Las dos grandes centrales sindicales del sector público y privado, ADEDY y CGSEE, convocan una huelga general de 24 hs este jueves, la primera contra las nuevas medidas de ajuste del gobierno de Syriza-Anel.

Josefina L. Martínez @josefinamar14
Miércoles 11 de noviembre de 2015
Foto: Alexis Tsipras sale de una reunión de gabinete, 10 de noviembre. EFE /Yannis Kolesidis
El próximo jueves no habrá transporte público en el área del gran Atenas. No se moverán los metros, ni los trenes. Los buses y las líneas urbanas de trenes funcionarán solo a media máquina por algunas horas y el resto del día se sumarán a la huelga. Los sindicatos de estos medios de transporte han adherido a la huelga general de 24 hs, convocada por las centrales sindicales ADEDY y GSEE.
La Confederación General de Trabajadores griegos (GSEE), que agrupa a los sindicatos del sector privado, llama una huelga general para este 12 de noviembre, para enfrentar las medidas de ajuste y recortes que está imponiendo el gobierno de Syriza.
Uno de los blancos centrales de la protesta son las reformas al sistema de pensiones, que implican un aumento de la edad de retiro y recortes en los montos percibidos. Los sindicatos cuestionan que con el nuevo paquete de medidas habrá que trabajar hasta después de los 67 años para poder jubilarse.
El presidente de la GSEE, Yannis Panagopoulos, calificó a las medidas de “monstruosas” y “dolorosas”, y dijo que destruirán el sistema de pensiones.
Por su parte, la Confederación de empleados públicos griegos (ADEDY) también se sumó a la protesta. Los trabajadores públicos ya habían llamado una jornada de huelga general en el mes de julio, cuando se aprobó el paquete del tercer memorándum. También tuvieron una jornada de lucha el 21 de octubre, con una movilización a las puertas del Ministerio de Trabajo y Seguridad social, en protesta por los recortes al fondo de pensiones de los trabajadores públicos.
La corriente sindical PAME, impulsada por el Partido Comunista de Grecia (KKE), adhiere a la huelga de 24 hs y convoca a movilizaciones en más de 50 ciudades.
La UE presiona a Grecia por más recortes
La reunión del Eurogrupo del lunes fue escenario de nuevas presiones sobre Grecia para que complete y acelere el proceso de reformas del tercer rescate. Los integrantes del Euro bloquearon el desembolso de un nuevo tramo de 2.000 millones, hasta que Grecia no avance en las medidas que “estimulan” la recapitalización de la banca, como son las reformas a la ley hipotecaria y el aumento de las sanciones para los deudores morosos.
"Estamos un poco bajo presión, porque la recapitalización va más rápida de lo que pensábamos. Los bancos tienen que ser recapitalizados antes y por eso algunos asuntos que podíamos haber abordado más adelante los tenemos que tratar ahora", aseguró el ministro de finanzas griego, Euclides Tsakalotos.
La cuestión hipotecaria es polémica, porque el gobierno quería dejar por fuera de posibles desahucios al 72 % de las hipotecas, mientras que los miembros de la cuádriga pretenden que quede “protegido” tan solo el 20 % de las viviendas.
Según medios locales, el Gobierno está dispuesto a ceder mucho en el porcentaje de viviendas que estarían protegidas del desahucio, hasta alrededor del 55 %.
Otro punto conflictivo es cómo reemplazar el dinero que se esperaba obtener de la imposición del 23% de IVA a la enseñanza privada, que había sido acordado inicialmente pero después se descartó. La alternativa con la que se especula es elevar la imposición fiscal de los juegos de azar. Este martes Tsipras aseguró al Eurogrupo que todas las reformas estarán listas la semana próxima, dando muestras de su disposición de aplicar a como sea las exigencias de la UE y la Troika.
Las huelgas generales y el gobierno de Syriza
Entre el 2009 y 2014, Grecia vivió casi 30 huelgas generales, 25 de ellas concentradas en el período que va desde el comienzo de la crisis hasta el año 2012. En este período se vivieron movilizaciones de masas y luchas parciales, experiencias de ocupación y control obrero de pequeñas empresas, luchas obreras duras y prolongadas y fenómenos estudiantiles y juveniles como el “movimiento de las plazas”. Pero los dirigentes burocráticos de los sindicatos jugaron un papel clave para que esas luchas no se radicalizaran ni unificaran, lo que impidió derrotar los planes de la Troika.
Desde el 2012 en adelante, el fuerte ascenso de Syriza en intención de voto marcó un cambio del clima político. En los dos años siguientes, aunque la movilización social no cesó completamente, se fue ralentizando, al mismo tiempo que crecían las ilusiones en que un “gobierno de izquierda” de Syriza podría poner freno a las medidas de austeridad de la Troika.
En enero de este año Syriza ganó las elecciones, pero todas las expectativas generadas se vieron rápidamente frustradas, cuando seis meses después, y contra lo que se expresó en el referéndum, Alexis Tsipras capituló por completo ante la Troika, transformándose en un aplicador directo del ajuste.
La firma del tercer memorándum, un pacto de entrega total ante la Troika, tuvo un efecto desmoralizador ya que significó una derrota –sin poder dar lucha- para los trabajadores y el pueblo griego, asestada nada menos que por quien se presentaba como un “modelo” de la izquierda europea que decía enfrentar la austeridad. En este marco Tsipras volvió a ganar las elecciones.
El llamado a la primera huelga general contra el gobierno de Syriza este jueves, junto con otras movilizaciones y luchas parciales que han comenzado, se enmarcan en un nuevo período donde los trabajadores y la juventud deberán reconstituir sus fuerzas y formas de autoorganización para enfrentar al gobierno de Syriza-Anel y sus planes anti populares.

Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.