, el 56% de los estudiantes de sexto grado que participaron de la evaluación alcanzó los niveles de aprobación (satisfactorio y avanzado) en Lengua, mientras que el restante 44% tuvo problemas para la lectocomprensión, lo que representa casi el doble de la cifra de 2018, cuando se ubicó en 24,7%.
A su vez, los resultados expresan lo que los que caminamos a diario las escuelas públicas sabemos: que los niños de hogares vulnerables fueron los más afectados en la pandemia por la falta de recursos, como conectividad, materiales didácticos, y otros insumos necesarios para la actividad pedagógica, además de una alimentación poco nutritiva e insuficiente.
Las pruebas Aprender que se tomaron en sexto grado muestran que 7 de cada 10 estudiantes de hogares vulnerables no comprenden un texto acorde a su edad y casi la misma proporción no puede resolver operaciones matemáticas sencillas.
Cómo planteamos acá en medio de la pandemia, vecinos que integran los movimientos de la UTEP realizaron una encuesta educativa en villas y asentamientos de todo el país. Relevaron que la mayoría de los alumnos se conectaba con la escuela por WhatsApp, mientras que los que podían hacer clases por zoom o meets eran muy pocos, apenas el 14 por ciento.
En medio de la pandemia fuimos les trabajadores de la educación, en particular desde las seccionales Multicolor de Suteba, los que denunciamos las condiciones en las que se desarrolló la actividad pedagógica: sin becas, sin conectividad y sin alimentos suficientes y nutritivos para los miles de pibes y pibas que asisten a la escuela pública; lo cual tiene un evidente correlato con los resultados que exponen que el 43,1% de niñes pertenecientes a un “estrato socioeconómico bajo” tuvieron resultados por debajo del básico en Lengua, mientras que de quienes tienen un “nivel socioeconómico alto” fue el 8,6% quienes no alcanzaron el nivel básico.
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El propio gobierno, en el Informe Nacional de Indicadores Educativos, reconoce, “Respecto de las condiciones sociales de la población escolar, el 54% de los niños, niñas y adolescentes de 0 a 14 años son pobres por ingresos y el 17% indigentes en 2021” Hoy esa cifra se mantiene en 51,4%. Sin embargo no tomaron ninguna medida en pandemia ni ahora para fortalecer esas trayectorias educativas ni resolver los problemas de esas familias. Por el contrario, reprimieron a quienes peleaban por vivienda, comenzó a bajar la desocupación pero con un aumento de la precarización y la pobreza, y ahora es el propio gobierno en boca de la vicepresidenta quien ataca a los trabajadores desocupados como se vio en su último discurso en la CTA.
No se registró un aumento en el servicio alimentario escolar, ni creación de becas. Les docentes ATR que en la Provincia de Buenos Aires jugaron un importante rol para revincular a parte de esos estudiantes con la escuela, se los trata como descartables, sin derechos y sin garantizarles continuidad, el gobierno de Kicillof ahora extendió el “contrato” por 15 días más, pero se necesita que esos docentes que cumplen un importante rol pasen a planta permanente.
Los sindicatos docentes bajo la conducción Celeste de Alesso y Baradel, integrados al gobierno de Alberto Fernández y Kicillof vienen dejando pasar esta situación, sin convocar a ninguna medida ni ámbitos de discusión y resolución democrática.
Pruebas estandarizadas
Mención aparte merece el carácter de las pruebas Aprender. Como venimos planteandoacá estas pruebas se llevan adelante de forma estandarizada. Nada tienen que ver con el proceso de enseñanza-aprendizaje ni con las particularidades de las distintas provincias y regiones del país. A su vez, tampoco contemplan las trayectorias de los y las estudiantes, el contexto escolar y las posibilidades materiales de acceso.
Estas evaluaciones externas y estandarizadas, responden a la lógica que viene planteando el Banco Mundial en educación, como un instrumento de control y selección pensado desde la lógica meritocrática y empresarial. Las pruebas Aprender comenzaron a aplicarse en el país en 2016 bajo el gobierno macrista, y hoy el kirchnerismo las continúa sin el menor cuestionamiento.
Millones al pago de la deuda, migajas para educación
Como si no tuviera ninguna responsabilidad, el ministro de educación Perczyk dijo, en el marco de la presentación de los resultados de estas pruebas, que revertir la situación "lleva mucho tiempo, mucho trabajo, mucha inversión", y estimó que el tiempo para recuperar los aprendizajes "no baja de los tres años".
Habría que avisarle al ministro que su gobierno prioriza por ejemplo, el pago de una deuda ilegítima y fraudulenta mientras millones de niñes son pobres e indigentes en nuestro país, y por ende, no tienen cubiertas sus necesidades y derechos básicos, como es la alimentación, la vivienda y el acceso a la educación.
