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Red Internacional
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Newsletter. Retrato de una mujer en llamas

8M, institucionalización, feminismo y lucha de clases. Argentina, Estado español y Francia. Una copa menstrual, un teléfono y las ciencias naturales. Nueva entrega del newsletter No somos una hermandad.

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Martes 7 de marzo de 2023 00:00

Cuando escribí la última entrega estábamos en plena borrachera mundialista. Varias olas de calor, aumentos de tarifas y cortes de luz después, vuelvo con el inicio “oficial” del año.

Hace unos días escuché en la radio a una periodista hablando sobre el “Encuentro Internacional Feminista”, organizado por el Ministerio de Igualdad español, en el que participaron periodistas, intelectuales y algunas funcionarias argentinas. Me parece para discutir que un evento así lo organice un gobierno pero quedará para otra entrega. Hubo panelesinteresantes pero, ¿qué pasa con la agenda cotidiana del gobierno español? ¿Y la de los gobiernos cuyas funcionarias participaron?

Hablando del 8M, la periodista comentó que el movimiento feminista argentino está desinflado por el avance de la derecha. Me llamó la atención su comentario, no por lo que decía del movimiento (que es verdad) sino por el motivo. Argentina viene de conquistar el derecho al aborto legal, como resultado de un movimento masivo que ganó en la calle. Los sectores conservadores no abandonan los ataques pero no impusieron ninguna derrota hasta ahora. No quiero decir que no tengamos que estar alerta, la reacción patriarcal alimenta grupos y partidos de derecha e incluso fortalece las alas más rancias a ambos lados de la grieta. Pero falta un elemento en la ecuación, la política de pasivización del gobierno, la apuesta a un feminismo institucionalizado, juega un papel importante en el desinfle. Y las restricciones que existen hoy a los derechos conquistados tienen más que ver con un gobierno que habla de igualdad pero prioriza sus compromisos con los empresarios y los organismos internacionales. ¿No merece una observación crítica el uso de discursos feministas mientras se reproducen las desigualdades? ¿O una reflexión sobre las políticas con la etiqueta “perspectiva de género”?

¿Quién dijo que la lucha contra la opresión avanza con la tutela estatal o en armonía con los partidos mayoritarios de las democracias capitalistas? ¿Por qué el motor de la movilización feminista no puede ser enfrentar a la derecha? ¿Por qué no pensarlo como parte de las fuerzas sociales que aplican los “frenos de emergencia” (como dice Walter Benjamin en sus Tesis sobre el concepto de Historia)? De mínima, es parte de los debates que atraviesan el movimiento.

Un poco de fuego francés

Cuando este correo llegue a tu bandeja de entrada, la huelga contra la reforma jubilatoria del presidente francés Emmanuel Macron estará en pleno desarrollo. Te preguntarás qué tiene que ver con el 8M: “cuando anunció la reforma, el gobierno la presentó como ‘más justa’, sobre todo para las mujeres. Esto generó mucha bronca. Algunas organizaciones feministas jugaron un papel importante al destacar cómo, por el contrario, las mujeres iban a estar entre las más afectadas: por los salarios bajos, el trabajo precario, las interrupciones en sus carreras, tendrían que trabajar más allá de la edad legal o retirarse con jubilaciones irrisorias” (el gobierno tuvo que terminar reconociéndolo). Esto lo cuenta Gabriella Manouchki, que es militante de Du Pain et Des Roses de Toulouse y escribe en la sección de géneros del portal Révolution Permanente.

“En algunos sectores (transportes, refinerías, energía, recolección de residuos), las direcciones sindicales han llamado a continuar la huelga a partir del 7 de marzo”. Le pregunté a Gabriella si había discusiones entre sindicatos y organizaciones feministas sobre el 8M. “En un contexto así, el llamado a la ‘huelga feminista’ del 8M se vuelve mucho más política de lo que suele ser. Muchas organizaciones feministas y algunos sindicatos convocan una huelga que une las reivindicaciones del movimiento obrero y del movimiento feminista: contra la reforma, por aumentos salariales, contra la violencia sexista y sexual y en solidaridad con las mujeres de todo el mundo. Esto es algo muy progresivo, porque normalmente estos dos aspectos están separados”.

Alguna vez lo conté, pero el público se renueva: Pan y Rosas es una agrupación internacional. En Francia se llama Du Pain et Des Roses y allá también peleamos de la misma forma en los sindicatos y en el movimiento feiminista. “Defendemos [que es necesario] hacer del 8M el inicio de una huelga política y reconductible [renovable] por el retiro de la reforma jubilatoria, pero también por todo lo demás: aumento de salarios y su indexación a la inflación, reparto de las horas de trabajo, presupuesto para servicios públicos como salud y educación, y por la regularización de todos los trabajadores y trabajadoras sin papeles. También defendemos que con este programa podemos garantizar el derecho al aborto libre para todxs y luchar contra la violencia patriarcal y racista”.

