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Red Internacional
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Derecho a la vivienda. San Nicolás: crisis habitacional histórica

El cierre anual del Registro de Acceso a la Vivienda 2020 sumó más de 19.000 familias inscriptas, casi la mitad de la población. Passaglia sortea sólo 100 unidades aún no terminadas. La crisis y la pandemia agravaron un problema crónico para el que el Estado responde con represión.

Federico Berg

Federico Berg @fedeberg80

Sábado 19 de diciembre de 2020 21:21

Como todos los fines de año, la Municipalidad de San Nicolás cerró la inscripción al Registro Único de Beneficiarios del Plan de Acceso a tu Vivienda. La novedad es que la cantidad de postulantes pasó de 5.400 en 2019 a más de 19.000 en 2020, un salto del 250%. Siendo que uno de los requisitos es que sean familias constituidas que no sean propietarias y con ingresos menores a dos salarios mínimos (aún debajo de la línea de pobreza), se trata de casi la mitad de la población total de la ciudad que vive en condiciones de precariedad.

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La respuesta del intendente Manuel Passaglia es una burla a las miles y miles de familias trabajadoras que necesitan una casa digna para vivir. Hay 100 viviendas en construcción en el barrio San Francisco de la zona oeste de la ciudad que deberían haber sido terminadas el año pasado y que deberían sortearse entre los inscriptos. Pero el Instituto Provincial de la Vivienda bajo la gestión de Vidal se derrumbó del todo cuando los resultados de las PASO 2019 anunciaron una derrota inapelable de Juntos por el Cambio, dejando miles de obras a medio hacer en toda la provincia.
Cabe recordar que el responsable del Instituto Provincial de la Vivienda era nada más y nada menos que Ismael Passaglia, el padre del actual intendente y anterior funcionario electo en ese cargo. Al contrario que con la nula disposición de los Passaglia a resolver el déficit habitacional, la Municipalidad sí apura los tiempos para proyectos faraónicos como en el predio del cuartel del Batallón 101 del Ejército, el autódromo o el estadio único de fútbol. Las prioridades del Poder Ejecutivo local son la especulación inmobiliaria y el desvío de fondos a las arcas de los empresarios amigos.

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La cantidad de viviendas en construcción, frente a la cantidad de familias necesitadas, pinta un cuadro de desesperación. Esta situación crítica es la que dio lugar a múltiples ocupaciones de terrenos en todo el país, y particularmente en la provincia de Buenos Aires. En San Nicolás fue la toma en el barrio San Jorge en el agosto último y que terminó siendo desalojada por la Policía de Berni y Kicillof, o en zona oeste donde finalmente se asentaron decenas de familias. Las ocupaciones de tierras ociosas son, históricamente, la única manera que tienen los sectores populares para conseguir una parcela de tierra. Es el origen de los miles de barrios populares, asentamientos y villas en Argentina.

La represión no puede ser la respuesta a esta necesidad urgente. Tomas como la de Guernica, emblemática por su masividad y combatividad, son ejemplo de que las familias se organizan para que se cumpla la obligación constitucional básica que tiene el Estado: garantizar el acceso a una vivienda digna. Tierra para vivir. Pero este derecho se choca de frente con la sumisión del gobierno de Fernández a las exigencias del FMI.

Por eso se siguen organizando para continuar la pelea por trabajo genuino, tierra para vivir y planes de viviendas y obras públicas. La Asamblea Permanente de Vecinos de Guernica tomó estos reclamos y los llevó a las calles, como se vio la semana pasada cuando cortaron el Puente Pueyrredón. La solidaridad de organizaciones como La Red de Trabajadores Precarios, los SUTEBAs recuperados, el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y varias organizaciones estudiantiles, políticas y gremiales son un ejemplo a seguir para enfrentar el ajuste del gobierno y sus consecuencias nefastas sobre el pueblo trabajador.