Viernes 17 de octubre de 2014
Bajo el manto de la ampliacion de beneficios y derechos laborales, las compañías Apple y Facebook pagarán el costo de la congelación de óvulos de sus empleadas.
Aunque parezca un cuento chino, los gigantes tecnológicos pretenden, con esta medida, retener a las mejores mentes femeninas de su plantel ofreciendo mayores facilidades que sus competidores para que puedan conciliar su vida familiar y laboral.
El procedimiento permite a las mujeres congelar parte de sus óvulos durante sus años más fértiles, que a menudo coinciden también con el periodo más productivo de sus carreras profesionales. Facebook ya ha empezado a pagar los gastos del tratamiento y Apple comenzará en 2015.
La polémica se enmarca en un gran debate sobre la situación de las mujeres en Silicon Valley, rdonde se concentran las mayores corporaciones tecnológicas. La presencia de mujeres en las empresas de tecnología de la comunicación representa menos de un tercio que la de los trabajadores varones. La semana pasada, Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, le aconsejaba a las mujeres que no pidieran aumento de sueldo, argumentando que con esfuerzo y trabajo, todo llega. La diferencia de sueldo entre ambos sexos, en el mundo de la tecnología, es superior al 30%.
Otro caso que habla por si solo es el de Marissa Mayer, ex directiva de Google y consejera delegada de Yahoo! que trabajó hasta un día antes de dar a luz y volvió a trabajar dos semanas más tarde, con el bebé en una cuna, dentro de su oficina.
Las mujeres que son madres, se encuentran cada vez con más trabas a la hora de conseguir trabajo o incluso de mantenerlo, ya que sortear los obstáculos que impone un sistema patriarcal en el que la mujer tiene que salir a trabajar, rendir al 100% y ademas ocuparse de los hijos, las expulsa del mercado laboral.
Las empresas Apple y Facebook dan un paso más allá: se pintan de “buenos patrones”, entienden que tener hijos limita a las mujeres en su desarrollo dentro del mercado competitivo y, como solución, ofrecen retrasar la maternidad de sus trabajadoras en pos de mejorar su productividad.
Cuando las mujeres quieren decidir sobre sus cuerpos y exigen el derecho al aborto son atacadas por la Iglesia que las juzga y el estado que las penaliza; pero cuando los “buenos patrones” se ponen a disposición de planificar la maternidad de sus empleadas para seguir ganando millones a costa de ellas, parece un gran avance de los derechos laborales, o así lo quieren mostrar.