Kirchneristas de paladar negro, pejotistas, burócratas sindicales y un alicaído gobierno provincial festejan la llegada de la policía federal y la encumbran como si fuera mejor que la santafesina. Pero tiene tantos casos de violencia y torturas como la fuerza que dirige el "progresismo" del PS.
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Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r
Miércoles 21 de octubre de 2015
Fotografía: La Capital
Por restos días en el paisaje rosarino es común ver a cuatro agentes de la Federal cercando un taxi, itacas en mano, para revisar a un pasajero. O tirando a un pibe de una moto para pegarle. O parando a dos jubiladas a la salida de un negocio de lencería para revisarles los bolsos. Las anécdotas se reiteran. Sin embargo no llegan a los cables de noticias. En cambio, un aluvión de declaraciones de burócratas sindicales, pejotistas y kirchneristas ensayan loas a la llegada de los policías federales -700 desde el fin de semana, que se suman a los 1300 gendarmes, prefectos y federales que ya había. El gobierno provincial quiere disimular que le están robando el control territorial de la provincia aplaudiendo el trabajo en común con el Estado nacional y promete otra supuesta reforma de la fuerza, después de haber removido 5 veces las cúpulas de la santafesina sin que nada cambie. Estos profesionales de la “reforma permanente” – que más parece una parla abstracta permanente- ya no saben cómo mantener el recato socialdemócrata con tantos comisarios narcos. Todavía se escucha el eco de Antonio Bonfatti y Hermes Binner defendiendo al ex jefe policial Hugo Tognoli, a punto de ser condenado en el primer juicio por encubrimiento narco. Mientras, 40 millones del presupuesto provincial van a mantener a los vigilantes federales hasta fin de año. Cada mes que se extienda su estadía, 20 millones más inflación se irán con ellos. Quizá en estas cosas –y en repartir tijeras para “cortar por Santa Fe”- se esfuma el presupuesto de obra pública, que la provincia sub ejecuta en un 60%.
Así las cosas, hasta los progresistas K se pusieron la gorra. Luis Rubeo, presidente de la Cámara de Diputados y hombre de Agustín Rossi, formó parte de las reuniones que resolvieron traer a la Federal. Ramos, el enviado de Julio De Vido para acompañar a Perotti en la fórmula para la gobernación en las pasadas elecciones, salió a decir que es una gran oportunidad para que la policía santafesina se “capacite” con la policía Federal. ¿Desde cuándo la policía federal es tan buena? Sencillamente, desde nunca.
La Federal es corrupta y asesina como la Santafesina
El fiscal federal Federico Delgado y su equipo elaboraron un informe sobre las actividades durante el año 2013 de 53 comisarías que la policía Federal mantiene en la ciudad de Buenos Aires. El informe no es precisamente progresista, pero devela de forma muy clara que los casi 12.000 policías federales de la CABA no se dedican en lo más mínimo a combatir el narcotráfico ni la trata de personas. De un total aproximado de 145.164 sumarios labrados por las 53 Comisarías de la PFA durante el año 2013, sólo 61 fueron por posible infracción a la ley de trata de personas. O sea que solo el 0,04% de la actividad de la Federal está abocada a combatir la trata de mujeres.
Con respecto al narcotráfico se observa la misma situación. Estas 53 comisarías hicieron solo 2.485 sumarios por infracción a la Ley de Drogas, pero el 70% de ellos es por tenencia de marihuana para consumo personal. Solo el 0,5% de los sumarios son por posible comercialización de drogas y la mayoría aplastante de ellos son porque alguien presentó una denuncia, no porque la policía haya hecho alguna investigación “proactiva”.
Lejos de perseguir a las bandas de narcotraficantes y tratantes de mujeres, la policía federal, al igual que la santafesina, es la garante de estos grandes delitos. Según un informe de 2010, cada día se abre un expediente interno contra un policía federal por su participación en alguna "falta administrativa grave" como protección y connivencia con delincuentes, liberación de zonas determinadas para permitir la comisión de delitos, integrar bandas de secuestradores, cometer robos a mano armada y exigirles coimas a comerciantes.
Un informe de abril de este año del Procuvin indica que hay 749 funcionarios de las policías y fuerzas de seguridad en alguna situación procesal, es decir, investigados o procesados por delitos. La mayoría, el 34%, son de la Policía Federal. Más que todas las policías provinciales juntas.
En el ámbito de la violencia institucional la Federal no se diferencia en nada de la santafesina.
La ciudad de los torturadores y el gatillo fácil
Según el informe de la CORREPI del año 2014, en los últimos 31 años más de 4000 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad. La mayoría de los casos son de la bonaerense de Scioli. La sigue, pisándole los talones, la santafesina. La Federal no se queda atrás: el 10% de los casos son de su autoría. El 64% de las muertes por gatillo fácil ocurrieron bajo los gobiernos kirchneristas, los que hoy saludan la llegada de la militarización en Rosario.
En la misma línea, un informe del Registro nacional de casos de torturas y malos tratos del año 2013, presentado por Pérez Esquivel, indica que la Policía Federal es responsable del 62% de los casos de torturas y agresiones físicas, seguida por la policía santafesina que es responsable del 10% y luego por la gendarmería que supera el 5% de los casos. Es decir que todas las fuerzas que se concentran por estos días en Rosario son las que lideran el ranking de torturadores en “democracia”.
Como denunció Octavio Crivaro, candidato a diputado nacional por el Frente de Izquierda, Bonfatti y Berni convierten a Rosario en una cárcel a cielo abierto.
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Cecilia Rodríguez
Militante del PTS-Frente de Izquierda. Escritora y parte del staff de La Izquierda Diario desde su fundación. Es autora de la novela "El triángulo" (El salmón, 2018) y de Los cuentos de la abuela loba (Hexágono, 2020)