Se encuentra en exhibición la obra gráfica de Sergio Naranjo en el Museo de la Memoria y en Londres 38, siendo este último el mismo lugar donde el autor fue torturado junto a sus compañeros del Movimiento de Izquierda Revolucionario.
Domingo 30 de junio de 2019
El Museo de la Memoria inauguró la obra “Retorciendo el Tiempo” del artista gráfico Sergio Naranjo el día internacional de apoyo a víctimas de la tortura. Sin embargo, lo hizo después de 5 años, tras múltiples intentos y emplazamientos por parte del artista para que la obra dejara de estar guardada en los anaqueles del olvido. Como él, su obra también estuvo exiliada.
La exposición "Memoria, tiempo y reconstrucción" en Londres 38 cuenta otra historia, alejada de la institucionalidad de un Estado signado por la impunidad. Lugar de memoria en el que durante años se han buscado rescatar relatos de terror y resistencia que vivieron en ese mismo edificio especialmente quienes militaron en el MIR, organización a la cual pertenecieron la mayor cantidad de detenidos que pasaron por ese espacio en la dictadura cívico militar de Pinochet.
La inauguración de la obra fue cercana, acogedora, familiar, donde ex compañeros que, habiendo sido torturados en esa misma casa, con la cabeza en alto, reivindicaron la vigencia de la revolución, el legado del revolucionario León Trotsky y la militancia de izquierda. Es que la obra de Sergio Naranjo Ramos es reconstrucción, la historia de su propia reconstrucción. Como el mismo señaló en su exposición, lejos de la victimización con la cual el régimen espera inmovilizarnos, la obra avanza, más allá.
Nace de visitas a un lugar de terribles recuerdos, de fotografías de espacios que pisó y en el que conoció sólo por la voz a nuevos camaradas que como él también resistían. Nace del desgajo de esos lugares, de su rotura, de la superposición de otras imágenes para llenar vacíos de la vista cegada a la fuerza. Su obra se constituye entonces como la búsqueda de la verdad que hasta el día de hoy se rehace en Londres 38 como laboratorio y reivindicación, a contracorriente de un Chile donde no ha habido justicia, verdad ni reparación; en el que la memoria es débil o, mejor, debilitada.
Pero no es sólo la constatación de nuestra propia historia, que en sí es un acto revolucionario, como decía Rosa Luxemburgo. Es sobre todo un nuevo grito de lucha a años de la barbarie. Un nuevo espacio abierto a la reflexión política, artística y sus cruces.
La obra se exhibirá en Londres 38 hasta el 10 de julio.