Después de cuatro años de discusión, la presidenta Michelle Bachelet promulgó la Ley de Unión Civil, que comenzará a regir desde el mes de octubre de este año.
Martes 14 de abril de 2015
Lo que dice la Ley
Según la Ley aprobada, se regula la convivencia de las parejas en lo relativo al patrimonio, la convivencia y otros temas. En palabras de Bachelet, se trata de avanzar como sociedad en el camino de los derechos, la justicia y la libertad individual y que con esta ley se termina con la desigualdad que viven las parejas. En la ceremonia estuvieron varios Ministros de Estado, parlamentarios de distintas organizaciones políticas –incluso la derecha- y también de la diversidad sexual.
Sin embargo lo cierto es que la Ley se refiere a temas como los bienes en común, la posibilidad de que los convivientes sean carga en el sistema de salud, recibir herencia y reconocer las uniones realizadas en otros países, como algunos de los elementos principales. En el caso del cuidado de los hijos, se señala que el cuidado de éstos en caso de faltar el progenitor, estará a cargo de los parientes o del conviviente, aunque quedaría a cargo de la decisión del Juez de Familia.
Organizaciones como el Movilh señalaron que se trataba de un acuerdo “histórico” que esperaban desde al menos 1991 y que “por primera vez el Estado reconoce que no hay una sola forma de construir familia. Desde hoy el Estado protege a la diversidad familiar y se hace cargo de injusticias históricas basadas en prejuicios y tabús que nunca debieron existir”. También la Fundación Iguales planteó que la Ley era un reconocimiento a los derechos de lesbianas, gays y bisexuales, como también el reconocimiento a distintos tipos de familia. Estas organizaciones se han caracterizado por su política de presión y lobby parlamentario, haciendo alianzas con los partidos del régimen para resolver las demandas que la diversidad viene impulsando hace años.
Lo que oculta la Ley
La Ley de Unión Civil, en su momento Pacto de Unión Civil hasta que el rector de la Universidad Católica hizo lobby para cambiar el nombre y que no quedara con la misma sigla que esa casa de estudios, reconoce las uniones civiles de todas las parejas que convivan, tanto heterosexuales como no. Por otro lado, sin duda es considerada un paso adelante para la lucha que durante décadas ha instalado la diversidad sexual en pos de sus demandas.
Sin embargo, la Ley explícitamente no dice nada respecto de dos temas centrales como es la adopción de los hijos, rechazada por sectores de la derecha y la Nueva Mayoría ni del matrimonio igualitario, que molesta a las Iglesias Católica y Evangélica y a los grupos conservadores.
