Lo decidió Aníbal Fernández como nuevo interventor de Yacimientos Carboníferos Río Turbio. Nuevamente son rehenes las y los trabajadores de los intereses entre las dos intervenciones patronales.
Jueves 20 de febrero de 2020 09:12
La semana pasada se ratificaron las medidas de fuerza por parte de las y los trabajadores en una asamblea realizada el lunes 17 pasado, donde que exigen que se solucionen cuestiones como la falta de seguridad laboral para desempañar las tareas dentro de los socavones de la cuenca carbonífera, la falta de inversión para un equipamiento adecuado, que se confirme la unidad de la empresa minera y la Mega Usina de 240 Mw, la figura jurídica definitiva que garantice que YCRT es una empresa estatal y la recomposición salarial. En tanto la intervención actual había informado que en 10 días respondería a los reclamos exigidos.
Pero sorpresivamente se supo el miércoles 19 de febrero que la intervención de Aníbal Fernadez comenzó por desafectar a 419 trabajadores que habían ingresado a finales del 2019 por la intervención anterior de Omar Zeidán.
La intervención de Zeidán tuvo un desempeño completamente nefasto, con más de mil trabajadores que quedaron sin trabajo en la empresa minera, entre retiro voluntarios (despidos encubiertos) y cesanteados durante los cuatro años de gestión. Hubo una dura lucha obrera que permitió la reincorporación de más de 230 trabajadores en mayo del 2018.
Luego hubo una constante desinversión intencional por parte del funcionario macrista justificando la falta de recursos. Antes de finalizar su gestión, había tomado a 419 trabajadores con varias irregularidades en sus condiciones laborales y aprovechando la necesidad de trabajo.
En este momento hay familias que están sufriendo horas de angustia al quedarse sin su sustento. Son los que están pagando los costos de una crisis generada por la intervención de la cual no tienen ninguna responsabilidad. Mientras tanto, la nueva intervención de Alberto Fernández -que designó a Aníbal Fernández- decide ajustar a los sectores más débiles y desafectar a los trabajadores más nuevos de YCRT.
Varias y varios de los despedidos decidieron acampar en la Administración de YCRT para buscar una solución a su situación y que paguen los costos de la crisis generada por Omar Zeidán y su gestión.