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Red Internacional
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CRISIS SOCIOSANITARIA. Senado patea proyecto royalty por un mes más: ¡Basta de espera, es urgente un Plan de Emergencia ahora!

Este miércoles, la presidenta del Senado, Yasna Provoste (DC), dio a conocer el plazo que tardará en votarse el proyecto del royalty minero, el cual fue aprobado a principios de mayo en la Cámara de Diputados. A lo menos, un mes más tardará la resolución del proyecto, mientras tanto somos millones quienes seguimos pagando las consecuencias de la crisis sanitaria y social; somos millones los que no podemos seguir esperando. Urge un verdadero plan de emergencia para encarar la situación.

Viernes 18 de junio de 2021

Las y los senadores tomándose todo el tiempo del mundo, como si en estos momentos no hubiesen problemas urgentes que afectan al pueblo pobre y trabajador en esta crisis sanitaria, desde la Cámara Alta ven como plazo mínimo un mes más para que el proyecto de royalty minero avance.

El principal motivo por el que tardará el proyecto se debe a que ya diferentes firmas nacionales privadas y transnacionales que han saqueado durante 30 años nuestros recursos para llevarse todo- como Antofagasta Minerals, Mantos Copper, Minera Candelaria, BHP, Freeport y Teck Resources-, solicitaron presentar sus posturas, las cuales de todas maneras van en contra del proyecto del royalty, buscando defender con todo sus propios intereses y ganancias, las que en medio de la pandemia han aumentado a costa de la exposición de las y los trabajadores junto a sus familias y a la flexibilidad del trabajo, llegando a producir más este último año incluso con menos trabajadores.

A los saqueadores, se sumarían también la presentación de las posiciones de expertos, académicos y gremios ligados al mundo de la minería.

Ante esto, se terminó acordando la realización de un primer seminario propuesto por la Biblioteca del Congreso para el 25 de junio, el que tomará tres temas: aspectos tributarios, impacto en los territorios particularmente de los pueblos originarios, y un espacio para la conversación a partir de las experiencias de Chile. También, se comenzará la discusión en torno a la mirada de la minería en perspectiva ecosistémica para el 2 de julio, la cual podría extenderse hasta el 9 del mismo mes.

Según este orden, y lo que Provoste concluye, si es que no hay más exposiciones o audiencias pendientes, se estaría votando recién "en general" el día 14 de julio el proyecto, esto tomando en cuenta, además, de que si llega a haber indicaciones, volvería a la Cámara de Diputados y así todo el proceso burocrático que significa lanzar un nuevo proyecto.

Mientras los políticos del régimen le dan espacio a los grandes empresarios del cobre, aplazando mínimamente un mes más la aprobación o no de un proyecto mínimo como el royalty, la crisis sanitaria no da tregua a las familias trabajadoras y del pueblo. Lo que denota el desprecio que tienen los empresarios y sus políticos por nuestras vidas, mientras estos dilatan y aplazan discusiones, las consecuencias producto del Covid-19 y la fracasada estrategia de Piñera y Paris, se siguen profundizando, nosotros cargamos la crisis con despidos, suspensiones, agobio laboral, contagios y muertos.

No podemos ni tenemos que esperar los tiempos de los empresarios, necesitamos un plan de emergencia ahora

Desde que comenzó la pandemia, son 1 millón 500 mil las personas que se han contagiado por coronavirus y más de 31 mil muertos. Además, el desempleo no baja de los dígitos, manteniéndose sobre el 10% hace más de un año, con casi 950 mil personas despedidas y más de 972 mil trabajadores suspendidos producto de la Ley de Protección al Empleo, votada por todos los partidos políticos del régimen, incluyendo el Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista(PC). La tasa de trabajo informal ha aumentado constantemente y actualmente son más de 2 millones de personas que trabajan bajo esta modalidad, es decir, sin contar con derechos mínimos de previsión social, seguridad laboral, entre otros factores que atentan contra la estabilidad de estos millones.

Mientras somos millones las familias trabajadoras que recibimos los azotes de la crisis sanitaria, porque una cosa es el coronavirus y otra son las consecuencias sociales de la que son responsables Piñera y Paris, como parte del fracaso de la estrategia para enfrentar la pandemia, la crisis ha exacerbado las consecuencias del neoliberalismo, mostrando más profundamente lo hecho pedazos que está la salud pública en el país.

