La presencia de algas en las costas de la Rivera Maya en el sudeste mexicano amenaza con convertirse en una catástrofe ambiental. Especialistas denuncian que la respuesta del gobierno ha sido insuficiente.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 13 de junio de 2019
El sargazo es una alga que habita en aguas tropicales, suele emitir un olor desagradable, de color marrón y que en los últimos años ha aparecido de manera masiva en las aguas mexicanas. Si bien es endémica de la zona, ya que además ayuda a que habiten camarones, tortugas, cangrejos y proporciona sombra a peces, su presencia excesiva ha causado que miles de estas plantas terminen en las playas mexicanas.
El azul turquesa que atrae a miles de turistas alrededor del mundo a que visiten la Rivera Maya se convierte en una mancha de color pardo por la aparición del sargazo, casi como si fueran desechos de drenaje. Se ha detectado en playas de Tulum, Cancún, Puerto Morelos, Akumal, Cozumel y Plata del Carmen, y en menor medida en Punta Mujeres, Puerto Juárez, Isla Mujeres y Holbox.
La aparición del sargazo en los meses veraniegos pone en riesgo el arrecife de coral del Caribe, el segundo más grande después del Gran Arrecife —cerca de las costas australianas— y el cual genera la arena blanca característica de la zona. Asimismo, el sargazo en exceso puede provocar problemas para que las tortugas puedan anidar, ya que las playas se convierten en terreno pantanoso y no son viables para que depositen sus huevos en la arena.
El problema se ha extendido a tal grado que las cantidades de alga son monstruosas. La presidente municipal de Solidaridad (Quintana Roo) declaró que "estamos recogiendo en playa alrededor de 80 a 120 toneladas por día".
Expertos en materia ambiental señalan la respuesta del gobierno ha sido insuficiente para lidiar con el problema —un tema sensible para la administración obradorista luego del escándalo surgido por la contaminación en la CDMX—, y que de no tomarse medidas más contundentes, habrá una crisis ambiental, misma que sólo se agrava debido a los efectos del cambio climático y el calentamiento global. Las algas contaminan el subsuelo de la Rivera Maya y su presencia también ha golpeado al sector turístico, uno de los pilares de la economía quintanarroense.