En el marco de los “Encuentros Abiertos-Festival de la Luz 2018” de Buenos Aires, festivales de fotografía que se realizan en 24 ciudades del mundo, desde agosto hasta el 30 de septiembre se encuentra una exposición, en el Centro Cultural Kirchner, de la obra fotográfica del artista ruso Aleksandr Ródchenko, uno de los fundadores del constructivismo.
Aleksandr Ródchenko nació en San Petersburgo en 1891 en una familia obrera, estudió en la Escuela de Arte de Kazán, donde conoció a Varvara Stepánova, artista también relacionada al movimiento constructivista, quien además sería su compañera de vida.
Aleksandr fue parte de la vanguardia artística que se alineó con los bolcheviques tras la Revolución rusa y en la construcción, por primera vez en la historia, de un Estado obrero.
“¡Abajo el arte, viva la técnica!” [1]
La revolución motorizó profundos cambios en todos los ámbitos; el arte y la cultura no quedaron al margen.
Ródchenko fue uno de los impulsores del “constructivismo”, más específicamente del ala llamada “productivista”, un nuevo lenguaje que nació por y para la sociedad soviética. Junto con Stepánova y Aleksei Gan proponían la incorporación del arte a la vida cotidiana, renunciando a la pintura para dedicarse al diseño. Incursionaron en el diseño gráfico de las nuevas publicaciones editoriales, como libros y revistas, también posters y afiches de la propaganda revolucionaria. En su programa definían:
La misión del grupo productivista es la expresión comunista del trabajo constructivo materialista. El grupo se ocupa de la solución de este problema basándose en hipótesis científicas y poniendo de relieve la necesidad de sintetizar el aspecto ideológico y formal para orientar el trabajo experimental por la vía de la actividad práctica [2].
Entre 1922 y 1930, Ródchenko enseñó construcción y carpintería metálica en los VkhuTEMAS de Moscú (Talleres de Enseñanza Superior del Arte y de la Técnica), que fueron creados en 1920 por un decreto del gobierno revolucionario. Su participación tenía como objetivo el diseño funcional de los objetos cotidianos y, como perspectiva, la construcción de una nueva sociedad, considerando el arte un vehículo para transformar la vida. En escultura, por ejemplo, usó tanto materiales como herramientas provenientes de la arquitectura o la ingeniería, abandonando las premisas de la escultura tradicional.
Este camino lo llevó a innovar en la fotografía, siendo hasta la actualidad uno de los referentes más importantes en las composiciones abstractas y geométricas. El artista visita París en 1925, y compra dos cámaras portátiles Leica 35mm y deja atrás su vieja Lochim rusa, desarrollando en ese período algunas de sus mejores producciones.
Participó de la fundación de la LEF (Frente de Izquierda de Arte), grupo que reunió teóricos formalistas con futuristas y otras expresiones de vanguardia en polémica con el arte tradicional. También por esos años, hasta 1925, junto con su colega Vladimir Maiakovsky crearon más de 150 piezas publicitarias, packaging y diversos diseños pensados para la vida cotidiana –muebles, vajilla, indumentaria–.
Ródchenko quería fusionar el arte con la vida, pensando a la creación artística como una experiencia y un trabajo productivo.
Fotografías de los VKhuTEMAS
Organizada en cooperación con el Festival Internacional de Fotografía PhotoVisa, la Academia de Artes e Industrias Stroganov de Moscú y el Archivo de Aleksandr Ródchenko y Varvara Stepánova, la exhibición actual cuenta con 99 fotografías del período de diez años en el que Ródchenko fue parte de los VkhuTEMAS, lugar donde pasaron artistas relevantes de los movimientos de vanguardia de entonces, como el constructivismo y el suprematismo.
Las fotografías seleccionadas son parte de la obra destacada del artista; algunas de ellas fueron exhibidas en esa época, utilizadas en periódicos o en diferentes publicaciones.
Se puede ver paisajes urbanos y fabriles, retratos en escena de la vida cotidiana, collages y experimentación en el punto de vista de la cámara. La geometría prima en las fotografías como un elemento fundante, ofreciendo una mirada particular, además de la innovadora disposición de los objetos que liberó a la fotografía de los encuadres tradicionales y su visión estanca.
