Este viernes 10 de Marzo, se llevó a cabo el segundo cambio de gabinete del gobierno de Gabriel Boric. Uno de los cambios más esperados, por el nivel de cuestionamiento superestructural, era el ministro Marco Antonio Ávila, después de su discusión con la diputada por el Partido Ecologista Verde, Viviana Delgado.
Sábado 11 de marzo de 2023
Finalmente el ministro de educación permaneció en su puesto, al parecer, por parte del presidente, el golpe mediático no era suficiente para reemplazar su gestión.
Lo interesante es, que el cuestionamiento al ministro no es solo un tema mediático, bien lo expresaron cientos de estudiantes secundarixs este "súper lunes" 6 de Marzo, cuando salieron a las calles nuevamente demandando mejor infraestructura, fin a la violencia machista en los colegios y cese a la represión.
Efectivamente, como plantea Camila Vallejos, el Ministro sigue fielmente la agenda de gobierno, concentrándose en un programa educativo que se encamina a la medida de los empresarios de la educación, pretendiendo condonar las deudas en educación superior de aquí a veinte años y negando la crisis en la educación pública que hay hoy, asegurando que "no hay razones para movilizarse".
Necesariamente tiene que ser parte del equipo de gobierno, un ministro que pone sus esfuerzos en crear mesas de diálogo con estudiantes secundarios y universitarios que se movilizan para, frente a escuelas y universidades que se caen a pedazos, ofrecernos "más participación". Ahora, ¿Cómo afecta esto al movimiento estudiantil?
Como bien plantea la coordinadora secundaria revolucionaria en su reciente declaración, 50 mil estudiantes desertaron la educación el año pasado, por las precarias condiciones de la educación pública (situación que se expresa totalmente en la educación rural), además, el gobierno de Apruebo Dignidad, ha destinado más recursos a represión, que a educación, incluso ha continuado la línea de persecusión política del gobierno de Piñera, manteniendo y aplicando la ley Aula Segura a estudiantes movilizadxs.
Un último gesto ha sido un destacamento de Carabineros en las cercanías del Instituto Nacional Barros Arana permanentemente, por "precaución". Pero la represión de Irací Hassler hacia las movilizaciones ha sido una constante.
El "no cambio" del ministro, en conclusión, favorece al gobierno y fué, en última instancia, una fuerte señal al movimiento estudiantil.
La diferencia respecto a qué hacer como movimiento estudiantil, sin embargo, está en que, es necesario un movimiento independiente totalmente al gobierno, que parta desde la demanda por ¡Fuera Ávila! y continúe con un programa estudiantil unificado, que supere los límites de pedir a un gobierno que gira todo los días hacia la concertación que nos hagan protocolos eficaces contra la violencia machista.
El movimiento estudiantil se encuentra en una encrucijada, por un lado, las dirigencias universitarias como la Confech, se han sentado desde el 25 de marzo del año pasado con el ministro Ávila a negociar un petitorio en la medida de lo posible para evitar movilizaciónes y reformar la educación que tenemos actualmente. Por otro lado, existe un intento constante del gobierno de intentar reprimir y cooptar a un sector más revulsivo del movimiento que son les estudiantes secundarixs, quienes no han podido desplegar una articulación a nivel metropolitano y tampoco a nivel nacional que supere la represión local de la municipalidad de Santiago.
Es por esto que en este momento que Boric ha cambiado gabinete para que nada cambie, que los llamados a asambleas en los lugares de estudios y a articular petitorios unificados en el movimiento estudiantil por la educación pública cobra todo el sentido que le puede dar el movimiento en curso, del estudiantado consciente, frente a un régimen que busca mantener la educación de mercado.