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Red Internacional
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Economía y Política. Resultados Encuesta CEP 2021: Pesimismo económico y desaprobación en la gestión política

Luego de más de un año sin entregar datos, ayer se dio a conocer la Encuesta CEP elaborada en abril de 2021, especial COVID. Los datos publicados no son muy alentadores. La percepción principal de la población oscila entre un pesimismo respecto a la situación económica y una total desaprobación de la gestión política, sobre todo de Sebastián Piñera.

Viernes 30 de abril de 2021

Hace más de un año que el Centro de Estudios Públicos (CEP) no realizaba mediciones, sin embargo, ese periodo acabó ayer con la entrega de los resultados de la encuesta CEP 2021, especial COVID, donde a un año de iniciada la pandemia se sondeó la percepción de la población respecto a la situación económica y política generada por la crisis sanitaria.

Los resultados no son muy alentadores; en general, la población no ve con mucho optimismo el futuro en materia económica. En esta área y tras un año de crisis económica y sanitaria, el 48% de los encuestados no ve su situación “ni buena ni mala”, mientras que el 27% considera su actual situación como “mala”. En la misma línea, el 50% de los participantes considera que en 12 meses su situación económica estará “igual”.

Por otro lado, el 44% de los encuestados sostiene que la situación del país es “mala”, y el 36% cree que en 12 meses más esta situación “empeorará”.

Con respecto a la situación de la pandemia, un 51% cree que “aún falta lo peor” respecto al futuro y un 42% indica que “seguimos en el peor momento”.

Con respecto a la situación política, dentro de las instituciones peor valoradas se encuentra el Congreso con un 8%, el Gobierno con un 9% y los partidos políticos con tan solo un 2%. Dentro de las figuras peor evaluadas, llama la atención que por primera vez en toda la historia de medición de la CEP, el presidente ocupa el lugar más bajo en la valoración positiva con tan solo un 11% de aprobación, ubicándose al final de todas las figuras consultadas.

Y no es extrañarse, la estrategia del Gobierno para enfrentar la crisis desde un principio ha sido pésima, primero con una cantidad de exámenes PCR totalmente insuficiente y las declaraciones de que no era necesario usar mascarillas, luego con la mala trazabilidad y después las cuarentenas dinámicas; además de las medidas represivas que son más de control social que de medidas sanitarias, con toques de queda absurdos que no ayudan ni sirven para nada más que para reprimir. Este mal manejo sin duda ha repercutido en la situación económica, la ley de “suspensiones” facilitó a los empresarios una nueva puerta para descargar sobre los hombros de los trabajadores y trabajadoras la crisis, han hecho que la población retire sus fondos de cesantía y de pensiones para sobrevivir; esto mientras las grandes fortunas del país han duplicado sus patrimonios, incluyendo a la familia Piñera.

Los campamentos han aumentado explosivamente, el desempleo supera los dos dígitos, millones de personas no tienen fondos en sus ahorros previsionales, el trabajo informal ha aumentado y todo esto mientras recursos como el cobre han generado ganancias enormes. Es momento de frenar esta situación y luchar por un impuesto a las grandes ganancias que subsidie esta crisis, tanto en términos sanitarios con la compra de insumos y la contratación de personal adecuado, como en términos económicos para el rescate de las familias que hoy se encuentran en las situaciones más desfavorables.