En 2022, con la vuelta a la presencialidad plena, tanto docentes como estudiantes sufren las escuelas Cromagnon, que se caen a pedazos y con temperaturas bajo cero no tienen calefacción.
El desfinanciamiento que padece la educación pública es muy claro. Lo vemos a diario en las escuelas que se caen a pedazos y en los “fríos” números de la economía. Según detalla el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) este año arrancó con ajustes en el gasto público que ascienden a casi $225.000 millones, en salud, educación y partidas sociales.
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Falsas soluciones a los problemas de la educación
Los resultados de las pruebas le dieron más nafta a los medios de comunicación que desde ambos lados de la grieta claman sobre la crisis educativa, usando los aprendizajes de los pibes como un botín de guerra para denostar las políticas de uno u otro gobierno.
Ante esto, el Ministro respondió con anuncios tribuneros: “Hay que comprar más libros y que los estudiantes puedan llevarlos a los hogares, hay que tener más horas de clases y también hay que subir el piso de la edad en que se ingresa al sistema”
Vuelve a aparecer la variable del tiempo como la solución a los problemas de la educación, como ya habíamos escuchado a principios de este año con el inconsulto e improvisado anuncio de extender una hora la jornada de la escuela primaria.
Sin embargo, para desnudar que los anuncios son solo mediáticos y/o electorales, es el propio gobierno el que incumple el Artículo 28 de la Ley de Educación Nacional, según el cual 23mil escuelas deberían tener jornada completa o extendida, mientras que es solo el 13,6% de los estudiantes quienes acceden a esas jornadas. Esto desde ya, está íntimamente ligado con la inversión educativa que planteamos en el punto anterior, ya que para su implementación se requiere construir más aulas o escuelas, crear cargos, destinar presupuesto a los comedores escolares, etc.
Por otra parte, como ya hemos planteado aquí, aumentar el tiempo pedagógico por sí solo no resuelve los problemas educativos. Lo que no está en discusión estos debates y los anuncios de falsas soluciones, es qué se enseña, cómo se enseña y para qué se enseña.
Un Congreso Pedagógico para debatir y organizarnos
Quienes sostenemos la escuela cotidianamente somos convidados de piedra en estos debates, que nos ubican como meros aplicadores de las políticas públicas que discuten desde los Ministerios, los mismos responsables de la desinversión.
Construir un Congreso pedagógico, donde podemos debatir en qué condiciones enseñamos y aprendemos, de qué manera, cómo alfabetizamos y al servicio de qué intereses está puesta la escuela; es la base para organizarnos por medidas elementales que puedan revertir parte de la crisis educativa en cuestión.
Tenemos que unificar la organización por escuelas, que en muchos lugares tomó la forma de comisiones de seguridad e higiene desde la pandemia, donde docentes, estudiantes y familias se organizan y movilizan por las demandas urgentes de infraestructura, con el impulso de cientos de nuevos delegados de escuela, junto a la oposición Multicolor y seccionales como en Tigre, exigiendo a la burocracia Celeste que convoque en toda la Provincia. Tenemos que organizar esta fuerza para pelear por un plan de obras públicas que pueda darle trabajo a las propias familias de nuestros alumnos que están desocupadas, y se refaccionen las escuelas que hoy se caen a pedazos, además de que se construyan nuevas. Aumentar el salario docente al equivalente a la canasta familiar por cargo, para permitirnos trabajar 4hs frente a grupo y luego tener tiempo pago y reconocido para capacitarnos, planificar, tener espacios de reflexión colectiva sobre nuestra práctica. Esto posibilitaría la creación de cargos, y el pase a planta de los docentes que hoy están precarizados como los ATR en PBA o quienes forman parte de los planes socioeducativos; para poder trabajar en parejas pedagógicas.
Para todo esto es necesario aumentar urgente el presupuesto en base a no pagar la fraudulenta deuda al FMI y nacionalizar el sistema educativo que hoy está fragmentado en 24 jurisdicciones.
Sobre esta base podemos empezar a discutir cómo abordar los problemas de alfabetización, que no se reducen a agregar una hora más de clases, así como tampoco se saldan con el debate dicotómico de si el problema es el método fonológico o psicogenético.
Les trabajadores de la educación podemos ser los únicos interesados en que nuestros chicos aprendan, y tengan las herramientas para cuestionar esta sociedad desigual, que somete a las grandes mayorías a la miseria y la explotación.
Un Congreso Pedagógico nos tiene que servir para organizar las fuerzas que tendremos que poner en las calles para conquistar nuestras demandas, por esto tenemos que impulsarlo junto a las seccionales y sindicatos recuperados, a la oposición a la burocracia celeste de la CTERA en cada provincia y jurisdicción, y pelear por imponerles que rompan su sumisión al gobierno.