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Red Internacional
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Tratado de Libre Comercio. Rispidez entre EE.UU. y Canadá y el aumento del dólar: factores en la negociación del TLCAN

La demora en la renegociación del TLCAN ha tenido consecuencias adversas para el conjunto de las economías firmantes del tratado. El aumento de dólar en México y la rispidez entre los gobiernos de Canadá y Estados Unidos son síntomas de las discusiones empantanadas alrededor del tratado.

Jueves 14 de junio de 2018

Mientras la renegociación del Tratado de Libre Comercio presenta cada vez más complicaciones para poder presentar un convenio que satisfaga a los integrantes de dicho acuerdo comercial, las consecuencias de este empantanamiento no dejan de manifestarse. Esta vez se expresa en el precio insólito del dólar en México, que alcanzó la cifra de 21 unidades en bancos, aeropuertos y casas de cambio.

Renegociación del TLCAN: tensiones en la multimillonaria cadena de valor regional

La tensión ha ido aumentado a medida que pasan los días y no se ha podido avanzar en la mayoría de los puntos contenidos en el documento. A esto se suman las medidas arancelarias de Estados Unidos que friccionan el intercambio comercial entre los países, mismo que en muchos sentidos es base de la débil recuperación de sus respectivas economías.

Las declaraciones que han hecho los representantes de EE.UU. y Canadá dejan claro que el desenlace de este episodio no está cerca y abren nuevas disyuntivas en cuanto al futuro de la política económica regional de América del Norte.

Chrystia Freeland, ministra de asuntos exteriores canadiense, hizo hincapié en mantener la continuidad del TLC en la zona norte del continente a través de la “modernización”, mostrando la inclinación del gobierno canadiense por apostar a la continuidad del neoliberalismo. No obstante, también indicó que se preparan para “cualquier eventualidad” en el curso y el resultado de las negociaciones.

Por su parte, Donald Trump calificó de “deshonesto y débil” al primer ministro de Canadá, luego de que se formalizaran las modificaciones arancelarias por parte de su gobierno como respuesta a las medidas impuestas desde la Casa Blanca previamente. Dado que no se descarta la profundización de estas medidas, que empiezan a cobrar relativa independencia de las negociaciones oficiales, se empieza a poner sobre la mesa la extensión del aumento de aranceles, ahora a la industria automotriz en su conjunto. El gobierno canadiense se ha dicho listo para enfrentar esta situación en caso de presentarse.

En una reunión de las economías más fuertes del mundo, el mandatario estadounidense volvió a amedrentar a México en torno al tema del TLC, aludiendo a que la economía de nuestro país "la pasaría muy mal" sin este tratado, sumando uno más de sus chantajes como capital político para mantener su imagen y de la misma manera cierto “margen de negociación”. Ante estas declaraciones los órganos oficiales mexicanos no se posicionaron.

En conjunto se observa no sólo un mayor roce entre las economías integrantes del tratado. A partir de las modificaciones arancelarias, estos desacuerdos y confrontaciones empiezan a pasar de las simples declaraciones a la modificación real (aunque inicial) de los flujos comerciales, es decir, la estructura efectiva de los estados de la región.

Las declaraciones por parte de los representantes canadienses dan un indicio de la situación y las perspectivas para el próximo periodo. Si bien los principales esfuerzos se apuestan a mantener la continuidad del TLC, la demora para dar salida a este tratado muestra las tremendas dificultades para conciliar los distintos intereses en juego. Así, se empieza a preparar un terreno para la adopción de medidas alternativas que no se pueden entender más que como una mutación, una ampliación de las contradicciones a las cuales el capitalismo ofrece cada vez menos alternativas.

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Jesús Pegueros

Estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM

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