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Red Internacional
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PSICOLOGÍA UNLP. Salud Mental y Psicología Comunitaria. ¿Qué debates enfrentamos?

Estudiantes, militantes del Centro de estudiantes de la Facultad de Psicología y trabajadores de la salud pública nos encontramos para discutir qué perspectiva queremos para nuestra formación en relación a las necesidades que se encuentran en el campo de la salud mental.

Martes 27 de agosto de 2019 21:43

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Les estudiantes de la facultad no somos ajenos a las consecuencias del ajuste que descargan los gobiernos en la educación y la salud públicas, por eso, hoy nos pronunciamos en solidaridad y repudio al corte del servicio de gas que sufrieron trabajadores y usuarios del Hospital Ingenieros. Les trabajadores se vieron obligados a suspender la atención porque la gobernadora Vidal prefiere financiar a empresarios y dejar sin los insumos básicos a los hospitales.

Por otra parte, la semana pasada se desarrolló en la facultad el primer Congreso Internacional de Salud Mental y Comunitaria del que participaron numerosas figuras del campo de la salud, intelectuales y trabajadores que contaron sus experiencias y abrieron debates respecto al rol de los profesionales en la salud mental y particularmente de lxs psicólogxs. Allí participamos y polemizamos, ya que consideramos que son espacios propicios para que cientos y miles de estudiantes nos encontremos con trabajadores y construyamos herramientas desde la crítica a las concepciones y prácticas hegemónicas. Dentro de la conducción del Centro de Estudiantes (CEPsi) tenemos debates y elaboramos posiciones respecto a estas mismas cuestiones.
Consideramos que es indispensable pensar una práctica y una formación ligadas a una orientación hacia las problemáticas sociales con las que trabajamos diariamente. Esa realidad cotidiana sobre la que actuamos es la que nos posiciona y lleva a lxs psicólogxs a construirnos como sujetos políticos.

Psicólogxs, ¿para qué?

La psicología tiene muchas orientaciones, nosotros apostamos por problematizar las condiciones sociales y económicas que son inherentes a este sistema y producen un modo de padecer. Esa perspectiva que tiene en cuenta además a les trabajadores que luchen por la salud pública y de calidad, para facilitar el acceso a un derecho elemental como es el derecho a la salud.

Una herramienta para pensar nuestra práctica profesional es la de la psicología comunitaria, que plantea la intervención desde una perspectiva integral, con la persona, su comunidad, su familia y/o grupos de pertenencia; teniendo en cuenta sus redes, reforzando lazos sociales y los aspectos saludable de los mismos. Resaltando la dimensión subjetiva, frente a la constante estandarización del sistema, la medicalización y perspectivas patologizantes que cuentan con el respaldo de las empresas y laboratorios de medicamentos, como también de este gobierno.

Esto no significa naturalizar las condiciones en las que trabajan cientos de colegas, de un sistema de salud cada vez más precarizado, desmantelado y con un presupuesto de miseria.

Les que desde hace años peleamos por una salud al servicio del pueblo trabajador sabemos que los diferentes gobiernos conciben a la misma como un negocio y no como un derecho: por eso, nos encontramos en las calles y en asambleas con trabajadores, colectivos que luchan por la desmanicomialización y usuarios. Nos organizamos cuando Macri quiso derogar la Ley de Salud Mental para adecuar la salud a un modelo afín a las empresas farmacéuticas y así volver al modelo manicomial. Defendimos la Ley como un punto de apoyo para pelear por otro sistema de salud, desde una perspectiva de derechos, pero no desconocemos que durante los 12 años de kirchnerismo no hubo un plan real de readecuación y financiamiento que hiciera posible su aplicación.

En vez de avanzar sobre esta concepción mercantil, que privilegia los negociados de la corporación médica y el sector privado, terminó avalando su convivencia.

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Actualmente, no contamos con un Ministerio sino con una Secretaría de Salud, desfinanciada y reducida. Queda más que claro que, como dijo una de las trabajadoras que expuso en el Congreso, a la salud la mantienen les laburantes, que todos los días hacen esfuerzos enormes para hacer frente a las miles de necesidades y los padecimientos que se presentan en las guardias y centros de salud.

Por eso, nos oponemos a ser parte de los funcionarios que administran desde sus oficinas estatales la decadencia de la salud y hacen demagogia mientras se pagan millones en una deuda ilegítima que conlleva un ajuste brutal sobre los trabajadores y el pueblo.
El mismo Estado que “otorga” derechos es el que luego te los quita.

Creemos en la organización independiente y, para esto, no partimos de cero porque en nuestro país hay experiencias que se dieron al calor del último ascenso revolucionario de los trabajadores en los ’60 y ‘70, y del cual el ámbito psi fue parte activa. Hay muchos ejemplos de estas experiencias como en el Hospital de Lanús y la Coordinadora de Trabajadores de la Salud, de los cuales tomamos las mejores conclusiones. Estos trabajadores defendían una salud al servicio de las necesidades sociales y eran militantes políticos organizados en partidos que discutían cómo terminar con el capitalismo y sentar las nuevas bases de un régimen que no se basara en la opresión y en la explotación. Creían firmemente que no existía aspirina que acallara los dolores que produce este sistema, por eso hoy como parte de la conducción del Centro de Estudiantes nos organizamos con la perspectiva de luchar contra las causas de esos padecimientos y no solo sus consecuencias.