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Red Internacional
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Salarios de miseria en la industria mexicana

El pago por trabajo en la industria mexicana sigue siendo muy alejado de las necesidades básicas familiares y se encuentra muy lejos de poder cubrir el aumento de los precios de los productos de primera necesidad y los servicios como el internet del cual se benefician magnates multimillonarios como Carlos Slim.

Jueves 7 de marzo de 2024

Recientemente se llevaron a acabo revisaiones salariales en empresas como Osh Kosh productora estadounidense de mercancías para infantes, Kasai Mexicana proveedora automotriz japonesa, Nivea, productora alemana de artículos de higiene personal y Rongtai, empresa china de fundición de piezas de aluminio por inyección a presión, ubicadas en el Bajío guanajuatense.

A pesar de ser empresas de distintos países y de diversas ramas, se encuentra un común denominador:

Los salarios oscilan entre los 1,400 y los 1,750 pesos semanales, esto para una familia representa en promedio un salario mensual máximo de $6,000 pesos aproximadamente: lo que comparado con los precios de la canasta básica se queda en casi un 180% por debajo de dicha canasta para una familia pequeña de 3 o 4 personas.

Por si fuera poco, los horarios son sumamente exigentes con promedio de 9 a 11 horas diarias de lunes a sábado. Las convocatorias de contratación se comparten en grupos de redes sociales como WhatsApp o Facebook en donde se intenta pasar este abuso semi esclavo como si fuera una gran oportunidad laboral.

Lamentablemente estas grandes empresas aprovechan las condiciones precarias laborales que imperan en México y la necesidad de millones por buscar un trabajo honesto para sobrevivir a la miseria capitalista y no terminar en la ilegalidad o el crimen organizado. El problema no solo son los bajos salarios sino las condiciones de inseguridad, abuso y de explotación, en donde las direcciones sindicales fungen como policías políticos al servicio de los patrones y no como representantes de la base trabajadora.

Por todo esto, es que las y los trabajadores deben de organizarse de manera independiente en su centro de trabajo, comenzar a dialogar con sus compañeros para buscar la mejor manera de convertir el hartazgo en una fuera para conquistar derechos laborales y condiciones de trabajo dignas.

Lo que necesitamos es recuperar los sindicatos como herramienta de lucha, lo que implica desplazar a los "representantes" charros de los mismos, poniendo a compañeros de nuestra confianza y dispuestos a luchar, no a transar con los patrones. Tenemos que imponer mediante la movilización y la huelga que la patronal incremente los salarios de todos sus asalariados en la medida que se incrementan los precios de los bienes de consumo. Eso sí partiendo de una escala salarial establecida a partir de una canasta básica de precios completa que incluya factores como vivienda y transporte educación y vestimenta, no la caricatura de canasta que nos aplican desde el Inegi.

Si los patrones lloriquean y dicen que preferirían cerrar las fábricas antes que cumplir nuestras demandas justas, habrá que exigir la nacionalización de sus empresas bajo un régimen de control obrero de producción. Sólo nosotros sabemos cómo se manejan las máquinas y realizamos los procesos productivos en cada fábrica, lo más razonable es que nosotros definamos cómo se fábrica y cómo se paga el trabajo desempeñado. El futuro es nuestro, socialista. Y tenemos que ir organizándonos desde ahora para terminar en una fuerte y decidida lucha en la que impongamos el fin de la explotación de los trabajadores, requisito esencial para la conformación de un mundo mejor y más igualitario.