Salta la Banca llenó dos míticos teatros porteños, el Gran Rex y el Teatro de Flores, con dos shows opuestos y, a su vez, complementarios. No faltó la crítica social.
Miércoles 29 de junio de 2016
Las dos apuestas que hizo Salta la Banca el 16 de junio en el Gran Rex y el 25 del mismo mes en el Teatro del “temible por las madrugadas” barrio de Flores, rompieron todos los esquemas. En los dos hubo fuertes críticas a Macri. "Un responsable en verdad de la miseria argentina"...
Si el primero fue “#SLBdesenchufado”, con temas viejos adaptados a la nueva formación, en una versión de la banda que invitaba a sentarse, escuchar y disfrutar, el segundo fue “SLBa220”, a todo volumen, con un tema rockero atrás de otro y mucho agite.
El primero empezó con "Tren al Edén", estuvo repleto de nostalgia, de recuerdos sobre las primeras épocas y temas viejos como "Soldado", "Ponele" o "Del árbol". El segundo arrancó con "Heidi" y fue un culto al presente de la banda, sonando al palo con "No pierdas cuidado", "Sobre lo onírico" y "Chacal", por decir algunos.
Lo que demostraron estas dos fechas fue que hoy en día, la “bandita” contrasta en casi todos los sentidos con sus orígenes. Quedó, de aquella época, lo más importante: la humildad y las canciones de ese comienzo en la habitación de un jovén Alberto "Beto" Grammatico que se juntaba con su amigo Santiago Aysine a tocar. El primero se ocupaba de la guitarra, y el segundo, de la voz. En ese lugar compusieron y grabaron -con un sonido muy precario- los primeros temas de un proyecto que todavía no tenía nombre. Después sumaron a Santiago “Pili” Maggi en los teclados, y grabaron “Ya no somos dos ahora”, disco que bautizó a la banda con el nombre de “Salta la Banca”.
Aún hoy siguen tocando esos temas, pero con un trabajo y una dedicación completamente distintos. El show “SLBdesenchufado” del Gran Rex dejó en claro que esta banda, hoy en día compuesta por nueve músicos, tiene la capacidad de cambiar y retocar sus canciones en la búsqueda de seguir perfeccionándose cada vez más.
Si tocan “Labios de café”, “El cuarto de al lado” o “Increíble”, que fueron grabados con una voz y una guitarra improvisadas, ahora lo hacen con tres vientos, teclados, armónica, percusión, bajo, batería y dos guitarras, con distintos arreglos y mucho ensayo.
Pero también, si tocan sus temas más acelerados, más pesados, como "Vosotros", "Multitud" o "Lirio Boreal", lo hacen con una precisión que fueron adquiriendo con el tiempo, y que profundizaron a partir del lanzamiento de "¡Eureka!", su último disco, con la inclusión de Juanjo Gaspari como segundo guitarrista.
Una "perlita" de la noche en el Rex, que sólo percibieron algunos, fue el cambio repentino en la letra de una canción. La frase era "Creando una revolución de amor y de alegría" y pertenece a "El Jardín de mis agonías", un tema del último disco que fue escrito poco antes de la campaña electoral del año pasado. El autor, en las antípodas del pensamiento de "Cambiemos" se vio obligado a modificarla, y cantó "una revolución de amor y de anarquía”
Hubo mucho profesionalismo en el armado de los dos shows. Algo a destacar teniendo en cuenta que Salta la Banca tomó desde el principio el camino de la independencia, produciendo por sus propios medios la música, sus discos y sus videoclips. Hacen todo a pulmón y rechazaron siempre a las discográficas.
Todo esto hace más valioso el enorme esfuerzo que le pusieron a los dos recitales. Armaron dos listas de casi treinta canciones cada una, donde no se repetía nada. Reversionaron muchísimos temas viejos. Además, no sólo se tomaron en serio el contenido estrictamente musical de estas presentaciones. Por primera vez, pensaron un vestuario y una escenografía en común para todos los integrantes de la banda en el Gran Rex. Salieron vestidos -al igual que en el reciente videoclip de "Unos versos"- de traje, zapatos y peinados con gomina, como si fueran tangueros de las primeras décadas del siglo pasado.
Hay que destacar que Salta la Banca es algo más que música, una escenografía y un vestuario. Los dos recitales tuvieron en común la crítica social que caracteriza a una banda que produjo, por ejemplo, un disco sobre Luciano Arruga, y canciones sobre Mariano Ferreyra y la burocracia sindical.
Antes de tocar "Ellos" (una canción sobre la policía y el gatillo fácil) en el Gran Rex y antes de hacer "El relato" (canción crítica sobre los años kirchneristas) en el Teatro de Flores, Santiago Aysine, cantante de la banda, reflexionó sobre el momento que vive el país: "Tenemos el peor presidente de todos. Pero lo que estaba antes también era una mierda y se está empezando a comprobar. La salida es con la clase obrera. Hay que organizarse".
Para el final de cada fecha decidieron agregar un último tema fuera de lista. El mismo tema en los dos shows. El único que sonó en el Rex y también en Flores. "¡Qué salte la banca!" Y saltó.