Concentración de la riqueza. Ricos cada vez más ricos en una Latinoamérica cada vez más desigual

En la región hay 107 multimillonarios, antes de la pandemia eran 76. Esto indica que la política que llevaron adelante los gobiernos, a través de los Estados, favoreció enormemente a esta minoría. Mientras es ya sabido cómo en todo el continente son las mayorías populares las que vienen sufriendo las consecuencias de esas políticas: aumento de la desocupación, profundización de la precarización, sistemas de salud colapsados (producto de años de desfinanciación con el consecuente vaciamiento del sector público), aumento de la represión sobre todo a los jóvenes, etc.

La fortuna de estos empresarios multimillonarios aumentó de US$284.000 millones a US$480.000 millones. El cálculo fue realizado para un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que compara marzo del 2020 hasta mayo del 2021.

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Dato a parte -o no tanto- es que el interés del Programa en hacer estos cálculos tiene que ver con los créditos que otorga la ONU a las áreas de Educación, sobre todo, y Acción o Desarrollo Social de los países latinoamericanos. Créditos que después integran la deuda externa de esos países.

Esos multimillonarios por lo general están en los rubros financiero, de telecomunicaciones, medios digitales de pago y salud. Son los más beneficiados por esta crisis de proporciones históricas.

Mientras tanto, en la otra punta, es la población trabajadora de la región la que sufre las consecuencias de cómo los gobiernos gestionaron esta pandemia. A esto hay que agregarle también el llamado "nacionalismo" de las vacunas que provocó su mayor concentración en manos de los países más ricos, o centrales.

Los países que tienen mayor número de multimillonarios son Brasil, México y Chile, seguidos por Perú, Colombia y Argentina. En este último país volvió a la lista Forbes el multimillonario Eduardo Eurnekian, que tiene empresas petroleras y operadoras de transporte de gas, entro otras empresas.

Esta situación también se replica también a escala mundial, donde sigue aumentando la brecha entre los mil millonarios, millonarios y las grandes mayorías (trabajadoras, trabajadores, pobres urbanos y campesinado).

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La Cepal ya en mayo publicó un informe que advertía sobre que el aumento de la riqueza y a su vez, de la pobreza en Latinoamérica, implica un retroceso de 15 años para la región.

Precisamente esta situación es la que provocó las movilizaciones que se estuvieron dando en varios países de la región. Lo que comenzó en 2019 en Chile con la rebelión popular, Ecuador (con el impasse de la pandemia), Colombia -que en junio volvieron a cobrar fuerza contra las política neoliberales de Duque-.

Ese camino de movilizaciones y la organización independiente son necesarios para enfrentar esta realidad.