Con diferencias tecnológicas y de cantidad de cámaras que las usadas en Europa, este fin de semana los partidos de la Liga Argentina empezarás a ser tamizados por la utilización del sistema VAR de resolución de dudas sobre goles y jugadas. ¿Qué puede aportar y para qué puede ser usado en un escenario futbolístico como el nuestro?
Viernes 1ro de abril de 2022 11:21
Foto Luis Cetraro | Télam
Con un nombre recontra internacional y nariz parada, desembarca en esta parte del mundo una versión belga del VAR más acordé a los presupuestos de la Liga Argentina de Fútbol (liga, torneo, copa... el nombre de turno).
Todo viene un poquito más económico: en vez de 36 habrá 9 cámaras (seguramente en los clásicos o partidos que definan “algo” habrá más). Por otro lado quedará para el “primer mundo” el DAG (detector automático de goles).
Habrá un sistema centralizado desde el predio de AFA en Ezeiza, ventaja con la que corre Argentina ya que hay interconexión de todos los estadios con el predio (a diferencia de Conmebol), dotado de un árbitro, un asistente y quienes manejan la tecnología.
Las cuestiones más técnicas hablan de los 36 árbitros que hicieron curso de VAR (los internacionales de acá son Vigliano, Delfino, Trucco y Baliño). En el fútbol sudamericano y, sobre todo en Argentina, se deberá legislar con letra clara respecto al reclamo constante que seguramente traerá la tecnología respecto a la subjetividad y libre albedrío del árbitro. Hasta ahora se sabe que nadie podrá instar al árbitro a consultar el VAR, se supone que habrá sanciones ante reclamos.
Como ya es sabido esta tecnología, aún en proceso de perfeccionamiento, genera baches muy grandes a partir del tiempo para tomar decisiones. Es una cuestión clave también en esta parte, donde no nos gusta esperar y gritamos goles como si fueran el último, como si todos fueran en una final. Bueno, no... A esperar.
Por último lo que decíamos arriba del DAG, el sistema de detección de goles. No funciona en Conmebol y claramente no lo hará en Argentina por el presupuesto que demanda (deberían sumar 14 cámaras por partido, 7 por arco). Así que, siga siga. Un aspecto tan importante de la nueva tecnología que hubiera subsanado tantos “errores” a lo largo de la historia, quedará para las ligas millonarias de Europa o países que puedan pagarlo.
Todo gran poder, conlleva…
Bueno, ahora desemboquemos en el inconsciente colectivo, en las teorías conspirativas y la realidad. Sabemos para qué se inventó, pero no somos tontos ni ajenos a hechos en los que el VAR funcionó para el lado oscuro. Tomando ejemplos puntuales: al Real Madrid, Manchester City a nivel liga completa o el infame Brasil-Argentina de 2019, donde Lionel Messi se despachó con todos: “hubo penales pelotudos toda la Copa y hoy ni siquiera consultaron el VAR”, cuando claramente y ante la evidencia póstuma, la tecnología había sido intervenida por pedido de Bolsonaro.
Ante estos hechos, ¿quiénes ganan? ¿Los equipos “chicos” dejarán de sufrir las vergüenzas que les son regaladas a River y Boca (como ejemplos más tremendos de la manipulación arbitral) o la metamorfosis de estos errores se dará en forma de búsqueda al milímetro cuando de un grande se trate y la nada misma para beneficiar a los más chicos, los siempre perjudicados?
¿Cómo va a influir la intencionalidad política en los partidos y la tecnología? Recordemos la vergüenza del penal a favor de Racing en el último minuto contra el Rojo (clara interna contra el moyanismo) o las constantes jugadas en contra de San Lorenzo en la interna contra Tinelli-Lammens (que ya rozan el aburrimiento y el chiste). Podríamos hablar horas de eso, ya que todos tienen su nicho de poder político en el fútbol.
¿Las peleas de poder se intensificarán a través de VAR? Con Brasil-Argentina vimos que es tan simple como llamar o no a revisión de una o dos jugadas. Con eso liquidan un partido… En la época donde Alberto Fernández dijo que los argentinos “vinieron en barcos de Europa y el pueblo brasileño del Amazonas”, en una clara denostación a los pueblos originarios y desconocimiento de la propia identidad sudamericana.
Estamos también en un momento clave, por lo acontecido con El Porvenir. Pablo Carrozza en su canal de Youtube contó cómo una red de apuestas clandestinas llevó a varios jugadores a ir para atrás por un porcentaje de ganancias. Cuestiones tan simples como la cantidad de corners en contra en el primer tiempo generaron una hecatombe, ya que estos futbolistas fueron encarados por los demás compañeros y se arrepintieron públicamente.
Parece un hecho descolgado esto de las apuestas clandestinas en sitios donde no va a implementarse el VAR ni por asomo. Pero recordemos el punto de los nichos de poder. El fútbol argentino está rodeado cada vez más de empresarios-dirigentes-representantes que, desde dentro, digitan el futuro de jugadores y se llenan los bolsillos a costa de los clubes. Casos como el de Vélez, que pasó de ser un “club modelo” a un club nicho de empresarios que hacen jugar a quienes quieren vender y no a los mejores. San Lorenzo es otro ejemplo clarísimo (y del que hablamos muchísimo acá).
¿Cómo chocará el VAR contra estos intereses? ¿Lo hará? ¿O será otro brazo para generar más y mejores negocios? Recordemos que el que juega se muestra y el que gana cotiza. Un combo perfecto que podría hacer un agujero aún más grande en el devaluado fútbol argentino.
Veremos qué pasa este fin de semana, de prueba... Desde acá esperamos que todo nivele y sea más “justo”, pero no somos inocentes.