Arrancaron los pasados 25 y 26, cancelando 122 y 124 vuelos y continúan el 3 y 4 de mayo cancelando más de 200. Los 1.150 trabajadores convocados a la huelga exigen que se cumple el convenio firmado y piden la equiparación salarial con otras compañías.
Lunes 30 de abril de 2018
Con elementos similares a las recientes huelgas en Air France, los pilotos de Vueling continúan con la convocatoria de huelga durante cuatro jornadas, 25 y 26 de abril y 3 y 4 de mayo, anunciada en rueda de prensa el 13 de abril tras haber sido votada a favor por más del 90% de los pilotos de la compañía.
Uno de los principales motivos de la huelga es el incumplimiento de algunos puntos del II Convenio Colectivo, según destacan los trabajadores, especialmente en torno a "los procesos de selección, vacantes temporales y notificación de periodos de descanso y días libres", como posible anticipo de la firma de un peor II Convenio Colectivo que recorte sus condiciones laborales.
Así mismo, la equiparación salarial respecto a otras compañías de bajo coste ha sido otra de las razones por la que los pilotos de Vueling llevan a cabo la primera huelga de pilotos en esta empresa, perteneciente al holding IAG, que también incluye a Iberia.
Uno de los puntos más polémicos para los trabajadores es la apuesta de la compañía por un mayor crecimiento en el extranjero, lo cual podría implicar una futura deslocalización de más puestos de trabajo, lo cual ya ha llevado a que más de 120 pilotos han abandonado la compañía desde inicios de 2017.
Los efectos de la huelga se ven incrementados por la huelga de este fin de semana de los controladores aéreos de Marsella, que afecta al espacio aéreo del Aeropuerto del Prat de Llobregat, cancelando en este un total de 122 vuelos durante las 48 horas de huelga, entre las 04.30 del sábado y el lunes. Este aeropuerto ha sido además uno de los más afectados por la huelga de pilotos de Vueling.
En el caso de El Prat, Vueling ha decidido destinar más personal de atención desde primera hora de la mañana con el objetivo de minimizar el efecto de la huelga. A ello se suma la imposición de servicios mínimos en un 51% por parte del Ministerio de Fomento en las rutas internacionales o que impliquen más de 5 horas de duración en otro tipo de transporte, lo cual supone casi la totalidad de los vuelos, llevando a cabo desde el Gobierno una grave ofensiva contra el derecho a huelga.
En materia de reprimir a trabajadores de altos vuelos el Gobierno ya demostró su experiencia cuando en 2010 el gobierno del PSOE militarizó la huelga de controladores aéreos, reavivando un peligroso precedente en crimizalización de la clase trabajadora y desactivación de las huelgas, o cuando en 2016 la Fiscalía pidió 66 años de cárcel a 8 trabajadores de Airbus por incidentes ocurridos en la huelga general de septiembre de 2010.
La directora de Comunicación de Vueling, Ana Fernández, admitió la posibilidad de negoicaciones para mejorar las condiciones de los pilotos, en los pilotos en plena huelga, lo cual muestra la necesidad de continuar la pelea y extenderla a otros sectores, en su mayoría, mucho más precarizados que los pilotos.
En estos casos los trabajadores tenemos como arma la organización. Por eso debemos pelear por hacer de los sindicatos verdaderas herramientas de lucha de la clase trabajadora. Y no herramientas de control sobre ella, y de colaboración con la patronal. Organizaciones que se propongan organizar ampliamente a los más explotados, los precarios, las mujeres, los inmigrantes y la juventud para revertir la situación.
La fuerza, como sector estratégico de la clase trabajadora, que tienen los pilotos, es un arma para frenar una precariedad que avanza y golpea a sindicalizados, no sindicalizados, parados, nativos e inmigrantes. Solo la perspectiva de unificar a los diferentes sectores de la clase trabajadora podrá prepararnos para defendernos y contraatacar al capital.
Jorge Remacha
Nació en Zaragoza en 1996. Graduado en Historia en la Universidad de Zaragoza. Milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español y en la agrupación juvenil Contracorriente.