El rector de la PUC, en un acto de autoritarismo universitario, mantiene su rechazo a la ley de despenalización del aborto bajo 3 causales pese a la opinión de la gran mayoría de los estudiantes de la universidad.
Jueves 21 de septiembre de 2017

El 14 de Septiembre se dieron a conocer los resultados del plebiscito realizado por más de 11.000 estudiantes de la UC, donde un 70.47% aprueba la ley de aborto bajo tres causales, un 54.45% rechazan la objeción de conciencia institucional y un 75.69% rechaza que profesionales de la UC no puedan practicar abortos en otras instituciones.
Pese a que la gran mayoría de las y los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) está de acuerdo con la aprobación del aborto bajo tres causales, el mismo día en que se realiza el plebiscito, el rector conservador Ignacio Sánchez manda a izar la bandera institucional a media asta, en rechazo a esta ley que significa un derecho mínimo conquistado por el movimiento de mujeres.
No contento con este símbolo de autoritarismo universitario, en una entrevista a radio Cooperativa, declara que pese al plebiscito realizado, la PUC mantendrá su postura:
Además, afirma que no se realizarán abortos dentro de su institución, declarando que si una mujer acude al hospital UC, será trasladada a otro centro de atención público o privado. Recordemos que es en este mismo hospital donde se acogió al sacerdote Fernando Karadima, probado abusador sexual, quien fue condenado en el año 2011 por abusos sexuales reiterados con violencia y abuso de potestad eclesiástica. También en esta ocasión las y los estudiantes de la universidad denunciaron el doble discurso de su rector, que aprueba la atención de violadores pero no de mujeres violadas, mostrando la cara más misógina de su discurso político conservador, en contra de los derechos de las mujeres.
Detrás de fundamentaciones como la “objeción de conciencia institucional” y el “derecho a la vida”, aliándose con posturas como la del arzobispo Ezzati, quien llevó a cabo el último Te Deum, se esconde su doble moral, que aboga por el derecho inalienable a la vida mientras guarda silencio cómplice frente a los femicidios y a toda la escalada de violencia de género que vivimos cotidianamente mujeres y diversidad sexual, abalando los femicidios de Estado que significan las muertes por abortos clandestinos, y prohibiendo que profesionales de la universidad realicen abortos incluso en casos extremos como inviabilidad fetal, embarazo producto de violación o el riesgo de vida de la mujer.
Te puede interesar: Ezzati contra el aborto

Constanza Satás
Estudiante Psicología PUCV