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Red Internacional
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Catalunya. Sánchez y Aragonès se reúnen para marcar los márgenes de la mesa de diálogo

Aragones y Sánchez se han reunido en la previa de la mesa de diálogo que se ha celebrado esta tarde. Unas negociaciones que en ningún momento servirán para alcanzar el derecho a la autodeterminación.

Miércoles 15 de septiembre de 2021

Foto: EFE / Quique Garcia

Pere Aragonès ha recibido al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez en la puerta del palau de la Generalitat en la que ha sido la reunión previa a la mesa de diálogo que se ha celebrado posteriormente entre ambas delegaciones.

Los dos presidentes no han formado parte de las delegaciones del gobierno central ni del catalán, aunque si se han hecho la foto de rigor antes de empezar la reunión de la mesa de diálogo. De hecho, la no presencia de Sánchez fue la chispa que hizo estallar la crisis en el seno del gobierno de la Generalitat en la que Junts confirmaba la presencia de tres miembros del partido que no integran el ejecutivo catalán.

Pocas horas después, el president Aragonès rechazaba la propuesta del partido de Carles Puigdemont y excluía de la mesa de diálogo esta delegación. Algo que dejaba en evidencia la enésima crisis de gobierno entre ERC y JxCat.

Resulta curiosa la facilidad con la que Aragonès dejaba fuera a los representantes de su socio de govern, sobre todo teniendo en cuenta que cuando Pedro Sánchez decidió no hacer efectiva la ampliación del aeropuerto de El Prat tras las discrepancias de Aragonès sobre la afectación al entorno natural protegido de La Ricarda, el president de la Generalitat siguió manteniendo la mesa de diálogo de hoy. Y es que queda claro que los más interesados ​​en seguir con estas negociaciones son el PSOE y ERC (aunque la oposición de Junts no deja de ser simbólica, como ha quedado más que clara en numerosas ocasiones la disposición a negociar el fondo de la cuestión como es la llegada de inversiones en Catalunya), por mucho que no se contemple ninguna referencia efectiva al derecho a la autodeterminación o la amnistía.

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En la rueda de prensa posterior a la reunión previa a la mesa de diálogo Pedro Sánchez ha manifestado que valoraba "positivamente la reunión, pero que ha constatado que tienen posiciones muy alejadas". Asimismo, el presidente del gobierno español ha remarcado que "ni el referéndum ni la amnistía son posibles" y que lo que hay que hacer es "empezar a trabajar por las cuestiones en las que tenemos posiciones más cercanas".

Aún así, Pere Aragonès por su parte, ha señalado que "las posiciones de partida son muy distantes. Pero subrayamos el consenso de que la mesa es el instrumento adecuado para abordar el conflicto".

Además, Aragonès ha dicho que "el clamor mayoritario de la sociedad catalana se empieza a hacer realidad. Hemos conseguido que el Estado español se siente en una mesa de negociación". Cuestión que se aleja de la realidad catalana, como se pudo ver el pasado 11 de septiembre con silbidos y abucheos contra las negociaciones con el mismo Estado.

Poco después empezaba la reunión de la mesa de diálogo entre ministros del gobierno español y consellers (solo de ERC) del govern català, y de la que no ha transcendido nada más allá de lo que ya habían contestado los dos presidentes, salvo un comunicado de la Moncloa en el que se informa que ambas delegaciones han "acordado iniciar los trabajos para conseguir una salida que permita recuperar la normalidad en Catalunya después de años de desacuerdos" y que "el modelo recogido en la Constitución es el único marco posible".

El comunicado expresa también que estos encuentros entre gobierno central y catalán "son una invitación al diálogo y al acuerdo y supone una ampliación de horizontes, incorporando otras materias, como las infraestructuras, el crecimiento económico, la sanidad, los servicios sociales y el medio ambiente".

En definitiva, si algo ha quedado claro de la reunión entre ambos presidentes es la imposibilidad de lograr las aspiraciones democráticas del derecho a decidir sentándose con los mismos que reprime al pueblo catalán. De la misma forma, tampoco se podrá conseguir de la mano de los partidos de la burguesía independentista, como quedó demostrado en 2017. Por el contrario, ambos bandos tienen como objetivo la restauración autonómica a cambio de más inversiones capitalistas y mayores competencias favorecidas por los fondos europeos Next Generation.

Por otra parte, la izquierda independentista rechaza las negociaciones con el gobierno central y denuncia que "la mesa de diálogo nace muerta". En este sentido, se ha convocado una concentración ante las puertas de la Generalitat para protestar frente a este encuentro entre gobiernos mientras ha durado la reunión.

Sin embargo, la CUP Mantiene vigente su acuerdo con ERC y sigue dando apoyo parlamentario al Gobierno con una tregua de dos años.

Frente ello, la única salida para un verdadero embate contra el Estado español es poner en pie una izquierda de la clase trabajadora fuerte, con un programa anticapitalista, bajo una perspectiva de independencia de clase e impulsar movilizaciones en las calles que no estén controladas por los mismos partidos processistes , tal como ocurrió durante la pasada Diada.