Domingo 25 de noviembre de 2018 00:00
Un gran movimiento social explota en Francia
Este sábado volvieron a manifestarse masivamente las y los llamados “chalecos amarillos” contra el aumento en el precio de los combustibles que impuso el presidente Emmanuel Macron trasladando a los trabajadores y el pueblo pobre la suba del petróleo y con la insólita excusa de “desalentar” el uso de energías contaminantes. “La calle” había respondido inmediatamente a la medida con una gigantesca movilización de más de 300.000 personas incluyendo bloqueos en 2.000 puntos en todo el país el sábado 17 de noviembre.
Las acciones de protesta continuaron durante la semana y los manifestantes ya sumaron a su lista de reclamos la renuncia del represor Macrón cuya popularidad está en un mínimo del 25% mientras que el movimiento cuenta con el apoyo de un 80% de la población.
Convocándose mayormente por las redes sociales (las direcciones sindicales se hicieron los distraídos), los “chalecos amarillos”, como se les conoce por el uso obligado de esa indumentaria para transitar con sus vehículos, expresan el hartazgo de millones de trabajadores, de pobres y de sectores de clase media empobrecida. La extrema derecha intenta capitalizar el movimiento pero la protesta la excede ampliamente.
El gobierno por su parte, respondió nuevamente con una represión brutal, política que aplica también en los territorios coloniales como en la isla de La Reunión donde ordenó una intervención militar para aplastar el estallido social producido también por el aumento en los combustibles.
La nueva y masiva movilización de este sábado demostró que la represión no logra su objetivo de sacar a la gente de la calle.
Buenos Aires "blindada" y en virtual estado de sitio de cara a la cumbre del G20
El viernes 30 comenzará la reunión de presidentes del Grupo de los 20 países industrializados y "emergentes" que se extenderá por 3 días. El evento se destaca por la llegada de varios de los más derechistas y represores jefes de estado del planeta. El xenófobo Donald Trump, el golpista Michel Temer, el represor Xi Jinping, el homófobo Vladimir Putin, el ultraderechista italiano Giuseppe Conte, el ajustador Emmanuel Macron o el asesino de activistas mapuche Sebastián Piñera, entre otros y otras.
El anfitrión Mauricio Macri, que no les va en zaga en esas características, y su patotera ministra de seguridad Patricia Bullrich, están preparando un dispositivo de seguridad sin precedentes que tendrá sitiado el centro de la capital argentina durante el fin de semana. El costo multimillonario de la cumbre y su operativo de seguridad es obsceno teniendo en cuenta los crecientes niveles de pobreza que registra el país producto de las políticas dictadas por el FMI.
Pero la vocación de cipayos y represores no es privativa del gobierno de los CEO de Argentina. El uruguayo Tabaré Vázquez, y la bancada del Frente Amplio, aprobaron la instalación de tropas estadounidenses en su territorio durante la Cumbre.
Las protestas contra esta reunión de ajustadores al servicio de los grandes capitales y monopolios comenzarán el mismo viernes con una marcha que reunirá organizaciones sociales, sindicales y de la izquierda.
Chile: Piñera profundiza la represión
Tras un nuevo asesinato de un miembro y activista de la comunidad mapuche, Camilo Catrillanca, las fuerzas de represión chilenas a las órdenes del presidente Sebastián Piñera reprimieron duramente el viernes la marcha estudiantil en solidaridad con el pueblo mapuche. Las y los jóvenes, apoyados por organizaciones de derechos humanos y de la izquierda, denunciaron la violencia policial que incluyó apremios ilegales como los sufridos por la estudiante Eloísa González.
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