El millonario llegaba a este partido con la ilusión se sumar de a tres para acercarse al puntero Central; sin embargo se encontró con un Patronato que cada vez se hace más fuerte de local.
Sábado 2 de abril de 2016
Foto: José Almeida
El encuentro arrancó de buena manera para el equipo de Núñez, con sus mediocampistas y delanteros presionando a los dirigidos por Rubén Darío Forestello, que comenzó replegándose ante la presión de su rival. A los 13’ el conjunto de Marcelo Gallardo tuvo su primera llegada al arco contrario. Desborde de Rodrigo Mora desde la derecha e Ignacio Fernández, agarrando el balón en el aire, elevó el tiro muy por encima del veterano y experimentado arquero Bertoli. El local también contó con chances. A los 25’ Jonathan Maidana salvó su arco después de un cabezazo de “el lungo” Quiroga.
El marcador se abriría a partir de una polémica decisión arbitral. Al minuto de la salvada de Maidana, luego de un tiro de esquina, Vigliano decidió cobrar penal a favor de los locales, después de un forcejeo entre Mercado y Furios. La jugada fue una más, ya que ni siquiera desde el banco de Patronato protestaron ni pidieron falta cuando se produjo el hecho que derivó en ejecución desde los doce pasos. El arquero Bertoli fue el encargado de ejecutar y posteriormente convertir su primer gol en primera (fue su gol número 12 en su carrera), con un tiro potente, arriba y al medio del arco, en el que el debutante Batalla no tuvo nada que hacer y que durante el transcurso del partido destacó una actuación interesante en su debut profesional en el arco de River, con achiques y tapadas interesantes.
Poco tiempo pudo aguantar Patronato estar arriba en el marcador. A los 34’ llegó el empate de Mora, ante una evidente distracción de la defensa local. Centro corto, pase a la red del 7 y a sacar del medio.
Ya promediando el final de la primera parte, pudo haberse ido en ventaja el equipo entrerriano, de no ser por la intervención del debutante Batalla. Pase con profundidad de Telechea a Carrasco, quien definió de tres dedos hacia el cuerpo del arquero y el rebote le quedó a un defensor de River, que despejó y alejó el peligro. Ambos se fueron al descanso con más dudas que certezas.
El complemento fue una suerte de especulación en su comienzo. Ambos equipos trataban de encontrar los espacios pero ninguno cedía ante esa búsqueda mutua. Las distracciones en la defensa entrerriana seguían del mismo modo que en el primer tiempo. Leonel Vangioni pudo haber puesto en ventaja a su equipo de manera similar a su compañero Rodrigo Mora. Otra vez un tiro de esquina corto de Andrés D’ Alessandro, el volante con el arco a su merced, pero el tiro se fue por arriba del travesaño. Gallardo decidió sacar a un extenuado D’ Alessandro, el encargado de la pelota parada, para poner en el campo de juego a Leonardo Pisculichi. Así y todo, fue el local el que logró romper con la paridad en el marcador. Marcelo Guzmán sacó un centro pasado desde la derecha, entrando por el segundo palo apareció Garrido, quien la bajó de cabeza hacia el medio, ganándole a Ponzio y quedándole el balón a Carrasco, para empalmarla de zurda y quebrar la resistencia del arquero riverplatense, poniendo el 2-1 y sellando el marcador definitivo. Pudo estirar la ventaja Patronato, otra vez de la mano de Carrasco, tras un muy buen pase de Quiroga, con Balanta tirando tarde el achique, pero la mala decisión y la rápida salida de Batalla, dando la pelota en su cuerpo, evitaron que la diferencia fuese aún mayor.
El DT millonario metió mano al banco de suplentes. Mandó al terreno al uruguayo Alonso y a Luis González por Lucas Alario y Nicolás Domingo. Esperanza era lo único que le quedaba a River. El resto del tiempo que restaba por jugarse, sólo tuvo un tiro libre desviado de Pisculichi y un cabezazo de Maidana que se fue por encima del travesaño.
Apenas pasados los cuarenta aparecieron las famosas bengalas en la tribuna local. Vigliano decidió detener el encuentro y luego adicionar ocho minutos más. El antecedente más inmediato es el clásico de Avellaneda, que luego del primer gol de Independiente, su hinchada decidió prender bengalas y “congelar” el partido, que terminó empatando Racing. En Entre Ríos la platea local terminó aplaudiendo de forma irónica a la popular, que por su acción terminó otorgándole más tiempo a su rival para que éste pudiera buscar el empate.
Todo continuó igual hasta el final. Ganaron los locales, que en este torneo, nunca perdieron en esa condición. Si la cancha de Colón es conocida popularmente como “el cementerio de los elefantes” (donde mueren los grandes), bien podría empezar a considerarse al Presbítero Bartolomé Grella, el estadio de Patronato, como una especie de sucursal de El cementerio de los elefantes, ya que ni San Lorenzo, ni Central, ni River pudieron irse con los tres puntos en lo que va de este campeonato. Apenas los de Boedo rescataron un empate en la primer fecha.
Un partido que dejó tres amonestados, dos en el local, uno en la visita, un penal dudoso y un Patronato cada vez más difícil de vencer en su cancha. Tras esta derrota, el millonario se despidió casi definitivamente del torneo doméstico. Sólo le queda en competencia la copa Libertadores, torneo en el que participa como defensor del título.