El ojo de Aleksandr Ródchenko muestra la sociedad en transformación de los primeros años de la Revolución rusa. En los registros de los eventos deportivos se ve una sociedad activa y participativa, con imágenes en picado y contrapicado que destacan los cuerpos en acción. También la ciudad, con sus cambios, es tomada como objeto de representación a través de la exploración de ángulos, líneas y movimientos.
Las relaciones entre las personas en su vida cotidiana son reflejadas con una cálida intimidad, como en “Almuerzo en la cafetería de la fábrica”, una fotografía de un grupo de obreros comiendo en una mesa común vistos desde un plano cenital.
Son famosas sus imágenes con escaleras como elemento compositivo, generando direcciones muy marcadas, como “Escalera de incendio”, de 1925, y “Escaleras” de 1929, inspirada en la escena de las escaleras de Odessa de la película Acorazado Potemkin, en la que trabajó como fotógrafo.
En los retratos seleccionados para esta muestra, hay algunos de artistas de vanguardia como Vladimir Maiakovsky, y también podemos ver fotografías de mujeres mostrándolas activas en la revolución, participando en eventos deportivos y culturales, dejando entrever la igualdad de derechos que caracterizó los primeros años del estado obrero.
La muestra también dedica varias fotografías a Varvara Stepánova, retratándola en su vida cotidiana, realizando diferentes tareas, fumando o trabajando.
Ródchenko trabajaba en sus obras luego del revelado, en una búsqueda del encuadre perfecto. En el caso del retrato de su madre, es una edición de una imagen más grande en la que se veía a la misma leyendo el Pravda.
Por otro lado, la experimentación con la luz y en la composición se refleja en los collages o fotomontajes que fueron realizados para diversas publicaciones.
Reacción stalinista
A principios de los años treinta, toda la efervescencia de las vanguardias rusas llega a su fin cuando comienzas a ser perseguidas por las políticas del stalinismo y el establecimiento del “realismo socialista” como estética oficial y obligatoria. Sin embargo, las imágenes de Ródchenko sobreviven al silencio y a ese aplastamiento cultural, adaptándose.
En 1928, Ródchenko fue acusado, como tantas otras expresiones artísticas de vanguardia o simplemente críticas del arte tradicional, de “formalismo burgués”, como así también de plagiar fotografías occidentales; se le reprochó que su arte no era entendido por las masas populares y que sus imágenes eran contrarias a las ideas revolucionarias. Blanco de esas críticas fue su serie “Pioneros” (1928-1930), donde hay retratos en primer plano con la mirada en alto.
En 1931 funda la Sociedad Rusa de Fotógrafos Proletarios, desempeñándose como fotógrafo de prensa. Al pionero del fotomontaje se le había prohibido fotografiar de forma independiente, y se tuvo que dedicar al fotoperiodismo cubriendo solamente los eventos oficiales, como desfiles militares, eventos deportivos o documentando los “avances” del régimen, como en el caso del diseño del libro A diez años de Uzbekistán, en 1934, que celebraba una década del régimen soviético. Estaba lleno de fotografías de burócratas y de estadísticas falsas, sin embargo, el diseño contenía creativas técnicas gráficas e innovadores folletos internos. Esas mismas fotos fueron modificadas en sucesivas ediciones, cuando muchos de los burócratas que posaban para la foto iban cayendo en desgracia.
Otra de sus participaciones polémicas fue la participación en la revista URSS en construcción, dedicada a la fotografías y a hacer propaganda, sobre todo hacia el extranjero, de los logros del régimen. Aún con esos límites, sus fotografías y diseños eran destacables.
Ródchenko pudo participar de la exposición “Maestros del arte soviético” realizada en 1935, a condición de declarar públicamente sus errores “formalistas”, práctica común utilizada por el stalinismo.
Hacia finales de los años treinta Ródchenko vuelve a la pintura, donde también desarrolló formas libres y abstractas. Luego se inclinó por un estilo más pictórico. Diseñó junto a su compañera Stepánova durante el período de guerra y posguerra, los álbumes fotográficos De Moscú a Stalingrado (1942), Cinco años de reservas de trabajo (1945), El Museo Lenin (1947).
Aleksandr Ródchenko murió el 3 de diciembre de 1956 en Moscú a causa de una apoplejía.
El multifacético artista dejó una huella imborrable en todas las ramas por las que incursionó, en las artes visuales, el diseño, la fotografía y en la propaganda; y aún casi un siglo después, siguen siendo sus imágenes algunas de las que se nos vienen a la mente cuando pensamos en la Revolución rusa.
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