Un hombre se quiso llevar mercadería por $ 900 de un super de Palermo. En un juicio abreviado le dieron tres años de prisión efectiva. Una pena igual a la recibida por algunos funcionarios enriquecidos.

Daniel Satur @saturnetroc
Viernes 8 de enero de 2016
Foto: Noticiahoje.net
Ayer el Tribunal Oral en lo Criminal n°20 de la Ciudad de Buenos Aires condenó a la “pena única” de tres años de prisión a un hombre que robó una botella de cerveza y ropa por algo más de $ 900 pesos de un supermercado Jumbo de Palermo. El hecho ocurrió en septiembre de 2015.
En realidad la pena por el hecho fue de tres meses de cumplimiento efectivo. Pero el hombre ya tenía una condena anterior por un hecho similar. Entonces los jueces “unificaron” la condena en tres años, a cumplir en una cárcel.
El condenado (de quien La Izquierda Diario prefiere reservar el nombre) aceptó la pena mediante el mecanismo de “juicio abreviado”, reconociendo su responsabilidad a cambio de una pena menor a la que podía corresponderle en un juicio oral.
Actualmente permanece detenido en el Complejo Penitenciario Federal porteño, un penal de alta seguridad situado en la calle Bermúdez al 2600 de Villa Devoto.
Un absurdo que consta en actas
Los hechos ocurrieron el 21 de septiembre de 2015, a las 11:15, dentro del supermercado Jumbo de Avenida Bullrich y Cerviño.
Según consta en las actas del juicio abreviado, el hombre fue condenado por “haberse apoderado ilegítimamente, con fuerza en las cosas, de una botella de cerveza de la marca Corona; dos censores (sic) de alarmas; una prenda de vestir tipo boxer de color negro, con la inscripción ’Wilson’; un pantalón tipo vaquero marca ’Wrangler’; un rótulo de jean de la marca Hero; una camisa de mangas largas de color turquesa con rayas azules y un reloj de mesa que reza ’Parson’”.
Según lo dicho por testigos, esa mañana de septiembre el hombre ingresó al supermercado y tomó de una heladera una botella de cerveza de “la marca Corona, para luego abrirla y proceder a beberla”. El encargado de seguridad del local advirtió la situación y cuando intentaba retirarse del local comenzaron a sonar las alarmas, por lo que un policía lo detuvo.
Siempre según quienes testificaron en el juicio, una vez detenido le encontraron entre las ropas los elementos que se mencionan más arriba, los que de acuerdo con un “informe” realizado por la gerencia de Jumbo tenían un valor comercial de $ 971,18.
Si no fuera porque sobre esas “evidencias” se constituyó una condena de tres años de cárcel, todo sería un chiste bizarro.
Los jueces Pablo Laufer, Patricia Mallo y Pablo Vega, al dar cuenta de que “no existen causas de justificación, de inculpabilidad ni de inimputabilidad que hayan sido invocadas”, dispusieron que la condena sea de cumplimiento efectivo.
Guante negro, guante blanco
El hombre que se tomó una cerveza e intentó llevarse unas ropas del Jumbo de Palermo recibió una condena que pocas veces se ha visto recaer sobre quienes se enriquecieron frenéticamente a largo de años de paso por la función pública.
Según un estudio realizado en 2014 por el Centro de Prevención de la Criminalidad Económica (CIPCE), en la Argentina hay abiertas unas 750 causas por corrupción cometida por funcionarios y exfuncionarios desde 1986 a la fecha, en las que se investiga el robo al Estado de más de U$S 10 mil millones. Sin embargo en las cácerles del país casi no hay detenidos por esos procesos judiciales.
El mismo CIPCE reveló que, en promedio, cada causa lleva unos 14 años de duración. Una eternidad, a juzgar la celeridad con la que el TOC 20 condenó al hombre del supermercado Jumbo.
Sólo a modo de ejemplo, se puede mencionar que el año pasado se conoció la sentencia del juicio por el pago de sobresueldos por un monto aproximado de $ 4.152.827.200, que provenían, según lo probó el Tribunal Oral Federal 4, de partidas destinadas a gastos reservados para fines de seguridad e inteligencia. Sin dudas, u poco más que el robo de una cerveza y un par de jeans. Los condenados de ese juicio fueron el expresidente Carlos Menem y su exministro de Economía Domingo Cavallo. Las penas fueron de cuatro años y medio y tres años y medio, respectivamente. Sin embargo, por las apelaciones presentadas por las defensas, ninguno de los dos pisaron siquiera un calabozo.
Otra funcionaria de Menem, María Julia Alzogaray, fue condenada en septiembre pasado por la Cámara de Casación Penal a la pena de cuatro años de prisión por corrupción durante la privatización de la exempresa estatal de telecomunicaciones Entel. Apenas un año más que el hombre de la cerveza por haber robado millones a costa del desguace del Estado.
Uno de los paradigmas de la corrupción estatal es Ricardo Jaime , el exsecretario de Transporte de Néstor y Cristina Kirchner, quien probablemente se convierta en el primer exfuncionario, desde 1983 a la fecha, que vaya a la cárcel a cumplir la condena. Pero también es uno de los exfuncionarios más procesados de la historia, con una veintena de causas en su contra.
Por la causa de la Masacre de Once, Jaime fue sentenciado el 29 de diciembre a seis años de prisión. En otra causa donde afrontaba cargos por corrupción, aceptó los cargos y en un juicio abreviado fue condenado a 1 año y medio. Se trata del proceso por las “dádivas” recibidas por la concesionaria ferroviaria TBA, traducida en viajes aéreos privados a Brasil y Uruguay. Al aceptar su culpabilidad Jaime deberá devolver el dinero. A su vez el amigo de los Kirchner admitió haber obtenido el pago y las garantías de dos departamentos en los que vivió por parte de la empresa TEBA. Sin embargo, al día de hoy, Jaime sigue libre, vivito y coleando.
Y quien tampoco pisó la cárcel fue la exministra de Economía de Néstor Kirchner, Felisa Miceli, a quien en junio de 2007 le encontraron una bolsa con $100.000 y U$S 31.670 en efectivo, cuidadosamente guardados en el baño de su despacho. Por el hallazgo Miceli fue procesada y durante el juicio alegó que el dinero era producto de un préstamos para realizar una operación inmobiliaria, pero nunca pudo probarlo. Si bien por la condena a tres años quedó inhabilitada para volver a ocupar cargos públicos, nunca fue detenida y la pena quedó en suspenso.
¿Se entiende qué queremos decir desde La Izquierda Diario cuando hablamos de “justicia de clase”? Creemos que el hombre que acaba de ser juzgado por tomarse una cerveza en el Jumbo de Palermo, sí lo entiende.

Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc