División y desacuerdos. Rocca-Furlán SC: Sociedad Conocida en las Paritarias UOM

Reunión tras reunión se podía ir vislumbrando el desenlace de esta novela, protagonizada por Paolo Rocca de un lado y Abel Furlán y Naldo Brunelli del otro (bueno, ponele), con más de 200 mil metalúrgicos en el medio.

Es que después de haber cerrado la paritaria de la rama metalúrgica, se puso sobre la mesa la discusión en las grandes siderúrgicas, es ahí donde el villano Rocca adquiere superpoderes y se fortalece. Pero del otro lado, la conducción nacional de la UOM convocaba a congresos siderúrgicos donde se enriquecían los debates y la dirigencia juraba no arreglar por debajo de lo acordado con las anteriores cámaras. Con esa resolución, nuevamente se encaminaron hacia interminables cuartos intermedios, conciliaciones obligatorias, y otras no tanto, junto con amenazas de medidas de fuerza, paros y bloqueos. Finalmente, no se respetó lo discutido en el congreso, y la conducción nacional de la UOM acordó con la gran patronal del acero un aumento inferior al cerrado por los Metalúrgicos.

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Luego de haber sacudido el país con tres paros contundentes y una masiva movilización en pleno centro de la capital federal, se respiraba en el ambiente un clima de lucha, y se demostraba que los trabajadores estaban dispuestos a luchar por su salario. Ahí es donde empieza la disección, no vaya a ser cosa que jueguen con fuego. La rama 17 cierra su acuerdo y comienza la discusión del resto. Los pocos, pero poderosos siderúrgicos quedan solos enfrentando la pelea. No es novedad, ya hace muchos años viene pasando lo mismo. Dividen las paritarias en dos, como si se tratara de dos gremios distintos.

Rocca, el dueño del Grupo Techint en representación de Siderar y Siderca, dice que no replicará el acuerdo porque es "excesivo", mientras compra compañías por todo el mundo. También en la cámara del acero, participa, como una de las tres grandes fábricas siderúrgicas, Acindar, del grupo multinacional Arcelor Mittal, que mostró interés en llegar a un acuerdo. Es así que, para prevenir conflictos, convoca al gremio para llegar a un acuerdo interno en la planta de Villa Constitución. Es ahí donde las patronales siguen el camino de la división, ahora arreglando por empresas.

Furlán y Brunelli se transformaron en los Alberto Fernández de los sindicalistas. Luego de las expectativas generadas por su asunción tras derrotar a Caló, demostraron que los años que estuvieron al lado de este no fueron en vano y defraudaron a más de uno. Mantuvieron a los trabajadores de las empresas que dicen representar como rehenes durante más de un mes para firmar una paritaria a la baja, a la medida del grupo Techint. La seccional Villa Constitución, junto con la seccional Matanza (donde Acindar también posee una planta laminadora), no suscribirá al acta por estar en desacuerdo con lo acordado.

Una vez más, un grupo de dirigentes traidores que hace años no percibe el salario metalúrgico, toma decisiones sin consultar a las bases, cierra acuerdos salariales sin tener en cuenta las necesidades de los trabajadores y se arrodilla ante el poder del empresariado que busca sacar provecho de la crisis política y económica que atraviesa el país.

Es necesario que las bases participen de todas las decisiones, volver a las asambleas generales dónde los trabajadores tienen voz y voto para no depender de la especulación política de un puñado de dirigentes sindicales convertidos en empresarios.

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