Santiago Lupe, director de izquierda Diario y portavoz de la CRT, analiza el momento político en Catalunya a un año de las movilizaciones contra la sentencia del procés, debate la propuesta de la CUP de recuperar la "unidad estratégica" del independentismo y propone una política para construir un polo de independencia de clase y anticapitalista.
Viernes 16 de octubre de 2020
2' #EnClaveRoja "Catalunya: necesitamos una alternativa anticapitalista y de independencia de clase" - YouTube
Se cumple un año de las movilizaciones contra la sentencia del procés
Un aniversario marcado por la pandemia, la crisis económica y los nuevos embates represivos.
La represión y la posición claudicante de la dirección procesista, abre el camino a una de restauración autonómica, que niega el derecho a decidir y con un saldo represivo de casi 3000 procesados.
El PSOE y Unidas Podemos son parte central. Pero también ERC, PDECAt y JxCat, que trabajan para volver a la normalidad autonómica.
Mientras, unos y otros, siguen gestionando la pandemia y la crisis con políticas de rescate a las empresas, respeto a sus beneficios y las grandes fortunas. Lo único que han hecho es tomar nuevas medidas restrictivas, como las últimas de la Generalitat, en vez de reforzar los sistemas sanitarios que es lo que hace falta.
En este marco, la CUP hablar de “recuperar la unidad estratégica” del independentismo, pero ¿unidad con quién? ¿para qué?
¿Con los que han dejado claro que no llevarán hasta el final la lucha por el derecho a decidir? ¿Con los que privatizaron y recortaron la sanidad? ¿Con los que avalan despidos masivos como los de Nissan y las subcontratas?
Para imponer el derecho a decidir necesitaremos una movilización social que, como se mostró episódicamente el 3 de octubre, incorpore toda la capacidad de lucha de la clase trabajadora y los sectores populares.
Hoy más que nunca hace falta unificar esta demanda democrática y la lucha contra el régimen, con la pelea por un programa que haga pagar la crisis a los capitalistas
Y esto no se puede hacer desde la unidad estratégica con la burguesía independentista.
Si la CUP quiere reeditar su política de mano extendida hacia ella, volverá a quedar atrapada en la trampa del procesismo, como en 2017.
Necesitamos una izquierda distinta que no trabaje por la unidad con ERC, JxCat o los Comunes que gobiernan junto al PSOE del 155, sino por poner en pie un polo de independencia de clase, que luche por el derecho a decidir y un programa anticapitalista, y por imponer estas reivindicaciones por medio de la movilización obrera y popular.
En las próximas semanas la CUP acabará de definir el contenido de su programa para las elecciones de febrero. Si opta por mantenerse en una política ya ensayada durante casi una década de procés, será imprescindible que la izquierda revolucionaria demos un paso adelante y construyamos una alternativa.