Oscar Romero, dirigente nacional del gremio, podría encabezar la ruptura del bloque kirchnerista en la Cámara de diputados.
Miércoles 3 de febrero de 2016
Estos últimos años el sindicato de los Mecánicos se caracterizó por un apoyo incondicional al gobierno. El propio Pignanelli, secretario general de SMATA, fue invitado al programa 678 y con su estilo característico elogió políticas emblemáticas del kirchnerismo, en una esfera que trasciende al mundo de la industria automotriz, como la recuperación de YPF, Ley de Medios, AUH, etc.
Mientras apoyaban al “modelo”, el SMATA colaboró con los planes de ajuste de las empresas del sector, enfrentando la resistencia que surgía y que dio conflictos emblemáticos como los de Lear y Gestamp.
Durante la campaña electoral, el SMATA apostó fuerte por la candidatura de Daniel Scioli. En los días previos al balotaje, fue el diputado nacional Oscar Romero, quien encabezó charlas dirigidas a los trabajadores de cada establecimiento, convocando a apoyar al candidato presidencial del FpV.
“Si gana Macri se viene la noche” dijo Pignanelli en la previa del balotaje. Pero una vez consumado el triunfo del candidato de Cambiemos, parece que SMATA ya no piensa lo mismo.
Netamente peronista
Posiblemente el bloque de diputados del FpV sufra una fractura este miércoles. El propio Romero declaró que “la decisión de armar un bloque justicialista y del movimiento obrero está tomada y se va a dar esta semana”. Es decir, la conformación de un bloque de diputados separado de Héctor Recalde y de La Cámpora, proyectando una colaboración más estrecha con el bloque macrista.
La ultra kirchnerista Diana Conti descalificó al diputado de SMATA como “un Romero que no cuenta con el apoyo del movimiento obrero”. Vale recordar que fue la propia Conti quien fue solidaria con el nefasto accionar del SMATA y que fue ella también quien atacó, en plena sesión, al diputado del FIT Nicolás Del Caño, cuando éste defendía a los trabajadores de Lear.
Pero los tiempos han cambiado…
¿Cambiemos de Cassette?
Más allá de las declaraciones periodísticas y las reubicaciones políticas, en las fábricas la política toma otro color. Con una situación económica desfavorable, centralmente por la situación de Brasil, los trabajadores mecánicos viven una lluvia de malas noticias.
Mientras mantiene la ausencia de cualquier tipo de medidas de fuerza, el SMATA ha hecho suyos argumentos similares a los esbozados por el ministro Prat Gay o el sindicalista Viviani. “Primero el empleo, después el salario” se repite. El vocero de esta idea ha sido el conocido dirigente Mario Manrique. No hace más que repetir lo que ya dijeron los ministros Prat Gay o Triacca.
El argumento no es novedoso. También fue repetido hasta el hartazgo durante el gobierno de Cristina Kirchner. Y fue utilizada como una herramienta para sembrar el temor y allanar el terreno para deteriorar las condiciones de trabajo y el salario. Dicho sea de paso, tampoco logró la protección de las fuentes de trabajo, ya que los despidos existieron e incluso hubo cierres de fábrica, como el caso de la autopartistas Johnson Control de Garín.
Pero claro, la significación política no es la misma, ya que la repetición de estos argumentos bajo el gobierno de Macri es funcional al ajuste que viene desarrollando el flamante gobierno, calificado por SMATA, apenas meses atrás, como “neoliberal”.
La directiva del SMATA está demostrado que va para donde van los vientos patronales. Ayer kirchnerista fanática, hoy buscando una buena relación con Macri. Nada bueno vendrá de esa conducción.
