Miércoles 5 de abril de 2017
La desaparición forzada de nuestros 43 compañeros de Ayotzinapa sigue impune. La “reforma educativa” nos condena a la precarización laboral. Las normales languidecen. Pero el descontento en ellas crece y aflora en cada oportunidad. Los normalistas tenemos que organizarnos y unirnos para luchar junto al magisterio en defensa de nuestras escuelas y la educación pública.
La “reforma educativa” avanza, con un saldo sangriento: 11 pobladores asesinados en Nochixtlán, Oax., por la Policía Federal durante el paro magisterial del año pasado; varios maestros, como David Gemayel y Claudio Castillo, asesinados también por la represión del gobierno; presos políticos; casi 600 maestros cesados; y 43 normalistas desaparecidos por las fuerzas represivas del Estado.
El avance reaccionario de la reforma se muestra en las condiciones de trabajo con las que ingresamos los nuevos maestros, despojados de derechos laborales. Como el derecho al trabajo y a la estabilidad laboral, que nos niegan con los exámenes estandarizados para el ingreso y la permanencia en el Servicio Profesional Docente.
La reforma y su “nuevo modelo” descalifican e ignoran los cuatro años de licenciatura que los normalistas cursamos para formarnos como docentes; obligándonos al egresar, con el examen de oposición, a competir con miles por alguna de las escasas plazas ofertadas, a pesar de la gran carencia de maestros. Desde la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase, luchamos por la abrogación de la reforma educativa y exigimos plazas automáticas basificables para todos los egresados normalistas.
Alto a la represión
Este ataque se inscribe en una ofensiva más amplia contra los derechos y condiciones de vida del pueblo trabajador, que incluye el gasolinazo, las deportaciones y el muro de Trump, el encarecimiento de la canasta básica, represión a quienes luchan y el pisoteo de derechos democráticos, como la libertad de expresión.
Mientras el gobierno federal quiere dar “carpetazo” y mantener la impunidad en el caso de los 43, con sus aliados locales continúa reprimiendo a los estudiantes normalistas. Cientos de compañeros en Oaxaca fueron detenidos, por exigir su derecho al trabajo. En la CDMX, el director de la Escuela Normal Superior de México amenazó con castigar a quienes realicen actividades “no autorizadas”, para tratar de impedir que nos sumáramos al paro internacional de mujeres el 8 de marzo. Lo que le ganó el repudio de la mayoría de la comunidad.
Por un normalismo independiente y combativo
En la CDMX, los normalistas paramos nuestras escuelas contra la “reforma educativa” en el 2013; nos movilizamos por los 43 un año después; conseguimos impedir los foros a favor de la reforma educativa que la DGENAM quiso hacer en la ESEF y la ENMJN el año pasado y realizamos un foro en esta misma escuela hacia el 25N, Día internacional de lucha contra la violencia a las mujeres. A principios de este año paramos contra el gasolinazo y realizamos en la ENSM un gran festival por el Pan y las Rosas el 8 de marzo, en el marco del Paro Internacional de Mujeres.
Los normalistas hemos demostrado ganas de luchar, pero aprendimos que solos no podemos. En la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase(http://bit.ly/2o7o5IV) no creemos que, mediante negociaciones por separado con los gobiernos estatales o el federal, acompañadas de acciones “radicales” pero aisladas y con poco respaldo social, vamos a poder enfrentar el duro golpe que significa la reforma educativa para el normalismo y la educación pública.
Proponemos que las organizaciones estudiantiles del normalismo urbano y rural, como la FECSM y las organizaciones estatales de normales urbanas combativas, como las de Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, hagan un llamado a la unidad del movimiento normalista a nivel nacional, con el magisterio combativo y el resto de los trabajadores del campo y la ciudad, actuando en consecuencia.
Impulsando un plan de lucha unificado para enfrentar las “reformas estructurales”; lograr la abrogación de la reforma educativa; defender al normalismo y la educación pública; dar con el paradero de nuestros 43 compañeros de Ayotzinapa y castigar a los culpables.
En las normales de la Ciudad de México y el resto del país, proponemos impulsar la auto-organización, poniendo en pie en cada escuela consejos estudiantiles democráticos y representativos, con delegados revocables y rotativos de todos los semestres y especialidades. Así como la conquista de delegaciones democráticas y combativas, basadas en asambleas, por parte de los docentes y trabajadores.
Organízate con Nuestra Clase
Nuestra Clase es una agrupación de maestros y estudiantes normalistas que nos proponemos defender la educación pública, enfrentando en las calles, en nuestras escuelas y centros de trabajo, los planes del imperialismo, la OCDE y los grandes empresarios contra los trabajadores y el pueblo, que el servil gobierno de Peña aplica con el aval de los partidos patronales.
Nuestra perspectiva es independiente de las instituciones del régimen; pro-obrera, pues apuesta a la unidad con los trabajadores del campo y la ciudad de los estudiantes y otros sectores populares; internacionalista y antiimperialista, pues considera a los trabajadores y los pueblos pobres del mundo como nuestros principales aliados en la lucha contra el imperialismo y sus gobiernos lacayos. A los compañeros que quieren enfrentar a este sistema de explotación y miseria, los invitamos a discutir y organizarse con Nuestra Clase.