Tres semanas atrás comenzó un brote de contagios que no puede contener el gobierno provincial y municipal de Río Gallegos y otras localidades afectadas. Mientras tanto el gobierno provincial y municipal responsabiliza a la población y no previeron tal crisis.
Ernesto Zippo Trabajador de Correo Argentino | MAC Rio Gallegos - Sta Cruz
Martes 4 de agosto de 2020 23:53
Hace tres semanas atrás comenzaba un brote de contagios que no puede contener el gobierno provincial y municipal de Río Gallegos y otras localidades afectadas. Actualmente existen 371 casos positivos de Covid-19, hubo 4 personas fallecidas y 15 trabajadores de la salud contagiados en Río Gallegos. Mientras tanto el gobierno provincial y municipal responsabiliza a la población y no previeron tal crisis.
La gobernadora Alicia Kirchner y las autoridades hacen mucho hincapié en la responsabilidad que tuvieron quienes se contagiaron, estigmatizando a las víctimas del contagio de Covid-19, pero nada dicen del grado de improvisación que existe en las medidas tomadas desde el gobierno provincial y los municipios de las localidades afectadas. Hasta el martes 4 de agosto, se negaban a declarar que hay circulación comunitaria en Río Gallegos, pero ya no se podía ocultar más y se tuvo que confirmar.
En tanto las y los trabajadores de la salud, sufren la falta de planificación y previsión que existe en el Hospital Regional de Río Gallegos, demostrando la crisis de inversión que existe en la salud pública.
Así lo remarco uno de los enfermeros y referente de sus compañeros y compañeras, Manuel Piris; quién afirmó “nos falta recursos humanos, más personal porque no están alcanzando a atender a todos los pacientes. Además no están haciendo el hisopado entre quienes estamos en contacto con los pacientes contagiados en el Hospital. Hay compañeros que están contagiados en la salud pública y además estamos muy cerca de quedarnos sin camas, en terapia intensiva”. Actualmente hay 338 casos positivos y desde comenzó el brote, hubo 4 personas fallecidas.
Durante los primeros días de la semana hubo falta de agua, por la rotura de un caño maestro del suministro en la ciudad capital y se profundizó aun más la angustiante situación del hospital regional. Así lo denunciaron las y los trabajadores del nosocomio para que se solucione de, manera urgente. En tanto gran parte de la ciudad estaba sin el servicio de agua necesaria para higienizarse adecuadamente.
Otro problema importante es la precarización laboral que existe en la salud pública, muchos y muchas bajo la modalidad de monotributistas, que a pesar d estar en la primera línea de lucha contra la pandemia, tienen un salario de miseria.
Así lo comentó una trabajadora de la salud del Hospital Público de Río Turbio, donde hubo cuatro casos de Covid-19 positivos “Nosotros no teníamos los insumos necesarios, para nuestra protección habitual y tuvimos que publicar un video para que la comunidad sepa lo que nos pasaba. Intentamos hablar con el director, pero no nos recibió, hasta que aparecieron los elementos una vez que se confirmó el primer caso positivo en la cuenca carbonífera. Nosotros no tenemos acceso a la información y los primeros casos nos enteramos por medio de los medios informativos. Es totalmente desprolijo el desempeño de las autoridades del hospital. Otra cuestión es la falta de personal y la falta de experiencia para enfrentar el contagio. Por último tenemos personal con contratos full time y contratos part time, haciendo las mismas tareas, pero percibiendo un salario desigual”.
En tanto, no todos y todas las trabajadoras de la salud percibieron el bono que ofreció el gobierno nacional a quienes están la primera línea de la salud. Así de comentaron semanas atrás en los principales medios de Río Gallegos.
Pero lo que genera indignación en el discurso de las autoridades es, que responsabilizan a la comunidad en los contagios y la escalada que llevó a retroceder a la fase 1.
Las otras localidades con contagios existentes son, Calafate con 23 confirmados, Puerto San Julián con 5 confirmados y Caleta Olivia con un caso confirmado. Se prohíbe la circulación en dichas localidades y se determinó restringir las reuniones para no propagar aún más los contagios.
Nunca hubo una planificación de cómo enfrentar el contagio, ni tampoco los recursos necesarios para contener los contagios. Las y los trabajadores de la salud afirman que están al máximo de sus esfuerzos, pero resultan insuficientes sin el refuerzo de personal y elementos para enfrentar como corresponde.
El brote que existe en Santa Cruz está dejando al desnudo los años de desinversión que hubo en la salud pública, en los servicios básicos como el agua potable y la precarización laboral que existe.