Creo que en Francia hoy vemos un ejemplo de cuando la movilización feminista confluye con la lucha para frenar la agenda neoliberal (con muchos aliados en todas las variantes de derecha). Muy cerca de Madrid, pero sin apoyo de ministerios, un encuentro en la Universidad París 8 se preparaba para el 8M (convocado por los colectivos Du Pain et Des Roses y Le Poing Levé). “En la mesa, junto con nuestras compañeras de la educación, los ferrocarriles, la limpieza y jóvenes, estaba Adèle Haenel [actriz y protagonista de Retrato de una mujer en llamas]. Era la primera vez que hablaba en un mitin político. Afirmó con orgullo su apoyo a la huelga, llamó a construir la huelga renovable a partir del 7 de marzo” pero, me contó Gabriella, no se quedó ahí. Adéle habló contra la vida de explotación (sin eufemismos) en el capitalismo, y algo que me encantó es que dijo que la huelga, además de ser una demostración de fuerzas, es una forma de romper el monólogo de la burguesía, de imponer nuestra voz.

Se desató una campaña contra Adéle porque es muy conocida pero, en general, en contra de las ideas que se discutieron en esa reunión y en cada lugar donde la juventud, las trabajadoras y los trabajadores también están hartos del monólogo de los dueños de todo. “En la televisión, los editorialistas burgueses condenaron sus palabras con un sexismo y un desprecio de clase sin límites, comentando su apariencia física y lamentando que una reunión así pudiera celebrarse en una ‘universidad francesa’. Le siguió una avalancha de odio de la derecha y la extrema derecha contra Adèle”. Si hay algo que a los medios de comunicación (sobre todo a sus dueños) les resulta insoportable es que una cara conocida se ponga del lado de quienes no tienen voz en sus pantallas.

La semana del 8M empezó con la campaña de solidaridad con Adéle Haenel y a través de ella, con todas las que quieren que el 8M no sea una jornada “sectorial”, que con su lucha recuperan la tradición del Día Internacional de las Mujeres, que nunca se trató de biología sino de política y lucha clases. Hoy se usan diferentes palabras para definir el feminismo por el que peleás porque nuestro movimiento es amplio y heterogéneo. En francés hay una expresión que es “feminismo de lucha de clases”. Me gusta porque es sencilla y deja claro el lugar donde queremos estar, porque es nuestro y porque le da a nuestra lucha contra la opresión (no sin debates) la fuerza social para imponer nuestras demandas.

Una copa menstrual, un teléfono y las ciencias naturales

Una escena de algunos segundos en The Last of Us disparó la curiosidad sobre la copa menstrual. Lo único que hizo la serie fue no ocultar que la mitad de la población menstrúa y las ventas de un fabricante de copas en Estados Unidos crecieron un 400 %. No hacía falta un apocalipsis zombi pero bienvenido sea, y no debería transformarse en un negocio de ninguna empresa. Si te interesa el tema, te recomiendo que leas o mires esto de Agostina Mileo sobre los productos de gestión menstrual y por qué deberían ser gratuitos.

¿Hola? es un libro del escritor argentino Martín Kohan, publicado por Ediciones Godot. Hayas usado o no teléfono fijo, es un viaje alucinante al corazón de ese invento (y sus metamorfosis sucesivas) que cambió la forma de comunicarnos pero, sobre todo, de relacionarnos con la voz, la presencia y la ausencia. Si no te convencí, escuchalo a él mismo hablando del libro en este episodio del podcast Pasarla bien de Clemente Cancela y Diego Della Salla.

Las ciencias naturales es una obra de teatro y la segunda entrega de “La saga europea” de Mariano Tenconi Blanco. Como en Las cautivas, la literatura es la nave para explorar la relación (de choques y de encuentros) entre América latina y Europa. Un naturalista alemán llega a Argentina con su secretario español y juntos se embarcan en una expedición para buscar el origen de la humanidad. Es complicado narrar lo que sigue, pero incluye un espadeo fálico, un diablo rockstar y ególatra, una monja sarcástica que entiende la lengua de los animales y un grupo de teatro alemán. Todo está hilvanado con música en vivo y un clima de comedia intenso y absurdo.

Este texto fue publicado en el newsletter No somos una hermandad. Podés suscribirte a este y otros newsletters de La Izquierda Diario y El Círculo Rojo.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

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