La ciudad despertó alarmada por la presencia de 300 micros que surcaron la ciudad llegando hasta el santuario de la Virgen del Rosario junto a decenas de Trafffic, que transportaban a miles de trabajadores y fieles .
Domingo 9 de junio de 2019 11:27
Algunos medios locales comenzaron a dar la noticia de la asistencia a una misa por el “trabajo y un modelo productivo nacional que abarque a todos quienes hoy no lo tienen”, como sostenía místicamente Ricardo Pignaneli, secretario general del SMATA. Afirmó además que “en las grandes empresas -las terminales- esa realidad (de baja producción) procura paliarse con licencias, jornadas reducidas y adelanto de vacaciones".
Prácticamente una “declaración de principio”... pro patronal.
Esta multinacional en el año 2008, ante la crisis global que la llevó al borde la quiebra, recibió de parte del gobierno de CFK 70 millones de dólares, y la colaboración del sindicato para implementar un nuevo convenio que permitía desprenderse de “los rotos” con despidos y convenios flexibilizadores, aumentando los ritmos de producción llevados de 24 autos la hora a 35.
La iniciativa impulsada por la dirección del sindicato del SMATA intenta ser la respuesta al brutal ajuste de empresarios y multinacionales como GM. Llevan adelante un ajuste paralizando la planta de General Alvear y suspendiendo a la totalidad de sus trabajadores con el 70 % del salario durante un mes, con la amenaza de despidos y la imposición de nuevos convenios flexibilizadores, para garantizar la reforma laboral promovida como parte del plan del FMI.
La misa que se realizó junto a los trabajadores y fieles pretende ser ser una respuesta desde la mística y la religiosidad a los padecimientos que vienen teniendo el pueblo trabajador. Despidos, miseria y empobrecimiento son parte del programa del FMI y Macri, y de los gobernadores que lo vienen apoyando y sosteniendo.
Una vez más, como ya nos referimos antes, la iglesia en general y la virgen del Rosario en particular, cumplen su rol de contención social. Mientras crecía el repudio al plan neoliberal en los ‘90, los burócratas generaban expectativas en la fe y la esperanza de la Virgen del Rosario. Nuevamente, en una reedición de aquél régimen, buscan alejar a los trabajadores de dar respuestas con sus métodos de lucha, con la movilización en las calles y plantarse frente al ataque.
Necesitamos mucho más que una misa para ponerle freno a esta ofensiva
Los paros domingueros son insuficientes, en una zona donde la desocupación y la miseria comienza hacer estragos, lo que necesitamos los trabajadores es recuperar nuestra tradición, con verdaderos planes de lucha para acabar con el gobierno de Macri y el FMI.
Desde el Frente de izquierda, partimos de un programa de la ruptura con el FMI, además venimos impulsando medidas a la unidad desde la izquierda anticapitalista, a confiar en nuestras propias fuerzas, a recuperar las organizaciones al servicio de los intereses de los trabajadores, los sindicatos como herramientas de lucha.
Los trabajadores de Acindar comienzan a dar esos pasos, con una masiva asamblea, o como los trabajadores de ELECTROLUX que mantienen su lucha por la reincorporación frente de los despidos ilegales y enfrentándose a la patota de la burocracia que junto a la “justicia laboral “ los deja en la calle.
Que no nos arrastren a las bendiciones de la iglesia, y por otro lado esperar a diciembre apoyando una vez más la salida electoral como único camino, en discursos vacíos de contenido con personajes con un pasado de represión, traiciones y entrega.