Un día como hoy pero de 1640 moría el escritor inglés Robert Burton. Su obra más famosa, la Anatomia de la Melancolia, es considerada una obra clásica de la literatura inglesa y fuente de inspiración para los poetas románticos del siglo XIX.
Viernes 25 de enero de 2019
Robert Burton, clérigo de la Iglesia Anglicana, bibliotecario y escolar de la Universidad de Oxford, está triste. Alrededor de altísimas pilas de libros se pasará la vida averiguando por qué, reescribiendo permanentemente la obra que lo pondría en el firmamento de la naciente literatura inglesa: La anatomía de la melancolía, publicada por primera vez en 1621.
Se sabe poco de la vida de Burton antes de que entrara al Colegio Brasenose, dependiente del Obispado de Lincoln. Nació en Leicestershire, al norte de las midlands inglesas, en 1577. Las lagunas en la vida del hombre se llenan con las aguas del Renacimiento y el poco más de un siglo en que los Tudor gobernaron el destino de Inglaterra e Irlanda. Para las islas británicas fue el comienzo de una edad dorada en la literatura.
Si la pluma de los escritores continentales se enredaba queriendo recrear los dramas y los estilos de la antigüedad clásica, fueron los ingleses quienes lograron combinar exitosamente estas corrientes con un arte ceñido a su historia y a sus problemas fundamentales. Y hay quienes sostienenque la violencia en la literatura y en el teatro isabelino (pensemos en Shakespeare) fueron tan aclamadas porque precisamente sirvieron de catarsis para un público que acumulaba las tensiones que estallarían más tarde con la revolución de los parlamentarios, la ejecución de Carlos I y la breve república de Cromwell.
Sobre esta montaña de luces y contradicciones, Robert Burton reflexionará sobre su propia tristeza y, tal vez sin proponérselo, escribiría una obra cardinal no sólo para el barroco y el humanismo anglosajón, sino una fuente de inspiración para los poetas románticos del siglo XIX como John Keats (su poema Lamia está inspirado en una historia de la Anatomía…) y escritores del XX como Jorge Luis Borges (que lo cita en su cuento La Biblioteca de Babel).
“Mi Señora Melancolía”
Se cree que Burton sufría lo que hoy llamamos depresión clínica. En el prólogo de su obra escribirá: “nos rascamos donde pica. Yo estaba no poco molesto con esta enfermedad a la que llamaré mi Señora Melancolía, mi Egregia o mi Genio Maligno, malus genius. Y por esta causa, como aquel a quien le pica un escorpión, sacaría un “clavo con otro clavo”, clavum clavo, calmaría el dolor con otro dolor, el ocio con el ocio”.
La anatomía de la melancolía (nombre completo, si importa: The Anatomy of Melancholy, What it is: With all the Kinds, Causes, Symptomes, Prognostickes, and Several Cures of it. In Three Maine Partitions with their several Sections, Members, and Subsections. Philosophically, Medicinally, Historically, Opened and Cut Up) consta de tres partes y un prefacio satírico que el autor firma con el seudónimo de Democritus Junior. A través de él dirá: “escribo sobre la melancolía para mantenerme ocupado y así evitar la melancolía”.
Si hay dos formas clásicas de asumir la desazón (las lágrimas de Heraclito o la risa de Demócrito), Burton de entrada toma partido por el optimismo. Por eso su obra no es oscura, sino que el autor se ríe del mundo y de sí mismo. Y el resultado es exquisito. Las comparaciones que se han hecho entre Burton y el humanista Michel de Montaigne son más que pertinentes.
La Anatomía… trata las causas de la melancolía, sus síntomas y el lugar del cuerpo afectado basándose en los principios griegos de los temperamentos hipocráticos y galénicos. La melancolía es el resultado del exceso de acumulación de bilis en el bazo, que contamina la sangre y a través de ella se desparrama por los otros órganos. La segunda es una prescripción de curas posibles para la depresión, que incluye dietas, pasatiempos. La tercera y última parte es una larga reflexión sobre la melancolía amorosa, sobre las relaciones de pareja y sobre el matrimonio.
La psicología antes de la psicología
Descrita así, la obra de Burton no pareciera ser la gran cosa. Hoy, que vivimos en un mundo donde se han instalado en el sentido común conceptos básicos de psicología y de psiquiatría y donde hastala OMS advierte que son trescientas millones las personas que sufren depresión (a las que los laboratorios se apresuran en atiborrar de pastillitas de todo tipo) Robert Burton nos puede parecer un poco excéntrico.
Sin embargo, tiene el mérito de adelantarse en casi tres siglos a los precursores de la psicología. En su obra hay una apabullante bibliografía de la literatura clásica en el que se entremezclan casi con locura demiúrgica las citas en latín y griego con los refranes populares, el tono satírico con el del médico, la pasión del enamorado con la del eclesiasta.
La Anatomía… es una digna hija del humanismo renacentista y un abordaje de la psicología en tiempos donde esta disciplina no había sido planteada más que parcialmente por diversos autores a lo largo de los siglos. Burton se encargó de compendiar con una maestría inigualable a todos ellos y esto apasionaba a sus contemporáneos.
No por nada cada edición que Burton salió mientras él vivía se agotaba inmediatamente.
Y tal vez Burton, por su propio padecimiento de la melancolía, también volvía a reescribir permanentemente su obra. Encerrado una sala de la Biblioteca Bodleiana de Oxford se pasó sus días acumulando más y más páginas a una obra infinita y genial.
Un 25 de enero de 1640, Robert Burton no salió de su recámara y los otros bibliotecarios se extrañaron por su ausencia. Robert Hooke cuenta que cuando fueron a buscarlo lo encontraron colgado de una viga del techo. Su superior en la biblioteca, John Rouse, guardó sus manuscritos que siguen en Oxford hasta el día de hoy.