SMATA Nación y SMATA Córdoba juegan con aparentes diferencias políticas que esconden su unidad para flexibilizar trabajadores como en los años noventa.
Viernes 10 de abril de 2015
" Un gremio con internas políticas" titula el diario La Nación una nota donde pasa revista sobre los alineamientos políticos de los dirigentes sindicales del SMATA tanto nacional como el de la provincia de Córdoba.
Como es sabido Pignanelli es kirchnerista. Aunque, dada la contundencia del último paro nacional que el dirigente carnereó, ahora opina que el impuesto al salario es injusto, y que Scioli es el mejor candidato a Presidente.
Y Omar Dragún, que dirige el SMATA Córdoba, fue Ministro de Trabajo de la Provincia, cargo del que fue "renunciando" por el gobernador De la Sota.
Lo que une a ambos es, no sólo haber carnereado el último paro nacional (y también los anteriores), cada uno en sus comarcas, sino que Dragún, a través de De la Sota, también ve con buenos ojos al sucesor del modelo nacional y popular, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.
Hay un punto más en el que ambos dirigentes coinciden. En el acuerdo firmado por SMATA –Renault-Nissan, anunciado en cadena nacional el martes pasado por la Presidenta Kirchner y que analizamos en La Izquierda Diario, podemos ver que las supuestas internas que políticas que el diario de la familia Mitre esgrime no existen y que, en lo central, están todos de acuerdo.
El acuerdo "cordobés" no es una "novedad" (aunque contenga ítems que pondrían colorado hasta al más arrastrado de los dirigentes sindicales) ya que es muy similar al que Pignanelli quiso imponer en Lear a costa de barrer a la antigua Comisión Interna vía represión, patotas, desafueros a los delegados y despidos del activismo.
Un “plus” (a favor de la patronal) es que el convenio de Córdoba plantea una reducción salarial del 30% por 2 años para todo nuevo trabajador que ingrese a la planta automotriz.
Ambos defienden los convenios noventistas, donde se implementaron las polifuncionalidades, los contratos basura, la precarización, la "eliminación" de los tiempos muertos, la maximización del esfuerzo para mejorar la productividad. Veamos sino, cómo lo dice Dragun: "negociamos aspectos que no afectaban al convenio pero que mejoraban la productividad". Ninguna interna puede tapar el hecho de que se está operando un giro marcado a la derecha.
Tanto la dirección del SMATA nacional como del de Córdoba arman patotas para "echar a los zurdos". En Lear esto quedó registrado en las cámaras de TV. En Córdoba, Dragún sacó una solicitada en el año 2009 en La Voz del Interior diciendo que, quien escribe esta nota, "quería generar el caos en Argentina por juntarse con organismos de DDHH". Fui echado por defender los puestos de trabajo de mis compañeros y agredido por una patota cuando fue a la fábrica a denunciar mi despido ante mis compañeros.
El 2013, 19 operarios de Volkswagen que participaban en la Lista 2, opositora a la conducción de Dragún fueron despedidos en forma discriminatoria y antisindical. Esos mismos trabajadores fueron golpeados por la misma patota en mayo de ese año, en las puertas de IVECO,
Todos con Scioli, todos menemistas. Inversiones con subsidios a las multinacionales, convenios flexibilizadores, y "mini devaluaciones vía convenio". En los ´90 predominaba la “teoría del derrame”, que decía que si a la empresa le iba bien, ésta derramaría al resto. Cualquier parecido con esta realidad no es pura coincidencia.