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Red Internacional
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OPINIÓN. Rosario: las tarifas aumentan, la desidia del Gobierno también

La semana pasada la ciudad sufrió un escape masivo de gas que pudo haber sido trágico. Entre tarifazos y cortes de servicio, la ciudad no posee mapas de las redes subterráneas de servicios.

Miércoles 25 de enero de 2017

Hace apenas una semana, una obra de la EPE provocó la ruptura de un caño de gas en el centro rosarino, provocando una fuga masiva de gas que pudo haber desencadenado una tragedia. Y una situación similar ocurrió con una obra de Aguas Santafesinas. No se trató de un descuido de los operarios. La ciudad no cuenta con mapas de las redes subterráneas de servicios como gas y agua. A los cortes masivos del servicio eléctrico y de inundaciones en los barrios por falta de inversión en infraestructura, se suma el riesgo de un nuevo desastre como el de calle Salta. Pero eso sí, las facturas de luz y gas vendrán con aumentos para todos los rosarinos.

En agosto de 2013 la terrible explosión del edificio de calle Salta 2141 le costó la vida a 22 rosarinos. Un desastre en el que la desidia empresarial de Litoral Gas fue un actor fundamental, debido a la falta de datos sobre llaves de corte del suministro, las imprecisiones sobre la ubicación de los caños subterráneos y la falta de mantenimiento y control del servicio. Tres años y medio después, no sólo continúan impunes los gerentes y autoridades de Litoral Gas y los gobiernos municipal y provincial, sino que se hace evidente el riesgo de un nuevo desastre.

El Frente Cívico y Social del Partido Socialista y la UCR, tan interesado en sumarse al PRO en los aumentos de tarifas y transporte, no tiene el mismo interés en garantizar servicios públicos seguros y de calidad. La ciudad no cuenta, siquiera, con mapas de las redes subterráneas de servicios, lo que hace imposible la planificación de obras. Desde hace años que concejales y diputados de distintas fuerzas solicitan explicaciones al Ejecutivo municipal y provincial, sin obtener respuestas.

Las autoridades aseguran que los mapas existen pero, como si se tratara del “cuento del Gran Bonete”, nadie está seguro de quién los tiene. En caso de que existan, evidentemente no se encuentran disponibles para la población, ni para planificar obras, ni para cortar el suministro ante incendios y explosiones. Una situación que podría ser hasta graciosa, si no fuera porque muestra el cinismo de empresas y gobierno respecto no sólo al acceso a servicios básicos, sino incluso a la vida de los rosarinos.

Llegan las boletas con aumentos, pero no las obras

Aunque no sepan dónde están (o incluso si existen) los mapas de los servicios subterráneos, aunque los barrios sufran cortes de luz frecuentes y prolongados, y aunque haya fugas de gas, una cosa es segura: las tarifas de servicios aumentarán unas cuantas veces durante el 2017. Los gobiernos municipal, provincial y nacional y las empresas de servicios están de acuerdo en continuar con esta multimillonaria transferencia de dinero a las empresas prestatarias. Mientras tanto, las obras para mejorar los servicios y la inversión en infraestructura brillan por su ausencia.

La situación en la ciudad demuestra que ni las empresas prestadoras ni los gobiernos tienen interés en garantizar servicios públicos seguros, de calidad y al servicio de todos los rosarinos. Más bien, su interés parece centrado en garantizar una catarata de aumentos de tarifas, mientras se mantienen las exenciones impositivas a grandes patronales como General Motors. La única salida de fondo para esta situación es que los servicios públicos funcionen bajo gestión de sus propios trabajadores y con el control directo de los usuarios.