El acuerdo llegado con la Gold Reserve constituye uno de los típicos casos en que se hace un entreguismo de soberanía nacional y expoliación de nuestra riqueza
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Martes 9 de agosto de 2016 19:34
Venezuela le pagará a la empresa Gold Reserve 759 millones de dólares como indemnización por haber nacionalizado sus operaciones, de acuerdo a un comunicado emitido por la compañía este lunes.
La empresa minera canadiense informaba lo que ya se había hecho público el viernes pasado por el propio Presidente Maduro, que había firmado un acuerdo con Venezuela para formar una empresa mixta aurífera en el Arco Minero del Orinoco, y que como parte de la negociación, recibirá una compensación.
Por compensación se refiere a la demanda que esta empresa había realizado contra Venezuela en el CIADI, cuyo fallo fue favorable a la transnacional justamente por el monto de 759 millones de dólares. El pago se realizará en dos partes de acuerdo a la propia Gold Reserve, la primera de 600 millones de dólares para el 31 de octubre de 2016, o antes; y el restante cerca del 31 de diciembre de este año.
En el mismo comunicado se afirma que “el pago será realizado con el financiamiento que obtendrá Venezuela para este fin”. Pero lo que no dice es que este pago será realizado por un préstamo que esta misma transnacional le otorgará a Venezuela. Créase o no, la empresa le presta al gobierno para que le pueda pagar, un dinero sobre el cual no habría que darle un solo centavo, y para colmo se termina endeudado.
El gobierno de Maduro ya había adelantado en febrero que habían alcanzado un acuerdo para buscar solución a un prolongado conflicto tras el abrupto fin de una concesión que mantuvo la firma en el país hasta 2009.
De esto ya habíamos dado cuenta en una artículo en este diario, cuando reseñamos el acuerdo al que había llegado Venezuela con la transnacional canadiense. Decíamos que, el propio ministro de Petróleo y Minería, Eulogio Del Pino, había señalado que él personalmente estuvo a cargo de la negociación del caso y que luego de que el Ciadi fallara a favor de Gold Reserve, lograron establecer negociaciones para reactivar los convenios entre ambas partes. "Firmamos un acuerdo de inversión por 5 mil millones de dólares, de los cuales 2 mil millones de dólares van a constituir una empresa mixta con 45% de participación accionaria y Venezuela el 55% como lo prevé la ley". Además, informó que los restantes 2 mil millones de dólares forman parte de un préstamo otorgado por la empresa a Venezuela.
El viernes (05) el presidente Maduro anunciaba al país la firma de un primer lote de proyectos con decenas de compañías transnacionales para iniciar la explotación megaminera en el Arco Minero del Orinoco (A.M.O.), incluyendo a la Gold Reserve que llegó a ponerla como ejemplo e incluso como un “gran convenio”, en los siguientes términos: “Después de pelearnos, de darnos duro, logramos un acuerdo. Después de vernos con rencor, ahora nos vemos con ternura. Es un ejemplo de cómo superamos lo que fue a litigio internacional”.
Durante el encuentro el presidente de la república, Nicolás Maduro, dijo “hoy hemos sellado una gran inversión”, Mientras tanto, el ministro de Desarrollo Minero Ecológico, Roberto Mirabal, destacó que el Estado tendrá en ese proyecto una participación accionaria de 55%, y el consorcio canadiense del 45% restante.
La asociación desarrollará el proyecto de las ingentes minas de oro Brisas Las Cristinas, con unas 30 millones de onzas estimadas de reservas. “Venezuela y la compañía trabajarán juntas para completar el financiamiento contemplado en unos 2.100 millones de dólares de capital anticipado para el proyecto Brisas Cristinas”, dijo la compañía.
Esa transnacional tuvo una concesión para la extracción de oro y cobre, a través del proyecto Brisas-Las Cristinas, en el kilómetro 88, en el estado Bolívar. Pero se tornó público que en varios años nunca inició realmente operaciones en el país, sino que especulaba en la bolsa de valores con la concesión otorgada.
Hablar de “ternura” sobre un acuerdo con una transnacional, demandada incluso internacionalmente por daños ambientales, no es más que expresión de un cinismo sin parangón. Pues se trata de acuerdos de total entrega de soberanía nacional a la transnacional y una expoliación directa de nuestras riquezas nacionales.
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