En una escuela de Villa Luzuriaga de La Matanza, se combinan dos crudas realidades. Por un lado, los docentes que no cobran sus salarios a pesar de haber trabajado, y la de los estudiantes que reciben para el desayuno alimentos vencidos hace 15 días. Es el país que se viene si no fortalecemos una alternativa de izquierda para los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Virginia Gómez @mavirginiagomez
Jueves 14 de mayo de 2015
Comenzaba la clase de Historia como todos los miércoles. Una vez más contándole a los estudiantes de segundo año que nuevamente no cobramos nuestro salario, a pesar de haber trabajado. Los chicos me dicen, como me suele ocurrir, que no vaya, que no dé clases si no me pagan. Y nuevamente charlamos que es necesario que los trabajadores nos organicemos, que luchemos por nuestros derechos, que tomemos medidas contundentes, pero junto a ellos y sus familias. Porque en última instancia lo que está en juego, lo que defendemos, es la educación pública.
Mes a mes los docentes sufrimos todo tipo de ataques. Scioli no nos paga, los candidatos de Massa nos acusan de ñoqui, de que cobramos y no trabajamos. Pero la única realidad es que los trabajadores de la educación, los primeros defendores de la escuela pública, no percibimos nuestros salarios, sufrimos la precarización de la nuestras condiciones de trabajo, y nos enfrentamos a la cruda realidad de nuestra juventud.
Cuando no es el amadrentamiento de la Policía del gatillo fácil y la criminalización de la juventud, es la pobreza de sus familias, la falta de trabajo, de viviendas, que no les permite ni acceder a un libro, ni siquiera a una fotocopia. Y ayer fue lo que nos ocurre a diario, se meten hasta con la alimentación de nuestros pibes.
Entra la preceptora al aula y reparte los alfajores. Los chicos entre ellos se pelean por ver si sobra alguno y guardárselo, porque tienen hambre. Uno de ellos me dice: “Mire, profe, lo que nos dieron ayer”. Se lo habían guardado como un testimonio de lo que es su vida y el maltrato cotidiano que padecen por parte del Gobierno. Es una pasta frola que les dieron el día anterior, que tiene fecha de vencimiento 28 de abril de 2015. Había vencido hacia exactamente 15 días.
Los políticos patronales gastan por lo menos 3 millones de pesos por día en campaña electoral para ser presidentes, gobernadores, intendentes, legisladores. Esa realidad no puede estar más alejada la de esos chicos que no tienen ni derecho a comer un desayuno decente.
En La Matanza presentamos esta misma semana los precandidatos del PTS, que es parte del Frente de Izquierda. La misma semana en la que los docentes vamos al paro y nos movilizaremos en la Capital Federal para denunciar los padecimientos de la educación pública. En la misma semana en la que conocamos a los Tribunales de San Justo donde se va a leer la sentencia al policía torturador de Luciano Arruga. Mientras que los Scioli, Espinoza y los Massa sólo proponen más fuerzas represivas y militarización de los barrios como “respuesta” a los padecimientos del pueblo trabajador.
A nosotros, los militantes del PTS en el Frente de Izquierda, no nos financia nadie, ni los empresarios ni los grandes delitos como el narcotráfico, la trata, ni el juego, que maneja la bonaerense y los funcionarios oficialistas y opositores. Somos trabajadores y jóvenes, que con bajos y precarios salarios, militamos día a día para fortalecer desde la izquierda la organización de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Virginia Gómez
Nació en Buenos Aires en 1982. Es Licenciada y Profesora en Enseñanza Media y Superior en Ciencia Política (UBA). Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.