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Red Internacional
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NEGOCIACIONES DE INVESTIDURA. Sánchez e Iglesias: sin acuerdos en una negociación que recién empieza

Finalmente, han “comenzado” las negociaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias enmarcadas por múltiples declaraciones públicas. Este viernes se han reunido ambos dirigentes, pero se mantienen las diferencias.

Viernes 5 de febrero de 2016

Foto: EFE/Ballesteros

Ayer viernes se han reunido el Secretario General del PSOE y su homónimo de Podemos. Pablo Iglesias -como ya había anunciado- exigió a Sánchez que éste tome una decisión: o negocia con Podemos o lo hace con Ciudadanos.

Después de la reunión, Pedro Sánchez cuestionó la propuesta de Iglesias: “Me ha propuesto una negociación exclusiva y excluyente.” “A todos hay cosas que nos separan, pero hay una sobre todo que nos une y es que tenemos que poner fin al gobierno del PP”.

Cuando le llegó el turno a Pablo Iglesias, éste ratificó su negativa a un acuerdo que incluya a Ciudadanos: “Un gobierno de progreso es incompatible con llegar a acuerdos con las derechas. Y en este caso entendemos que un acuerdo con Ciudadanos sería un acuerdo con el Partido Popular en diferido."

“Tengo la esperanza de que elegirá hacer un gobierno con nosotros y no con Ciudadanos. Y respetaré en cualquier caso la decisión que tome, pero espero de corazón a que apueste por un gobierno de progreso y de cambio, y que entienda que en este caso no es posible hacer las dos cosas simultáneamente", dijo el líder de Podemos.

Ada Colau también ha movido ficha en éste asunto. Luego de una reunión con Puigdemont, se despachó con un "espero que se produzca un acuerdo lo antes posible".

La carta de Iglesias: negociar con los independentistas

Ante la negativa de Sánchez de aceptar una negociación exclusiva PSOE-Podemos, en la que entraría también IU, Iglesias mostró este viernes una carta guardada: su disposición a negociar con las fuerzas independentistas para garantizar su apoyo al Gobierno de Sánchez.

Sánchez ha rechazado negociar con ERC o Democràcia i Llibertat (CDC) su apoyo de investidura, pero Iglesias se mostró dispuesto a conversar con estas fuerzas, -a "remangarme", dijo ante la prensa- para formar un Ejecutivo alternativo al de Mariano Rajoy.

Iglesias se tiene confianza en que puede mediar entre el españolismo del PSOE y el independentismo catalán, para buscar algún tipo de compromiso. Una actitud muy distinta a la reivindicación del derecho a decidir y el referéndum catalán como “líneas rojas” hace pocas semanas.

Pero el rol “mediador” de Iglesias, claro está, sólo estará disponible si Sánchez se decide a pactar con su formación para formar un “gobierno de progreso” y no con Ciudadanos.

Lástima que en las negociaciones no haya luces, ni taquigrafos, ni cámaras de televisión como exigía Iglesias hace poco. Puede que nos esterásemos de algún detalle más sobre su ofrecimiento.

Lo que está en juego

Tanto PSOE como Podemos, aunque por motivos diferentes, parecieran tener en común su aversión por que haya elecciones anticipadas. Tras su primera reunión los dirigentes de ambos partidos han dejado claro que continúan las distancias. Pero la negociación recién empieza y es mucho lo que está en juego.

El líder socialista se juega su “cabeza política”. O sale presidente con algún acuerdo o finalmente será presa de los barones que le esperan como fieras hambrientas dentro de su partido. Iglesias por su parte, aunque varias encuestas han mostrado en los últimos días el supuesto crecimiento de Podemos en intención de voto, teme un escenario de nuevas elecciones que le plantee nuevas contradicciones con sus aliados y desgaste a su partido (política y económicamente) en una nueva contienda.

El perro del hortelano

El PP lentamente se levanta de la siesta. Lo que pasa es que el Presidente se mueve para boicotear cualquier posible acuerdo que incluya a Ciudadanos. Mariano Rajoy anunció que presentarán al TC una impugnación de la Conselleria d’Exterior catalana. Rápidamente ha llamado a Rivera y se puso de acuerdo en “defender la unidad de España”.

Precisamente por ello, la bancada popular ha exigido que la investidura sea el 22 de éste mes, recortando a la mitad los plazos de negociación pedidos por Sánchez.
Y luego de imponer la Ley Wert con su antigua mayoría absoluta y sin apoyo de ninguna otra bancada, llama a las otras fuerzas a hacer un pacto para la educación. Su portavoz en el congreso, Rafael Hernando, pidió hacer “un gran pacto educativo” que lo dote “de estabilidad”. Algo muy poco creíble.

Nubes oscuras para 2016

Aun en el difícil caso de que el Secretario general del PSOE logre un acuerdo de investidura, difícilmente pueda lograr un gobierno estable. La aritmética parlamentaria es muy escasa, las diferencias políticas son importantes y los nubarrones que se acercan también.

Aparentemente la economía española seguirá creciendo en 2016, aunque menos que en 2015 y con una perspectiva descendente. Sin embargo, los mercados europeos están cayendo porque avizoran una nueva recesión a nivel mundial por los resultados de China. Esto augura un panorama más difícil para la economía española.

Además, Bruselas anunció que el déficit público cerró por encima de lo pactado. Cuestión que obliga al nuevo gobierno a hacer más recortes de los ya previstos si quiere seguir “cumpliendo” con Bruselas. La Comisión Europea calculó que en 2016 España deberá recortar casi 10.000 millones de euros.

El IBEX 35 vota cada día

Precisamente por todos estos desafíos, las grandes empresas del IBEX 35 buscan la formación de un gobierno estable. Siguen haciendo todo lo que pueden por que surja una “grosse koalition”, PP-PSOE-Ciudadanos, pero la opción por ahora parece descartada.

El establishment no ve para nada estable, ni mucho menos fuerte, un ejecutivo con el PSOE a la cabeza que, a cada paso, deba pactar qué hacer con 3 o 4 socios. Por eso sueña con un “plan B”: la formación de un gobierno técnico que se encargue de tomar todos los recortes que exige la UE. Pero esto implicaría nada menos que el paso atrás de Rajoy y Sánchez y formar un gobierno de tecnócratas apoyado por PP-PSOE-Ciudadanos. Un gobierno estable que con “mano firme” gobierne para las grandes empresas del IBEX. Pero el sueño que el establishment vería como una salida, está muy lejos de lo que se tragaría la mayoría de los trabajadores y el pueblo en el Estado español.

Las negociaciones parlamentarias siguen abiertas. A 36 días del 20D, no está claro qué si podrá formarse gobierno o si se irá indefectiblemente a nuevas elecciones anticipadas. Lo único seguro es que el próximo gobierno deberá aplicar nuevo y duros recortes contra los trabajadores y el pueblo, como lo exigen el FMI y el eje Berlín-Bruselas.