Incluso, José Luis Espinoza, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermeras y Enfermeros de Chile (Fenasenf), alertó sobre un nivel límite de la disposición de camas UCI de la Red Integrada de Salud, que incluso ha llevado al Gobierno a extender las hospitalizaciones a la atención primaria, pese a no contar con la infraestructura ni el equipamiento requerido.

Ya es una pésima cotidianidad ver cómo los hospitales a nivel nacional están llegando al máximo de ocupación de camas críticas, según el mismo Espinoza, según las cifras habría apenas una cama crítica disponible por hospital.

A lo anterior, se suma el alto nivel de desgaste y agobio que están viviendo las y los trabajadores de la salud, donde aparte de existir un gran sector que trabaja bajo condiciones precarias, se les niega el derecho al descanso, mayor dotación de personal y mejores condiciones para tratar a los pacientes con covid, como lo han venido denuncia y por lo cual se encuentran en estos momentos movilizados las y los trabajadores del emblemático Hospital Barros Luco.

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De conjunto, nos enfrentamos a una situación bastante compleja, y seguimos siendo las y los mismos que durante estos 30 años de herencia de la dictadura pinochetista, seguimos pagando las crisis.

No podemos esperar los tiempos que nos quieren imponer los mismos que han saqueado nuestros recursos y arrojado nuestras vidas a diversas miserias durante estas últimas tres décadas, sobre todo después de cuestionamiento por parte de millones a este régimen como lo vimos durante la rebelión popular de octubre del 2019.

Por lo mismo, es necesario que los grandes sindicatos y centrales como la CUT, impulsen asambleas de base, para que las y los trabajadores discutamos y organicemos con nuestra propia fuerza un plan de lucha con movilización para imponer un verdadero plan de emergencia a la altura de la crisis sanitaria. A la vez, parte de esta pelea debería hacerse aquellos convencionales que fueron electos por mayoría como los integrantes de la Lista del Pueblo y los que se dicen estar con el pueblo como los del PC y el FA.

La actual situación y la crisis que venimos pagando las mayorías, requiere de suma urgencia a la vez impulsar comités de acción y/o coordinaciones, que logre unificar a quienes hoy vienen dando pelea como los trabajadores del Barros Luco y de Cosmoplas que se encuentran en huelga por mejores condiciones, junto a los sindicatos de la minería, los puertos, la industria, servicios y de la salud con las y los pobladores que han sido arrojados a la informalidad, para imponer con fuerza un plan de emergencia que garantice: aumentar la contratación de trabajadores de la salud para acabar con la gran sobrecarga laboral que viven, además de dar una solución al problema de la cesantía; destinar recursos para aumentar la capacidad de trazabilidad en los consultorios para así poder controlar los contagios; aumentar la capacidad de exámenes PCR; sueldos de emergencia equivalentes a la canasta básica familiar para todos quienes estén desocupados o suspendidos; y paralizar las actividades laborales no esenciales con licencias pagadas a todos sus trabajadores, sin despidos ni rebajas salariales. En ese mismo sentido, es importante que las y los trabajadores en sus lugares de trabajo levanten Comisiones de Higiene y Seguridad bajo su control junto a profesionales y trabajadores de la salud, que exijan a sus sindicatos llevar adelante estas iniciativas, para que sean las y los trabajadores quienes decidan cómo y en qué condiciones volver a producir, por eso hacemos el llamado a los sindicatos mineros y de la industria a levantar una gran campaña con estos objetivos.

Los recursos están, a pesar de las bajas coyunturales del precio del cobre, después de llegar a su máximo histórico superando los US$4,8 la libra, el metal no baja del umbral de los US$4. Si sólo BHP, en una de sus mineras como Escondida, durante la pandemia aumentó en 115% sus ganancias el último año, podemos imaginar el nivel de miles de millones de dólares que han entrado hasta esta hora a las 10 mineras privadas más grandes de cobre, las mismas que entre los años 2005-2015, se llevaron más de US$120 mil millones con un precio similar al actual.

La única forma de conquistar este plan será confiando en nuestras propias fuerzas, no podemos esperar a que los mismos de siempre que nos impusieron vivir bajo la herencia de la dictadura, o las peleas por migajas más o menos como lo mostró la discusión del “acuerdo de mínimos comunes” entre el Gobierno y Provoste, decidan por la vida de millones.

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