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Red Internacional
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TEORÍA // IDEOLOGÍA. Revolución Rusa y el pensamiento de Trotsky: se realizó el taller de la Juventud del PTS

Realizado en CABA por compañeros de la Juventud del PTS, el objetivo del taller fue profundizar sobre la primera revolución del siglo XX en su centenario y los aportes de León Trotsky. La semana próxima inicia otro curso introductorio.

Ivan Baigún

Ivan Baigún Trabajador judicial

Viernes 10 de marzo de 2017

“Sin teoría revolucionaria no puede haber tampoco movimiento revolucionario” (y visceversa)

Decenas de militantes de la Juventud del PTS de distintos secundarios, facultades y terciarios de CABA participaron los dos últimos fines de semana del taller que profundizó en debates sobre la experiencia de la Revolución Rusa, y los aportes teóricos, estratégicos y programáticos que León Trotsky desarrollara alrededor de esta y otras experiencias revolucionarias, y que acabadamente, en 1928 denominaría la “Teoría de la Revolución Permanente”, convirtiéndose en uno de los mayores aportes para el marxismo revolucionario del siglo XX.

El taller tuvo una dinámica de diálogo y de amplia participación. Las intervenciones de compañeras y compañeros alrededor de los múltiples aspectos de la revolución se vieron dinamizadas por las formas de organización que se propusieron para el debate. Lejos de centrarse en las clásicas formas expositivas, el taller incluyó mesas de discusión e intercambio y hasta diferentes “role plays”.

“1905 como ensayo general”, “La revolución de Febrero”, “Las jornadas de Junio y Julio” y “La Revolución de Octubre” fueron de los principales temas que se abordaron y debatieron. Y no por azar. Las experiencias y lecciones que estos condensan sirven para pensar qué hace precisamente a la primera revolución obrera triunfante; también por qué son un legado para el marxismo revolucionario y el movimiento obrero internacional en las primeras décadas del siglo que estamos viviendo.

Siguiendo este método, uno de los hechos más destacado en las reflexiones fue justamente que la revolución Rusa constituye y constituyó en los años posteriores una gran escuela de estrategia revolucionaria, que combinó las más avanzadas concepciones teóricas del marxismo con el impresionante potencial de la clase obrera y su partido dirigente, el partido bolchevique. Además de una escuela, esta revolución significó un gran impulso moral para el desarrollo de la revolución en Europa y el resto del mundo, pese a los esfuerzos que posteriormente hizo el estalinismo para frenar ese impulso y limitar los alcances de la revolución al plano nacional.

Lecciones del pasado para comprender y prepararse en el presente

En el centenario de la Revolución Rusa la dinámica de la situación mundial es muy diferente a la de aquellos años, donde la realidad de la guerra imperialista atravesaba la discusión al interior del movimiento obrero y los organizaciones socialistas. Sin embargo, lejos de estar ante un capitalismo completamente legitimado, aquel “consenso neoliberal” de los años ochenta y noventa con el que el capitalismo pudo sobrevivir en las últimas décadas, está teniendo duros golpes, y desde 2008 viene atravesando su más profunda crisis. Con ello, también, se puso en cuestionamiento ante millones su discurso: que a más globalización capitalista se correspondía más democracia y mayor estabilidad económica.

Hoy en día este consenso convive con cuestionamientos a derecha e izquierda. Por un lado, los populismos de derecha, con líderes ricos que contradictoriamente sostienen un discurso anti-establishment (como Trump, el Brexit y Le Pen, entre otros) son nacionalistas, racistas y xenófobos. Por el otro, neorreformismos también emergentes, como son Syriza y Podemos, acompañados de un discurso y un sentimiento contra las castas y la dirigencia política y los empresarios, tienen un camino alrededor de la gestión del Estado capitalista, lo que, como se mostró en Grecia, no lleva a que la crisis sea pagada por los capitalistas, sino a su contrario.

Los gobiernos “posneoliberales” de Latinoamérica, como el chavismo, el evomoralismo y el kirchnerismo mantienen muchos puntos de contacto, en función de presentar un discurso “antiderecha”y ser a la vez, esencialmente, administradores del Estado capitalista, impotentes ante las perspectivas de crisis, tomando medidas de ajuste, antiobreras y antipopulares, y abriendo el camino a gobiernos abiertamente de derecha.

100 años después…

En el marco de este panorama de crisis capitalista, que ya lleva casi diez años, y de nuevos fenómenos políticos y sociales, donde en Argentina el Frente de Izquierda expresó apoyo de franjas importantes de trabajadores y la juventud, se torna muy necesario para nuestra juventud profundizar en los grandes aportes del marxismo revolucionario para la construcción de una herramienta de y para los trabajadores y sus sectores aliados, como la juventud y las mujeres, con el fin de desarrollar una salida para que la crisis la paguen los patrones.

En el caso de este taller lo hicimos alrededor de la Revolución Rusa, la primera revolución obrera y socialista, y la Teoría de la Revolución Permanente de Trotsky, como estrategia revolucionaria que parte de las condiciones objetivas y realistas para la revolución socialista y su objetivo final, el comunismo, como forma de abolición de la desigualdad y las clases sociales.

Pero creemos que este taller fue el primer paso, y nos proponemos continuar debatiendo estas ideas con todos los simpatizantes de la izquierda y con aquellos que empiezan a hacer una experiencia de militancia. Por eso durante el mes de marzo se realizará un curso introductorio a las ideas de la Revolución Rusa y la Teoría de la Revolución Permanente, abierto hacia los jóvenes que quieran conocer las ideas del marxismo revolucionario y por qué mantienen vigencia en el período actual. ¡Quedan todos invitados!.


Gabi Phyro

Historiador. Miembro del Comité Editorial de Armas de la Crítica