Después de que el gobierno tuviera que desechar la carta de Carlos Williamson para el puesto de Subsecretario de Educación Superior luego de que salieran a la luz sus dichos sobre el Museo de la Memoria catalogándolo se “mentira”, designa a Juan Eduardo Vargas. Un revés del gobierno para evitar mayores cuestionamientos.
Viernes 2 de agosto de 2019
“La gratuidad llegó para quedarse (…) No tiene mucho sentido cuestionarse a estas alturas si es el mejor camino o no, lo que sí está claro es que en la ley no quedó del todo bien y que hay aspectos que hacen que sea más oneroso, más gravoso, para las instituciones de educación superior que adscriben a la gratuidad. Esos aspectos son los que hay que ver y revisar, con las limitaciones presupuestarias que son evidentes”. Con estas declaraciones Juan Eduardo Vargas marcaba su carta de presentación frente al cuestionamiento anterior del gobierno al designar a Carlos Williamson.
Así Vargas se perfilaba como un rostro distinto al de Williamson como subsecretario de Educación Superior, un nuevo cargo creado por ley desde el gobierno, que comenzará a funcionar formalmente este jueves. Cabe destacar que, bajo las directrices del gobierno, se remitirá a diseñar el nuevo sistema de admisión a las universidades, revisar la política de gratuidad y llegar a acuerdos arancelarios con las universidades.
Un nuevo rostro, la misma situación para las y los estudiantes y sus familias
¿Con Vargas la educación dejará de ser parte del mercado, en la que familias completas deberán endeudarse para acceder a esta? ¿Se pondrá un freno a la situación crítica que ya viven más de 27 mil estudiantes que perdieron la beca de gratuidad? ¿Se pondrá un fin a los mecanismos segregadores de selección como la PSU? Sin duda alguna la respuesta a estas preguntas no podría ser otra que un rotundo no.
La crisis de la educación pública no se soluciona con un cambio al subsecretario de educación que sólo se traducirá en un fortalecimiento de los privados mediante la fuga de capitales hacia ese sector. Hablan de gratuidad, un nuevo modelo de selección para las universidades y acuerdos arancelarios. Pero con estas propuestas el gobierno solo busca evitar mayores cuestionamientos por su debilidad y por sus vínculos con la derecha pinochetista, al mismo tiempo que pasa ataques a la juventud para detener a quienes son los principales opositores en las calles contra la derecha y su gobierno.
En este sentido, para conseguir una educación gratuita, no sexista, democrática y anti-neoliberal para todos y todas necesitamos financiar su libre acceso, es decir, acabar con todos los coladores y pruebas segregadoras que sólo sirven para dividir y perpetuar una educación para ricos y otra para pobres. Y esto debemos financiarlo mediante la nacionalización de los recursos naturales bajo gestión de los trabajadores. Basta que empresarios sigan decidiendo por la educación de las familias trabajadoras.
Gidget Guardiola
Trabajadora de la APS, Agrupación de mujeres y diversidad sexual "Pan y Rosas", Agrupación de trabajadores de la salud "Abran Paso"
