La encargada de la Procuraduría General de la República es removida de su puesto y enviada a la Secretaría de la Función Pública. La sustituye el senador Raúl Cervantes.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 25 de octubre de 2016
El presidente Peña Nieto hace un nuevo cambio en su gabinete en la Procuraduría General de la República, quizá la institución más expuesta ante la opinión pública por las tropelías cometidas, de esta y otras instituciones del Estado mexicano.
La ahora ex procuradora Arely Gómez será enviada a la fiscalización de los funcionarios gubernamentales, tarea en la que le fue mal desde la PGR si tenemos en cuenta la fallida persecución de los ex gobernadores corruptos que recién terminaron sus cargos. Dos de ellos se dieron a la fuga, se puede decir que en las narices de la PGR y otras instancias estatales.
Su salida se da al calor de dos cuestiones muy importantes, primero, la persistencia del caso Ayotzinapa, que sigue sin esclarecer mientras las explicaciones dadas por el anterior encargado de la PGR, Jesús Murillo Karam, pierden cada vez más credibilidad. Hoy los padres de los 43 desaparecidos siguen en pie de lucha y están en plantón en San Lázaro a la entrada de la Cámara de Diputados.
La otra cuestión es la de los ex gobernadores prófugos, dándose el caso azaroso de que en las oficinas del PRI hoy se hizo un proceso partidario al que debería comparecer uno de ellos, Javier Duarte, obviamente, ausente. Así el evento de hoy, la expulsión de Duarte, como parte de la campaña anticorrupción promovida por PRI será muy deslucida.
Por si fuera poco hoy se dio a conocer que las fichas de rojas de la Interpol con las que supuestamente se perseguiría a los exgobernadores Padrés y Duarte por 190 países, no fueron emitidas públicamente, y sólo hay dos razones para ello: que la misma PGR hubiera solicitado que no se hicieran públicas o que la misma PGR no la hubiera remitido a la Interpol aún, lo que significaría un engaño más al pueblo mexicano…y un escándalo más en lo que parece la imposibilidad de la casta política nacional de corregir (como asegura Ochoa Reza, presidente del PRI) su rumbo de corrupción y latrocinios al erario público.