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Red Internacional
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INCERTIDUMBRE LABORAL. SEP retrasa resultados de evaluación docente

Somos cientos de docentes sufriendo con la expectativa de pasar un examen que definirá nuestra permanencia o salida del magisterio.

Martes 15 de agosto de 2017

Antes de que se aprobara la reforma educativa en 2013 uno mismo decidía si ser maestro o maestra era la manera en la que deseaba desarrollarse profesionalmente y permanecer, por tanto, a cargo de la enseñanza a grupos de alumnos.

Dedicarse a la enseñanza es algo complejo como cualquier trabajo, y requiere de preparación y experiencia constante. Sin embargo, ahora depende de una evaluación, en mi caso, luego de dos años de ingresar al magisterio.

Pareciera que para el gobierno los tiempos para aplicar sus planes son de suma importancia, pero la situación de cada uno de nosotros, los docentes frente a grupo, importa poco.

En determinado tiempo debes tener lista la argumentación de tu programa de estudios de acuerdo con algún aprendizaje esperado logrado y no por algunos de tus alumnos, argumentación de no menos de 10 cuartillas. Al mismo tiempo debes estar preparándote para una evaluación teórica de 120 reactivos con una extensa bibliografía que debe tratarse con detenimiento.

Ni hablar del fin de ciclo escolar, la evaluación de los alumnos, que no bajen de promedio, que aprendan lo necesario para pasar su examen final, que entreguen lo que hace falta para subir de calificación o ya para pasar al siguiente año. Todo eso hay que hacer mientras estás bajo la presión del proceso de evaluación.

A dos años de experiencia en la docencia, una evaluación definirá si continúas o te preparas para la convocatoria del siguiente ciclo escolar. Todos tememos al "suerte para la próxima", pues del resultado depende nuestro proyecto de vida, el de nuestras familias.

Por eso todos en mi casa estábamos a la expectativa de los resultados en la fecha prometida, algunos desvelados por la incertidumbre.

¡Vaya sorpresa! Mi padre durmió menos que yo ese día. De mi estancia en el magisterio depende que nuestro ingreso alcance para pagarle a la señora que cuida de mi hermanita.

Ella es madre soltera, vive al día y le urge cubrir los gastos de la escuela de su niña que pasa a segundo de primaria; trabaja todo el día y en lugar de estar con su niña, para darle de comer a ella, le dedica su tiempo a mi hermana, una joven de 19 años que no puede valerse por sí misma, debido a una condición neurológica que no ha sido debidamente diagnosticada, y que, como expliqué acá, antes tenía a su madre que dedicó su vida a ella, pero que ya no nos acompaña.

Por ello, como muchos en mi lugar, he estado muy nerviosa de saber si para el siguiente lunes podría seguir presentándome en mi centro de trabajo para iniciar un nuevo ciclo escolar o simplemente tendría que buscar otra forma de ganarme el pan para mí y mi familia, con todos los cambios y sacrificios que conlleva quedarse de pronto sin empleo.

La SEP exige, pero no cumple sus propios plazos

Consultar la página de los resultados es tortuoso, uno no puede acceder y cuando al fin ingresas tus datos, resulta que no estás registrado, hay que escarbar en los distintos enlaces para adivinar que la información está ahí.

La fecha prevista para la publicación de los resultados era el 11 de agosto. Pero ese día nos topamos con una ventanilla en la pantalla que dice que para la SEP y el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE) la publicación de los resultados es parte de un "proceso sistematizado y cuidadoso", por lo que para cumplir con los "principios de legalidad, transparencia y certeza", la publicación de los resultados se reprograma para el 31 de agosto del presente año.

Podríamos pensar que dentro de los principios de dichas instituciones la puntualidad no se halla, pero ¿qué no las fechas son parte de la "legalidad, transparencia y certeza" de la que hablan? Al menos para nosotros, los docentes, salirnos de las fechas indicadas significa el despido inmediato. ¿Pensarán que nuestras vidas valen menos que los planes educativos de los que hoy detentan el poder?

Nosotros debemos entregar a tiempo todo, sin importar cuánto necesitamos para realizar un trabajo realmente cualitativo, pues de lo contrario somos sancionados. Ellos pueden contradecirse, no cumplir con la normatividad y evaluarnos en condiciones ultra precarias, pero siempre quedan impunes.

El diseño del examen docente lo llevan acabo los mismos que hacen los exámenes del Ceneval para administrar el ingreso de los aspirantes a la educación media superior y la publicación de resultados de este año fue errónea para al menos 11 mil 51 sustentantes, sin contar a los miles de jóvenes que cada año se quedan fuera de toda institución pública educativa por sus resultados en ese examen.

No podemos confiarles la educación y el futuro de nuestros hijos a aquellos para quienes no valemos nada.

Sólo quienes sabemos lo que significa cada útil y cada centavo para el almuerzo de nuestros niños y quienes sabemos lo que es intentar enseñar a tantas y tantos estudiantes en condiciones que pueden ser de todo menos de "calidad", sabemos lo que es mejor para ellos.

Mientras instrumenta la privatización de la educación pública, la reforma educativa significa también la pérdida de derechos e inestabilidad para los trabajadores de la educación y sus familias, lo cual bajo ningún concepto puede representar el “interés superior de la niñez”, frase hueca que no se cansan de repetir las autoridades.

Por eso, iniciamos el año no sólo con la incertidumbre de si permaneceremos o no en el servicio docente, sino con la firme convicción de reorganizarnos para luchar por echar abajo la reforma educativa.