La manifestación nacional contra las políticas represivas y racistas del pasado sábado en Roma significó una fecha importante de movilización política contra el gobierno de Conte; contra el plan de represión y racismo de Estado llevado a cabo por la Liga de Salvini; contra la burla del M5S de Di Maio que en todos los aspectos apoya una política al servicio de los propios capitalistas que atacan fuertemente a los trabajadores y los derechos que han ganado.
Viernes 2 de noviembre de 2018
Dentro del camino emprendido para la construcción de un frente de lucha anticapitalista, la movilización del sábado llevó a miles y miles de personas a salir a las calles (15.000 participantes según SiCobas), con una presencia masiva de trabajadores del sindicato SiCobas -en su mayoría trabajadores de la logística inmigrantes, que sufren personalmente no uno sino todos los ataques del gobierno-, estudiantes de secundaria que tienen que lidiar con la alternancia entre la escuela y el trabajo, el movimiento de lucha por la vivienda de Roma y algunas comunidades de inmigrantes y romaníes de Messina.
Sin duda un paso adelante desde la manifestación del pasado 24 de febrero, que también habíamos apoyado con convicción, no sólo por su carácter y por la participación política amplia y variada, sino también por la adopción de una posición clara, sin matices ni posiciones "tácticas", oportunistas, con respecto al nuevo gobierno y especialmente respecto a su componente "ni de derechas ni de izquierdas" grilliano, que a tantos sectores pobres ha logrado encantar con promesas y discursos políticos aparentemente democráticos y progresistas. Una postura clara, todavía ausente en la gran mayoría del movimiento obrero, que es el resultado natural de las posiciones tomadas estrictamente por la clase obrera anticapitalista e internacionalista, tomada desde las asambleas y partiendo del debate abierto en los últimos meses por los impulsores de esta manifestación. Un internacionalismo, el que se ha reivindicado, que tiene su práctica en unir a los explotados de todos los países en sus luchas, y su objetivo en la unidad política de los explotados para no reformar sino cambiar el sistema económico y político mundial, para poner fin a la dictadura de los industriales y banqueros. Un internacionalismo que se ha confirmado con la presencia de compañeros que han venido a traer su solidaridad militante desde Alemania, Francia y Gran Bretaña.
La manifestación reafirmaba el día anterior de huelga general convocada por el sindicalismo de base que tuvo buen seguimiento sobre todo en la logística, así como también entre los trabajadores del transporte y entre los empleados públicos, especialmente entre los profesores: dos días de lucha que, a diferentes niveles, han dado una señal minoritaria pero concreta de oposición activa al gobierno y a las políticas antiobreras que promueve, en un marco en el que la movilización social avanza aún en sectores pequeños y aislados y, especialmente en sus manifestaciones más amplias, no ha sido todavía completamente ignorada por todos los partidos presentes en el parlamento, por todos los partidos de este régimen político, empezando por el partido que ha encarnado durante una década la referencia central de industriales y banqueros en Italia, el PD.
Por muy limitado que sea el éxito de este día con respecto a las fuerzas que requiere la lucha a seguir, ciertamente no dejó indiferente a la clase dominante que, a través de su aparato mediático, se preocupó de ocultar este gran acontecimiento a favor de la provocación que unos pocos fascistas querían llevar a cabo ese mismo día en el barrio romano de San Lorenzo tras la muerte violenta de la joven Desirée (de la que ahn sido acusados varios inmigrantes, NdT).
La lucha contra la patronal bajo el nuevo gobierno acaba de empezar: ahora les toca a los trabajadores, a las mujeres, a los inmigrantes y a los jóvenes continuar, unirse y radicalizarse.
* Publicado originalmente en La Voce Delle Lotte
Traducción: Clara Mallo