Luego de la reunión entre Nación, Provincia y Ciudad, hicieron trascender que es "oficial" la llegada de la segunda ola y que restringirían las actividades sociales, sin afectar la actividad productiva. Hace falta un plan integral para palear la situación sanitaria y enfrentar la crisis social y económica.
Martes 6 de abril de 2021 00:03
Los jefes de Gabinete de Nación, Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires se reunieron este lunes, haciendo trascender a los medios algunos ejes de lo que los Gobiernos estarían evaluando como medidas de restricción en el contexto de la segunda ola que se ha declarado oficialmente.
Más temprano, la infectóloga Laura Bacarán, del comité que asesora al Gobierno, había afirmado que "estamos claramente en la segunda ola, es lo que se dio en todo el mundo, no hay ningún motivo para que a nosotros no nos pase. Es otra fase de la pandemia".
El martes por la mañana la Ministra de Salud, Carla Vizzotti dará una exposición en el Congreso y está previsto que para el día viernes, luego de una reunión virtual que Alberto Fernández mantendrá con los representantes de todas las provincias, se den anuncios oficiales.
Tanto el Presidente como la Ministra venían dando declaraciones donde señalaban la conducta individual de la ciudadanía como la principal causa del aumento exponencial de los contagios de covid-19. "Los contagios no se dan en las fábricas y en los lugares de trabajo. El problema se da en el relajamiento social, en las reuniones sociales, en los encuentros. Ahí está el problema”, dijo Fernández este fin de semana.
Como venimos señalando en La Izquierda Diario, las declaraciones del Gobierno Nacional al principio de la pandemia, afirmando poner por delante la salud, antes que la economía, quedaron en el olvido, ante el desplome del 9,9 % del PBI en 2020 y el aumento de la pobreza en más de un 42 %. Por otro lado, las negociaciones por el pago de la deuda odiosa con el FMI y el Club de París parten de un ajuste en el Presupuesto 2021, donde se quitó el IFE y se redujo la partida de Salud.
El ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan, advierte que "el aumento de casos de coronavirus y la ocupación de camas se acelera día a día".
El Gobierno especula con aplicar restricciones que aplaquen la curva de contagios y mengüen el riesgo de colapso de un sistema de salud desfinanciado, intentando que los límites a la circulación de personas no afecten a la actividad económica; pero pareciera tener poco margen.
Lo que trascendió de la reunión
La intención del Gobierno estaría puesta en que no se restrinjan ni se dañen las actividades productivas en la Argentina.
Pero en los trabajos y los colegios también hay contagios
La infectóloga Laura Barcán explicó que estamos presenciando "aumento de casos brusco", que "no vimos nunca en la primera ola". Más allá de los cuidados personales que sí hay que tener, el Gobierno parece dejar de lado todos los riesgos que corren a diario los trabajadores y trabajadoras dentro de sus actividades productivas.
Por esto es una necesidad de primer orden impulsar y/o fortalecer, Comisiones de Higiene y Seguridad en todos los lugares de trabajo, incluidos los colegios para prevenir los contagios. Con el asesoramiento de los profesionales y una organización independiente, es necesario pelear por imponer las mejores condiciones en fábricas, establecimiento, escuelas, oficinas. La solidaridad entre la comunidad neuquina y los trabajadores de la Salud que se vio este fin de semana, es un ejemplo de las alianzas que se pueden forjar.
Además, frente al ocultamiento del Gobierno y los medios sobre el problema del transporte público, donde se viaja hacinado, sin posibilidad alguna de aplicación de protocolos de distanciamiento en las horas en que se va y se vuelve del trabajo: es necesaria la alianza entre trabajadores del transporte y usuarios para exigir mayor frecuencia y mejores servicios.
Todos los recursos disponibles, al servicio de enfrentar el covid-19
Es la falta de un plan integral, uno de los motivos principales de la debilidad en la que nos encontró el impacto de la segunda ola mundial.
La tasa de positividad de los testeos se mantiene en un 30%, el triple de lo recomendado por la OMS. Este indicador habla de la cantidad extremadamente baja de testeos que se realizan. Es necesario desarrollar una campaña activa de testeos y rastreos en cantidad, para tener un control y monitoreo epidemiológico, incluso para intentar localizar y aislar las nuevas cepas más virulentas que ya están en circulación. Y para planificar medidas sanitarias centralizadas.
Además, para avanzar en el plan de vacunación, que está trabado por la guerra de las vacunas y la negativa del Gobierno a afectar el interés privado de las farmacéuticas, es necesario empezar por declarar de utilidad pública los laboratorios, como el de Hugo Sigman, para que podamos producir vacunas y distribuirlas en Argentina y los países hermanos de Latinoamérica.
Y declarar de utilidad pública también todo el sistema de salud público y privado, para avanzar en la centralización de todos los recursos disponibles, para poner la salud de las mayorías, por delante del interés y ganancia de unos pocos.
La crisis social agrava la situación sanitaria
La afirmación del ministro de Economía, Martín Guzmán, de que "la economía no podría soportar una cuarentena estricta como la que se implementó en marzo de 2020", es una síntesis de la nueva orientación del Gobierno.
Lo que el Gobierno no quiere exponer es su ausencia total de medidas de fondo para enfrentar la crisis económica, social y sanitaria que se viene agravando desde el inicio de la pandemia. Con ganadores entre los bancos, las grandes exportadoras del campo y de la industria o las empresas de servicios; mientras las desigualdad aumenta para las mayorías trabajadoras y populares.
En caso de que fueran tomadas medidas para restringir la circulación, estas golpearían en primer lugar a los que no pueden "quedarse en casa", a quienes cuentan con trabajos informales, a quienes están desempleados o con ingresos inferiores a la indigencia.
Para estos sectores resulta urgente la inmediata restitución del IFE de $ 50.000 para los que se quedaron sin empleo y el aumento de los diversos programas sociales, como los que asisten a las fábricas recuperadas. Junto con esto un salario mínimo de $ 50.000 para activos y jubilados como medida de emergencia, mientras continuamos la pelea para que cubra el costo de la canasta familiar.
Estos son solo algunos de los puntos de las medidas de emergencia que plantea la Izquierda frente a la llegada de la segunda ola.